TRENEANDO

El infortunio persigue a las obras del túnel de Pajares, ahora con dos trabajadores intoxicados

tunel-pajares-obras-ave-jm-pardo

Las obras de Pajares siguen en el ojo del huracán. Ahora por la intoxicación de dos trabajadores. Aunque su estado no reviste gravedad, los servicios médicos tuvieron que atender poco antes de las 12.00 horas a cuatro personas por una posible intoxicación con gases en las obras del túnel de Pajares. Los operarios se encontraban en el interior de uno de los túneles de la vertiente leonesa de esta infraestructura, cerca del emboquille de Pola de Gordón. Dos de los afectados fueron trasladados al Hospital de León, uno de ellos en helicóptero

No se conocen las causas de esta posible intoxicación, aunque gana fuerza la posibilidad de que haya sido provocada por un escape de gas. Según fuentes de Adif, los heridos instalaban una pieza para medir la presión de agua en uno de los túneles y al parecer pincharon una bolsa de metano. Se espera un informe por parte de la empresa constructora que aclare algunos de los detalles sobre lo sucedido a mediodía del martes.

Los operarios, que formaban parte de la empresa San José, concesionaria de la obras, trabajaban en el interior de uno de los túneles de Pajares, cuya inauguración esta prevista para el próximo año. Cuando entre en funcionamiento, se podrán recorrer sus 25 kilómetros en seis minutos. El total de las obras de la variante ferroviaria de Pajares ha superado los 3.500 millones de euros de inversión.

Si bien es sabido que las obras en zonas de montaña son complejas y ocasionan problemas que sólo la técnica resuelve, lo que sucede en la variante de Pajares no tiene nombre. Se ha convertido en un obstáculo para completar la unión entre León y Asturias porque existe un “problema serio” en el que aún se trabaja para encontrar una solución.

Los ingenieros del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) trabajan en una nueva galería en Pajares para conectar uno y otro lado a través de la línea de alta velocidad, de forma que el agujero abierto con grandes sacrificios en 1884 quede relegado. La nueva caverna -en realidad dos tubos de 25 kilómetros de longitud y otro auxiliar- es el séptimo túnel ferroviario del mundo y el segundo de España. Pero el tendido de las vías es hoy por hoy imposible. Los pasadizos están empatanados por filtraciones de agua. Unido a los problemas de financiación, nadie en la Administración se atreve a pronosticar el final de la obra, que se traslada incluso a 2016. Aunque hay quien apuesta por desplazar el cierre a unos años después. Uno de los acuíferos que pasa por la zona -hay unos 20 más- llevaba el agua directamente a los túneles.

“El caudal de agua que captaban los túneles de Pajares estaba en enero de 2007 en torno a 280 litros por segundo, aumentando en mayo de 2007 hasta 480″. Según un informe publicado por el propio Adif, “los primeros estudios específicamente hidrogeológicos se realizaron en fase de obra”. La división de los trabajos en cuatro lotes dificultó que se viera el problema en su conjunto. Cada unión de constructoras velaba por su tramo, por avanzar lo más rápido posible. El informe destacaba la existencia de grandes chorros que entraban por los orificios en las dovelas previstos para inyectar el trasdós, el material para fijar el túnel. Había cientos de puntos como los descritos por los técnicos en su trabajo. Pero también se apuntó al material usado para fijar el túnel, al parecer de no muy buena calidad, que dificulta y encarece la impermeabilización. El riesgo de que algunos tramos se vengan abajo es más que evidente, como reconoció la ministra de Fomento, Ana Pastor.

La obra es sin duda alguna la más compleja que se ha desarrollado en nuestro país. Inicialmente se presupuestó en 1.858 millones de euros, pero ha llegado a los 3.500 millones. Incluso con esa inversión nadie se atreve a garantizar la fecha de su inauguración. Es una auténtica pesadilla.

(Imagen J.M.Pardo)

Pin It