Feve responsabiliza a los jóvenes de detener el tren del Xiringüelu

FERNANDO DEL BUSTO | AVILÉS.

Los jóvenes, en las inmediaciones de Santiago del Monte, donde muchos esperaban a ser recogidos por su familias. / SERGIO LÓPEZ

La compañía asegura que la unidad se bloqueó después de que el freno de emergencia se activase varias veces

Feve atribuyó ayer a los viajeros la detención del tren que, en la noche del pasado domingo, regresaba a Avilés repleto de jóvenes que durante todo el día habían participado en la fiesta del Xiringüelu, en Pravia. La cita festiva congregó a cerca de 14.000 personas venidas de todas partes de Asturias.

Desde la empresa ferroviaria se insistía ayer en que el tren detuvo su trayecto a la altura de Santiago del Monte después de que, en repetidas ocasiones, se activase el freno de emergencia. De hecho, según los datos de los que dispone la empresa, se produjo una primera frenada de emergencia, y pese a ello el maquinista de la unidad, que desplazaba a cerca de 500 jóvenes en la media docena de coches que la integraban, logró reanudar la circulación. Sin embargo, poco después se volvieron a activar los frenos, con lo que el tren se detuvo a unos 300 metros de la estación de Santiago del Monte. En ese momento, el tren carecía de posibilidades de refrigeración, ya que al apagarse los motores no funcionaba el aire acondicionado. Además, al encontrarse en una zona sin iluminación, se decidió no abrir las puertas para evitar accidentes.

La decisión del maquinista fue entonces acudir al punto donde se había activado el freno de emergencia para desbloquearlo y poder reanudar el trayecto. Sin embargo, al llegar, según la versión facilitada por la compañía, fue insultado y amenazado por parte de varios jóvenes, hasta el punto de temer por su integridad física. En esa situación, poco antes de las 22.40 horas decidía comunicar la situación al 112 y activar el protocolo de emergencia.

Desde el Servicio de Emergencias del Principado de Asturias se alertaba a la Guardia Civil, que enviaba una patrulla a Santiago del Monte, a la Policía Local de Castrillón, que también envío efectivos, y al Servicio de Atención Médica Urgente de Asturias (SAMUR). Los servicios médicos atendieron in situ a varios jóvenes por mareos, cuadros de nerviosismo y ansiedad. El caso más grave era el de una chica, que fue trasladada al Hospital San Agustín precisamente por el cuadro de ansiedad que presentaba.

Feve decidió enviar otra unidad para recoger a los viajeros, mientras llegaba al convoy más personal de la empresa para desbloquear el tren detenido. Por su parte, las fuerzas policiales se encargaron de organizar el transbordo de los jóvenes. Según informó la Guardia Civil, la mayoría de los afectados decidió ir hasta la gasolinera de El Águila,a donde acudieron familiares para buscarles o utilizaron el transporte público para regresar a sus domicilios.

Además, durante la intervención en Santiago del Monte, desde Feve se comunicó la necesidad de acudir a la estación de Soto del Barco, donde se había detenido otra unidad ante el bloqueo de la línea. Allí se encontraban otras 200 personas que también regresaban a sus domicilios desde la fiesta del Xiringüelu. El transbordo hacia autobuses contratados por Feve fue organizado por los agentes de la Guardia Civil, que sobre la una de la madrugada daba por concluida su intervención.

Durante la operación de evacuación no se registraron incidentes de importancia, si bien la patrulla que acudió aseguró haber sido insultada durante su trabajo. Mientras tanto, el personal de Feve que había acudido hasta el convoy lograba desbloquear el tren, pudiendo entonces reanudar su recorrido hacia Avilés. No fue ésta la única presencia de la Guardia Civil en la fiesta del Xiringüelu. En los principales accesos a Pravia, Tráfico instaló varios controles, destinados especialmente a los vehículos conducidos por jóvenes. Durante el todo día, el operativo que estuvo pendiente de la fiesta no realizó ninguna detención.

Se prepara una denuncia

Desde Feve se avanzó ayer que la compañía tramitaba una denuncia por los hechos, tanto por las amenazas e insultos hacia sus trabajadores como por la activación injustificada del freno de seguridad del tren. La empresa recopilaba ayer toda la información posible con la intención de poder identificar a las personas que habían activado los frenos. Para ello, además del testimonio del propio conductor, se recogían informaciones de otros testigos sobre lo sucedido. Desde Feve se responsabilizaba ayer de todo lo sucedido a los «energúmenos» que habían decidido utilizar los mecanismos de seguridad sin razón alguna, explicando que la reacción posterior estuvo marcado por los tiempos necesarios para poner en marcha un dispositivo de emergencia para que tanto personal técnico como vehículos acudiesen hasta Santiago del Monte.

«Estuvimos encerrados en un tren saturadísimo, nos costaba respirar»