DIARIOJAEN.ES

23 junio 2014

Para no perder el tren

Según explicó, legalmente han seguido todos los procesos y han cumplido los trámites de negociación con la representación sindical. “Entendemos que parte de estas conversaciones se deberían realizar a nivel estatal, puesto que en el caso de Jaén tenemos a Vilches, pero esto afecta a casi todas las provincias”, dijo. A su juicio, la medida se ha realizado de forma individualizada para no aplicar parte de la legislación del Estatuto de los Trabajadores. “No es lo mismo cambiar la ubicación de dos personas en la provincia que de cuatrocientas de toda España”, indicó.
El de Vilches es uno de los centros de mantenimiento que se encuentran en la provincia, junto con el de Espeluy y Andújar, aunque, en este último caso, depende de Córdoba. Su función es que las subestaciones eléctricas estén en las mejores condiciones posibles. “La ubicación de estos centros, que tienen más de cincuenta años de actividad, por parte de la empresa es estratégica. Porque si hablamos de Vilches, atiende hasta Santa Cruz de Mudela, con lo que el desplazamiento de personal desde Linares sería bastante más costoso”, aseveró Núñez. Al tiempo, la residencia se quedaría abandonada tras el traslado de personal, “lo que a la larga, produce más gastos, porque los edificios ya están y está comprobado que, ante situaciones de abandono, se suceden actos de vandalismo, con lo que su mantenimiento es más complicado que si estuviera abierto”.
Una decisión que, aunque no es irrevocable, entienden que será bastante complicado “darle la vuelta”, aunque, a pesar de todo, se intenta negociar con Madrid. La medida entra dentro del plan presentado al comité general de empresas con el que se intentan ahorrar 3 millones de euros en personal, junto con otras como la “externalización” de servicios en sectores como las instalaciones de suministros eléctricos, “la señalización”. Los semáforos en vía, puntualizó, son de lo más delicado, y han sacado un lote para ‘externalizarlo’ durante un año: “Lo que harán es poner a dos personas a nivel de Sevilla, con lo que si tienen que intervenir en Linares, nos podemos imaginar los costes”.
Entre las medidas que pueden afectar a Linares-Baeza está la movilidad funcional, “que, de momento, está ahí”, con la que se pretende ampliar las labores que desarrolla parte de la plantilla de trabajadores. “De hecho, el personal de la terminal, que está en mercancías y que es de la ADIF, quieren que haga también cierto tipo de pruebas e inspección visual de vagones prácticamente sin formación, porque no hay personal que se encargue de ese trabajo”. En este sentido, Núñez recrimina que primero se dedicaran a quitar a gente, “cuando el tren de mercancías necesita de alguien que sepa cómo va”. Una cuestión que quieren negociar en el ámbito del comité de empresa.