Ezequiel Moltó Alicante 30 ABR 2014 - 21:35 CET

El veto de la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, a que los autobuses lanzadera recojan a los turistas que llegan con el AVE desde Madrid y directamente vayan a los hoteles de destino irrita y preocupa a la Generalitat.

El consejero de Economía y Turismo, Máximo Buch, también del PP como Castedo, dijo alto y claro en Benidorm que “se debe trabajar” para que este verano “sí o sí” haya lanzaderas que conecten el AVE con los principales destinos turísticos de la provincia. “Si es con origen en Alicante, estupendo; pero si no, que sea desde Villena”, dijo Buch que apeló al diálogo para encontrar una solución.

En la asamblea general de los hoteleros de Benidorm, la primera teniente de alcalde y edil de Turismo, Gema Amor, consideró necesario que el Ayuntamiento de Alicante “desbloquee esta sinrazón” ya que “debemos dar facilidades a los turistas”.

Mientras, en el pleno ordinario celebrado en Alicante el PP hizo valer su mayoría absoluta para rechazar una moción de Esquerra Unida, respaldada por el PSPV y UPyD, para que se creara una comisión para analizar las consecuencias de la implantación de estas lanzaderas.

El alcalde en funciones, Andrés Llorens, descartó las lanzaderas por los atascos de tráfico que se generarían en la zona de la estación de Renfe y además echó mano de un informe de Adif que desvela que el 80% de los usuarios del AVE procedente de Madrid “se quedan en Alicante”. Los representantes de tres asociaciones de taxis también intervinieron para recalcar que estos autobuses “perjudican al sector” del taxi.