diariodesevilla.es

17 marzo 2014

El malestar de la plantilla del Metro

110 empleados de los 176 piden menos sanciones, más puestos de trabajo y más tiempo para descansar

A. S. Ameneiro | Actualizado 16.03.2014 -

El 62% de los 176 empleados plantilla del Metro han presentado un escrito de queja a los recién llegados nuevos accionistas de la sociedad concesionaria de la Junta contra las sanciones con suspensión de empleo y sueldo que se han impuesto a empleados cuando hay fallos de seguridad, y aseguran que estos fallos se deben a las instalaciones que "no tienen repuestos suficientes" o a que "el contrato con la empresa que lleva ese mantenimiento es el mínimo", según el escrito al que ha tenido acceso este periódico. 

Los firmantes son 110 empleados entre supervisores, interventores, supervisores comerciales, conductores, operadores de puesto central de control y jefes de sala y suponen el 78% de la plantilla de operaciones, es decir, los empleados que están en contacto con el público. No lo suscriben los puestos de admistración y dirección. 

En segundo lugar, plantean la creación de más puestos de trabajo "para poder descansar al menos los días que les corresponden". Y explican que con los actuales cuadrantes "con suerte se descansa un fin de semana cada tres", además de que los turnos de noche son de tres meses y las vacaciones no se pueden elegir al estar condicionadas por un cuadrante donde cada "cada equis años, dependiendo en el sector de la plantilla en la que estemos, elegiremos el primero ese año en verano, pero el último en las de invierno". Y agregan que en los meses de Feria y Semana Santa nadie se puede ir de vacaciones. 

Los firmantes reclaman "poder descansar al menos 30 minutos en los turnos en los que trabajamos 12 horas y no sólo 15 minutos como tenemos actualmente en jornadas de 8 horas u 8 horas y 45 minutos". 

En el escrito de queja exponen que cinco años después del estreno de la primera línea la ilusión inicial de los trabajadores se ha esfumado y "es ya irreconocible", al igual que la cohesión y motivación. "Hemos pasado de sentirnos que hacemos historia, a trabajar para una empresa que sólo mira por su interés y el de sus accionistas", exponen. 

Reconocen estar "contentos de tener un buen trabajo" pero piden a la empresa un trato mejor. "Que nos trate como a personas que tenemos vida familiar y vida social que no nos considere números, ni recursos a los que le costamos el dinero", argumentan. 

La última sanción a un empleado tuvo lugar el pasado 3 de marzo, cuando aún gestionaban la empresa los anteriores accionistas liderados por Sacyr y ACS. La empresa le abrió dos expedientes disciplinarios a un empleado operador del Puesto de Control Central que concluyeron en suspensión de empleo y sueldo de 15 días y traslado a otro puesto de inferior categoría por falta muy grave: "transgredir la buena fe contractual y abuso de confianza", así como por su "actitud imprudente y negligente". 

La primera falta tiene que ver con divulgar información confidencial en dos correos electrónicos los días 27 y 30 de diciembre de 2013. Y la segunda falta, por comunicar tardíamente al jefe de sala los fallos que presentaba un tren el pasado 17 de enero, concretamente 59 minutos después de que se le comunicara el primer fallo. La empresa dice que "su actitud dilatoria conllevó riesgo para la seguridad de los usuarios del tren". 

El empleado admitió los hechos y los justificó alegando que la atención en su tarea diaria a veces le resultaba incompatible con la lectura detenida y una buena comprensión de los procedimientos complejos y delicados. Admitió que se agobiaba en el desempeño de su tarea y no podía gestionar correctamente toda la información que recibía de la empresa. 

En el expediente se dice que reenvió dos correos internos de Metro con información confidencial a una dirección de correo electrónico ajena a la empresa el pasado 3 de enero, sin tener autorización de sus superiores, que contenía información sobre cambios en la prestación de servicios: una nueva malla horaria de trenes, nuevos turnos y la realización de labores de conducción por parte de supervisores interventores, e instrucciones a supervisores interventores. 

Y añade que el segundo email reenviado fue sobre las instrucciones del superior para proceder ante una incidencia detectada en las puertas de andén de la estación de Olivar de Quintos, lo que contravino la política de privacidad de la empresa. También se le reprocha que el pasado 17 de enero no actuó como debía ante fallos de emergencia graves. Un conductor le comunicó a las 6:26 un fallo de emergencia en un tren en la estación Olivar de Quintos que obligaba a detener el tren. El empleado dio instrucciones al conductor sin informar a su superior. Cuando el tren inició el servicio aparecieron fallos que debía comprobar, pero dio instrucciones para que siguiera la marcha.


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