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3 enero 2013

FGV ofrece 74 despidos y 236 prejubilaciones para reducir el impacto del ERE

La dirección propone una reducción del 10% del salario - El comité insiste en mejorar condiciones a los prejubilados

LAURA BALLESTER/EFE VALENCIA La dirección de FGV ofreció ayer al comité de empresa y los representantes sindicales ejecutar 74 despidos directos y tramitar 236 jubilaciones y prejubilaciones, de los 57 a los 61 años con el 70% del salario, para mitigar la primera propuesta de aplicar un ERE de 450 despidos que se reduciría así a los 310 despidos. FGV también exige a cambio que los trabajadores se bajen el sueldo (en un porcentaje «a concretar») y crear una bolsa de empleo, según explicaron fuentes oficiales de la empresa.

FGV incluye un plan para la salida incentivada de los agentes reingresados que perciben una pensión pública de la Seguridad Social (38 personas, según el comité de empresa), así como a los trabajadores con dos o más faltas muy graves en los últimos cinco años (8, según el comité).

Según la presidenta del comité, Alicia Murcia, la empresa ha propuesto que el ERE afecte a 323 empleados, de los que 236 serían salidas por edad, 28 por causas organizativas, 38 reingresados y ocho sancionados.

Los representantes de los trabajadores han pedido que la salida de los reingresados sea voluntaria y que existan medidas de acompañamiento para los prejubilados, y consideran que el despido de los ocho sancionados es "discriminatorio" debido a que no todos los servicios de la empresa son susceptibles de sanción y por que ya han "pagado" esa sanción con la suspensión de empleo y sueldo aplicada.

Respecto a los 28 despidos por causas organizativas, el comité defiende que las "internalizaciones" (cubrir tareas con personal propio que actualmente son prestadas por empresas externas) podrían llegar a cubrir esos puestos.

Murcia ha recordado que el informe del plan de saneamiento de FGV "indicaba que externalizar los talleres de El Campello era una medida nociva porque el desarrollo de esos trabajos por personal de FGV sería un ahorro".

Sobre la reducción salarial, que se sitúa en torno al 10 %, el comité ha asegurado que podrían aceptarla si los despidos no son traumáticos pero no en caso de extinción forzosa.

No obstante, la presidenta del comité ha afirmado que, después de seis reuniones dentro del plazo de negociación que concluye mañana viernes, las partes están "más cerca de un acuerdo".

Fuentes de FGV han indicado que, además de la reducción salarial general, dentro de la negociación del nuevo convenio colectivo va a proponer un límite al salario de los directores de área del 95 % del sueldo de un director general de la Administración valenciana, que fijaría el salario en un máximo de 52.600 euros.

Por último, el portavoz de Infraestructuras del PSPV en las Corts, Francesc Signes, ha solicitado la comparecencia de la consellera, Isabel Bonig, para que explique las «supuestas irregularidades» que afectan al ERE de FGV.

Avería en la huelga del miércoles
Una avería unida a los servicios mínimos de la primera jornada de 24 horas de paro puso ayer a prueba la paciencia de los sufridos usuarios de Metrovalencia. La falta de tensión en una catenaria (el cableado que suministra la corriente eléctrica al tren) entre las estaciones de Colón y Alameda provocó retrasos de entre dos horas y una hora en algunos trenes. Los problemas se prolongaron desde las 14.30 hasta las 17.05 horas, pero mermaron la reducida oferta de trenes que Metrovalencia ofrecía ayer debido a la primera de las dos jornada de paros de 24 horas que han convocado, y secundado, los trabajadores de Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV) en protesta por el expediente de regulación de empleo (ERE) que la dirección de la empresa quiere aplicar sobre 450 de los 1.791 trabajadores que la empresa tiene en Valencia y Alicante.

Algunos usuarios se quejaban ayer en las redes sociales de los abultados tiempos de espera que sufrieron ayer, que se suman a las bajas frecuencias que ofrece Metrovalencia. «El metro ha tardado 20 minutos en pasar por Roses y, al llegar a la avenida del Cid, la maquinista nos ha avisado por megafonía de que no podía continuar por una avería en la catenaria y que debíamos bajarnos. Nos ha tocado esperar una hora a que viniese otro metro», se lamentaba ayer un viajero.

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