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30 octubre 2018

Evasión

Dos siglos de avance social y económico sobre raíles

  • Se cumplen 170 años de la inauguración del primer ferrocarril en la península
  • Se consagra como uno de los inventos más revolucionarios del siglo XIX
  • El Museo del Ferrocarril de Madrid y de Barcelona se unen a la celebración
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Madrid
9:45 - 28/10/2018

Pese a que 170 años no parecen demasiados, los cambios que ha experimentando el país en este periodo son realmente reseñables. Especialmente, en el ámbito de movilidad, ya que dos siglos atrás, quien quería moverse por España necesitaba recurrir a las diligencias –carruajes regulares que circulaban por las carreteras– y esto, además de la menor de las comodidades, suponía varios días de trayecto.

El primer ferrocarril propiamente español se construyó en Cuba, entonces colonia española, en 1837 y correspondió con la línea La Habana-Güines. Pero no fue hasta el año 1848 cuando este nuevo transporte llegó a la península, con la inauguración de la línea Barcelona-Mataró.

Ahora, con el objetivo de celebrar esta efeméride, el Museo del Ferrocarril de Cataluña y el de Madrid proponen para este fin de semana una jornada de puertas biertas con diferentes actividades.

La pinacoteca catalana, ubicada en Vilanova y la Geltrú, alberga la única replica que existe de aquel primer tren de 1848 que recorrió el tramo de Barcelona-Mataró. En este sentido, para sumarse a la celebración, mañana realizará una jornada de puertas abiertas donde se podrá ver en funcionamiento su locomotora de vapor. Además, gracias a la colaboración del coleccionista y figurista de Vilanova Pedro Arenas, los visitantes podrán disfrutar de una recreación exacta del panorama de la época, con viajeros vestidos con trajes del siglo XIX y, para terminar, buffet y vermut para todos.

Por su parte, el Museo del Ferrocarril de Madrid, ubicado en el barrio de Delicias, propone para hoy y mañana dos jornadas de puertas abiertas para todos los públicos, en el marco de su Día del Tren. En la programación de este año, destaca la celebración del 20 aniversario de la inauguración del Ferrocarril de las Delicias, un parque ferroviario gestionado por el Círculo Madrileño Ferroviario (CIMAF) que abrirá sus puertas durante todo el fin de semana, en horario de mañana, y organizará el XXI Encuentro de trenes de jardín de cinco pulgadas con la puesta en funcionamiento de trenes propios y vehículos invitados.

Orígenes

Miquel Biada y Buñol (1789-1848) fue un ambicioso emprendedor español y el propulsor de este medio de transporte en la península. El mataronés estaba recorriendo América cuando arrancaron los primeros pasos del ferrocarril en Cuba. Cuando observó las ventajas sociales y económicas que éste transporte ofrecía, decidió que volvería a España para construir una línea entre Barcelona y Mataró, su ciudad natal.

El desarrollo del proyecto no fue sencillo, pues la situación política y económica del país no facilitaban su viabilidad. Biada, junto a cuatro emprendedores más, contactó con Josep María Roca, un financiero catalán que vivía en Londres, y Joseph Locke, ingeniero y miembro de la Cámara de los Comunes, con la intención de obtener el apoyo necesario para poner en marcha su anhelado proyecto. En 1943 Roca obtuvo la concesión del Gobierno para construir el ferrocarril y un año después, crearon la Compañía del Camino de Hierro de Barcelona a Mataró, con una mitad de accionariado inglés y la otra catalán. Pasaron los años y el proyecto de Biada continuó topándose con multitud de adversidades, pues eran muchos, y diferentes sus motivos, los que no querían que el ferrocarril viera la luz.

El 5 de octubre de 1848 se inicia la primera prueba, y el día 8 del mismo mes, realizan el primer viaje con 400 pasajeros. No obstante, hasta el día 28 de octubre, no tiene lugar la inauguración oficial de la línea Barcelona-Mataró, que contaba con 28,4 kilómetros y una duración de 35 minutos. En el año 1865 ya se habrán construido 780 km de vías en Cataluña, pero no fue hasta el 1905 cuando se pudo considerar una red de transporte completa, ya que enlazaba las cuatro capitales catalanas y conectaba con Valencia y Zaragoza, llegando, también, a la frontera de Portbou.

Impulso definitivo

El ferrocarril se erigió como el invento más revolucionario del siglo XIX en el área de transporte. Con él, se abarató y facilitó el transporte por tierra, que hasta entonces contaba con grandes dificultades. Este invento, que supuso el impulso definitivo a la Revolución Industrial, tuvo un papel estelar en el ámbito de la transportación para el desarrollo económico, tanto en la integración de los mercados como en el incremento de la demanda de bienes industriales por su construcción, además, posibilitó el incremento del comercio nacional y multinacional.

En este sentido, el ferrocarril contribuyó al desarrollo de nuevas formas de financiación y de organización de las empresas. Los primeros países industrializados como Gran Bretaña, Bélgica o Alemania contaron con capitales nacionales para la construcción del mismo. Sin embargo, en los países de industrialización tardía, como el caso de España, tuvo un papel determinante la inversión extranjera.

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