CÓRDOBA

14 noviembre 2017

ANÁLISIS

¡Que nos pilla el tren!

El proyecto del cercanías descarriló el viernes con una segunda advertencia de la Intervención municipal IU y Ganemos votarán en contra de la distinción como hijo predilecto del cuarto califa

 

 
Isabel Ambrosio, en Londres, con otros alcaldes de las Ciudades Patrimonio. - CÓRDOBA
 

Isabel Ambrosio, en Londres, con otros alcaldes de las Ciudades Patrimonio. - CÓRDOBA

Irina Marzo Irina Marzo
12/11/2017

Trenes de cercanías, viajes de ida y vuelta, viajes al pasado y viajes de los que se dan sin mano pero duelen tela. La semana política en el ámbito doméstico ha sido movidita, ha tenido traqueteo de cercanías y sonado a música de pasodoble. Para empezarla y acabarla ha habido lío con el expediente del tren de cercanías, que no cuenta con los parabienes ni de la Intervención municipal, ni del titular del órgano de apoyo a la junta de gobierno local.

La intención del equipo de gobierno, hasta el viernes, era llevar este asunto al Pleno para su aprobación (de este modo podría aprobarse por fin el contrato con Renfe en la junta de gobierno del día 17), algo que contaba, también hasta el viernes, con la unanimidad de todos los grupos municipales, incluido el PP, que estaban dispuestos a levantar el reparo suspensivo de la interventora para sacar el proyecto adelante. Todo por la patria, dijeron.Pero entonces llegó el viernes y ocurrió que Intervención mandó callar con un segundo informe en el que se advertía de la imposibilidad de que el Pleno levantara el reparo al no existir otro informe para justificar dicho levantamiento ante el Tribunal de Cuentas. ¿Se han perdido? No me extraña. Si no fuera porque el contrato para la puesta en marcha del tren ronda los 4 millones de euros esto sería una guasa. La cosa es fuerte porque lo que la interventora viene a decir es que ese dinero, que en principio debe poner el Ayuntamiento de Córdoba, no está garantizado, al no haber contemplado el IVA de la operación, al tiempo que recomienda haber suscrito un convenio con el Ministerio de Fomento y no un contrato con Renfe. Por contra, la asesoría jurídica avala la operación tal y como está diseñada, y no ve problemas donde se atasca Intervención. Luego está el tema de la declaración de la obligatoriedad de servicio público, por la que el déficit de explotación lo asumirá el Estado. El PP ya dijo que se haría, pero aún no hay oficialidad y hay quien incluso duda de que se haya solicitado convenientemente. Ojo, la Junta tampoco prevé en sus presupuestos ni un euro para el cercanías, aunque IU y PP han dicho que lo pedirán en sus enmiendas.

Dejemos el cercanías y volemos a Londres, que es lo que hizo la alcaldesa, que asistió a la World Trade Market, la feria de turismo, en calidad de presidenta del Grupo de Ciudades Patrimonio de la Humanidad. Al PP no le pareció suficiente con esa agenda y dijo que había ido a echarse una foto. Qué gracia, como si hubiera algún político y no solo del PP que haya pronunciado eso de «fotos no, fotos no». También se ha viajado al pasado a cuentas de la comisión de la memoria histórica, que difícilmente acabará con un dictamen unánime porque el PP ha dicho ya que no votará a favor del cambio de algunos de los nombres de calles propuestos. Cruz Conde y Cañero, por ejemplo. Con Manolete, IU y Ganemos se han desmarcado de la distinción propuesta por la comisión del centenario del nacimiento del diestro, argumentando motivos de forma. Y para ilustrar los viajes que se atizan unos políticos a otros no hay más que seguir el caso del incendio de Recicor. Por darse se han dado hasta los del mismo partido, que se han mandado «a hablar menos y a trabajar más». Lo que hay que ver.

 

 

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