ÁLVARO CABALLERO | LEÓN

El vacío que había previsto dentro del proyecto de integración de Feve ya tiene solución. Fomento trabaja en la redacción del plan para el adecentamiento del sector de la estación de Matallana. Hasta ahora fuera del contrato de obras, después de que en el mandato pasado se decidiera paralizar la tramitación del desarrollo urbanístico, la salida comprometida por el ministerio acaba con la incertidumbre que condenaba a los casi 7.000 metros cuadrados del entorno de la terminal a quedar como una escombrera. No habrá urbanización, con coste estimado de 1,7 millones y unos beneficios de 14,8 millones por venta del suelo para 141 viviendas, como estaba previsto. No de momento, sino que se optará por una intervención en la que se derribarán los edificios de las antiguas Mantequerías Arias, se recuperará el viejo muelle de carga como uso de ocio complementario a Espacio Vías, se eliminará el muro de separación de la calle Bilbao para permitir el cruce, se abrirá un acceso desde Ramón y Cajal, se construirán sendas peatonales y se rematará con un ajardinamiento.

El plan será sufragado por Fomento, como confirmó el ministro Íñigo de la Serna al alcalde, Antonio Silván. Sólo quedará fuera del presupuesto la recuperación del muelle, cuya titularidad se cederá al Ayuntamiento para que proceda a ejecutar el proyecto con el que ganar un nuevo espacio de ocio juvenil ligado a Espacio Vías. El resto se incluirá en el contrato que el departamento ministerial espera tener licitado antes de final de año, en paralelo a la entrega de la obra de integración ferroviaria.

La actuación incluye el derribo de las antiguas Mantequerías Arias. Feve pagó 1,7 millones en 2010 por esta propiedad, que luego se convirtió en foco de la polémica cuando la intervención general del Estado acusó al expresidente, Ángel Villalba, de haber desembolsado el doble del valor de tasación, aunque el Tribunal de Cuentas desestimó el caso por no encontrar acreditado el daño. Ahora, la demolición permitirá abrir un pequeño paso peatonal desde Federico Echevarría hasta la zona de la estación. No será el único elemento que se elimine. El adecentamiento implicará la supresión del muro que hay en el tramo final de la calle Bilbao para posibilitar la integración de esta vía con toda la zona central ajardinada, así como el cruce hacia Padre Isla sin tener que dar el rodeo actual.

El aislamiento actual del sector se romperá también en el extremo opuesto con la apertura de un acceso desde Ramón y Cajal. Esta entrada, a partir del derribo del muro de la antigua casa de los guardas, servirá para dar continuidad a la salida del camino de Santiago que baja desde la calle Abadía y llega por Suero de Quiñones hasta San Marcos, en lugar de que tenga que transcurrir por Renueva.

El paseo, con opción para bicicletas, se unirá a los que se definan dentro del sector para conectar con la senda que discurrirá por toda la traza, así como por los que haya para comunicar con las calles aledañas. Todo dentro de un diseño ajardinado para convertir el entorno en un parque público surcado por el tren.