El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif AV) iniciará en el presente trimestre los trámites para la adaptación del acceso actual a Ourense, con la licitación del primero de los cinco contratos necesarios para ejecutar las obras. Su objetivo, que en el tercer trimestre de 2019 los trenes de alta velocidad (TAV) puedan efectuar pruebas en la vía. Todo ello como paso previo a la conclusión total de la línea de alta velocidad (LAV) en 2023.

Si se cumple el cronograma, extraído de los anuncios previos a las licitaciones de Adif en el Diario Oficial de la Unión Europea (DOUE), el primer contrato del ramal que conectará la LAV –ésta de Pedralba (Zamora) a Taboadela debe acabarse en 2019– y la vía convencional tendría que estar en obras en el próximo otoño.

La ejecución de los cinco contratos va de los 9 a los 15 meses. Son las obras del ramal de conexión (5,9 millones de coste, sin IVA), la implantación del ancho estándar mediante un tercer carril en la vía actual (23,2 millones), la remodelación de andenes y vías de la estación de Ourense (16 millones), el cambiador de anchos en Taboadela (5 millones) y la electrificación, seguridad (ERTMS nivel 2) y comunicaciones, estimado en 35,1 millones, Adif anunció un coste global de 103 millones con IVA, lo que supone 85,2 millones de inversión real.