La Opinión A Coruña

10 enero 2017

Adif analiza cómo integrar en su red el tren a Langosteira, con plazos y financiación en el aire

La empresa estatal estudia cómo dar salida a las mercancías que se transportarán desde los muelles del puerto exterior, cuyo enlace férreo no estará disponible, como mínimo, hasta 2021

Miguel Rodríguez A Coruña 09.01.2017 | 09:24

Un tren de mercancías, a su salida de la estación de San Diego, en el puerto coruñés.
Un tren de mercancías, a su salida de la estación de San Diego, en el puerto coruñés. víctor echave

La llegada del ferrocarril al puerto exterior va muy por detrás del desarrollo de Langosteira. La UE identificó la dársena coruñesa como una de las inversiones comunitarias más "infrautilizada", por su todavía incipiente actividad y la lentitud del desarrollo de su conexión ferroviaria. Hasta este verano no habrá proyecto constructivo y, como mínimo, el tren no estará listo hasta 2021. Además, queda saber cómo se pagarán, y quién, sus 132 millones, después del cambio que hizo Fomento en 2015 en el sistema de financiación de los accesos de las infraestructuras portuarias para que no computen como gasto público. Además del proyecto, el Gobierno central analiza cómo conectar este tráfico férreo a la red gallega. Ineco, entidad dependiente del ministerio, debe entregar en los próximos días a Adif el estudio para coordinar el Eje Atlántico de Alta Velocidad con Langosteira.

El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias se plantea en este proyecto cómo adaptar su red a la futura actividad de la dársena. El informe encargado a Ineco por 108.000 euros debe determinar las posibilidades que tendrán los trenes de mercancías que partan o se dirijan al puerto exterior para circular por la línea férrea que une A Coruña con Vigo, que permite circular a convoyes de pasajeros a una velocidad elevada pero también a los que transportan todo tipo de productos.

Como gestor de las líneas de ferrocarril españolas, Adif es el organismo encargado de conceder autorización a las empresas de transporte para circular por la red en las franjas horarias disponibles, para lo que es necesario fijar previamente los puntos de partida y de llegada, así como el tiempo estimado para recorrer ese itinerario. La existencia de un intenso tráfico de pasajeros en el Eje Atlántico, uno de los de mayor número de viajeros en España, obligará a estudiar en detalle las posibilidades que tendrán los convoyes que se dirijan al puerto exterior con el fin de que ambos tipos de transportes no se vean afectados.

Los muelles urbanos generan en la actualidad un notable volumen de tráfico ferroviario, ya que el tren es el medio empleado para el desplazamiento de las grandes cantidades de cereales, carbón, papel, madera, aluminio y otras mercancías que se manipulan en el puerto coruñés. Durante 2015, último año del que se dispone de datos, el tren movió 1.650 toneladas con destino o salida de los muelles de la ciudad, lo que supone el 11,6% del tráfico portuario, ya que más de la mitad de la mercancía que pasa por el puerto se transporta a través de oleoductos.

Con el traslado de la mayor parte de los operadores a Langosteira, el ferrocarril será vital para esa dársena, que se verá limitada en su capacidad hasta que no disponga de este medio de transporte. Pero, según los propios datos de la Autoridad Portuaria, no será hasta finales de 2021 o principios de 2022 que el tren llegará al puerto exterior, tal como refleja la Memoria de Sostenibilidad de 2015 realizada por el organismo y presentada recientemente. El plazo para su estudio informativo finalizaba en 2012 pero el trazado definitivo no se eligió hasta primavera del pasado año. El próximo verano debe presentarse el proyecto constructivo del recorrido seleccionado para unirlo con el Eje Atlántico. Solo tiene 6,5 kilómetros de longitud pero su coste está estimado en 132 millones de euros al discurrir en su mayor parte por túneles. Una vez hecho, habrá que licitar las obras y ejecutarlas.

En el aire también la financiación. En 2015 se cambió el modelo para que los accesos a puertos no computasen como gasto público. Así, se creó el Fondo Financiero de Accesibilidad, al que deberán aportar dinero las propias autoridades portuarias con superávit, que se cederá para las obras a modo de préstamo (no de financiación directa como haría Fomento). A este se sumará dinero, también prestado, del Banco Europeo de Inversiones. Pero esta cantidad no podrá superar "un 50% de los beneficios" de la entidad beneficiada, lo que deja en suspenso qué pasará con A Coruña, con pérdidas continuadas para pagar, precisamente, Langosteira. Un comité formado por los presidentes portuarios decide qué proyectos se financian. En 2015, con el trazado sin cerrar, se quedó fuera.

Pin It