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17 octubre 2016

En un acto público se dirimirá la empresa finalista o potencial adjudicataria (preferred bidder) del contrato

Catalá le pasa la patata caliente del concurso del siglo del AVE al nuevo consejo de Renfe

Podrían producirse nuevas reclamaciones judiciales en torno a las garantías administrativas del proceso

 
Líneas de alta velocidad de Renfe
Líneas de alta velocidad de Renfe

El inacabable y convulso contrato del siglo lanzado por Renfe bajo la tutela del Ministerio de Fomento lo resolverá en los próximos meses el nuevo consejo de administración de la operadora ferroviaria, que previsiblemente habrá sido remodelado e integrado por nuevos miembros con un sesgo político distinto. Es la decisión que ha tomado el ministro de Fomento en funciones Rafael Catalá, que le pasa la patata caliente de una decisión que compromete unos 2.600 millones de gasto público al máximo órgano administrativo de Renfe.

Si no hu­biera tal eje­cu­tivo, porque fueran a pro­du­cirse ter­ceras elec­cio­nes, la de­ci­sión pre­vi­si­ble­mente se pos­pondrá una vez más. Para in­tentar limar in­se­gu­ri­dades ju­rí­dicas y po­lí­ticas y agi­lizar la de­ci­sión en caso de que en no­viembre haya go­bierno, el mi­nistro de Fomento en fun­cio­nes, Rafael Catalá, ha re­cu­rrir a un pro­ce­di­miento ad­mi­nis­tra­tivo iné­dito en la his­toria de con­tra­ta­ción de Renfe. La ope­ra­dora con­vo­cará un acto pú­blico, pre­vi­si­ble­mente para las pri­meras se­manas del pró­ximo mes de no­viem­bre, en el que se anun­ciará la pun­tua­ción otor­gada a cada una de las ofertas téc­nicas e, in­me­dia­ta­mente des­pués, pro­ce­derá abrir los so­bres con las ofertas eco­nó­mi­cas.

Así, en dicho acto pú­blico se di­ri­mirá la em­presa fi­na­lista o po­ten­cial ad­ju­di­ca­taria (preferred bid­der) del con­trato del AVE, que será aquella que logre la mejor pun­tua­ción to­tal. Pero esta re­so­lu­ción de perfil téc­ni­co/e­co­nó­mico tendrá que ser ben­de­cida por el con­sejo de ad­mi­nis­tra­ción, un ór­gano de claro tinte po­lí­tico en cuanto a la com­po­si­ción e ins­pi­ra­ción de sus de­ci­sio­nes.

Así que el con­sejo de la com­pañía fe­rro­viaria de­berá ana­lizar y, en su caso, ra­ti­ficar la pro­puesta de ad­ju­di­ca­ción al fa­bri­cante fi­na­lista que le eleve la mesa de con­tra­ta­ción tras la aper­tura pú­blica de so­bres.

Pero no se des­cartan nuevas tur­bu­len­cias en un con­trato abierto hace casi un año. Tras la im­pug­na­ción de Bombardier que pro­vocó que Renfe tu­viera que re­ini­ciar la li­ci­ta­ción de nuevo este ve­rano, re­cien­te­mente el li­ci­tador ha de­jado fuera de la ca­rrera a este fa­bri­cante ca­na­diense. Con lo que ahora mismo quedan cuatro as­pi­rantes en liza: Alstom, CAF, Talgo y Siemens. Sin em­bargo po­drían pro­du­cirse nuevas re­cla­ma­ciones ju­di­ciales en torno a las ga­ran­tías ad­mi­nis­tra­tivas del pro­ceso, según fuentes cer­canas al con­curso.

Si fi­nal­mente el reloj de la ad­ju­di­ca­ción si­guiera en mar­cha, es bas­tante pro­bable que el nuevo con­sejo de ad­mi­nis­tra­ción se tome su tiempo antes de ra­ti­ficar la de­ci­sión de la mesa, con lo que la fu­mata blanca po­dría de­mo­rarse hasta co­mienzos del año 2017.

En de­fi­ni­tiva, el ma­rasmo ju­rí­dico y ad­mi­nis­tra­tivo que ha su­puesto la con­vo­ca­toria de este con­curso cuando se ini­ciaba la cam­paña elec­toral de las elec­ciones de di­ciembre de 2015 no tiene pa­rangón Renfe tiene jus­ti­fi­cado el con­trato en la ne­ce­sidad de ase­gu­rarse de que en los pró­ximos años con­tará con nuevo ma­te­rial para atender el pre­visto au­mento de via­jeros de­ri­vado del in­cre­mento de la mo­vi­lidad y la puesta en ser­vicio de nuevas lí­neas AVE.

Asimismo, el pe­dido con­tri­buirá a la re­cu­pe­ra­ción eco­nó­mica y di­na­mi­zará el sector de la fa­bri­ca­ción y el man­te­ni­miento de tre­nes, des­pués de años en los que los cen­tros que las mul­ti­na­cio­nales del sector tienen en España han te­nido que cen­trarse en pe­didos para el ex­te­rior.

El con­trato con­siste en su­mi­nis­trar quince trenes AVE y un pe­dido adi­cional de quince trenes más que la ope­ra­dora irá so­li­ci­tando por lotes de cinco uni­dades en fun­ción de sus ne­ce­si­da­des. Renfe busca un tren que cir­cule a una ve­lo­cidad de hasta 320 ki­ló­me­tros por hora y de gran ca­pa­ci­dad, esto es, que pueda trans­portar a un mí­nimo de 400 via­je­ros.

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