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16 junio 2016

La Agencia de Seguridad apremia a realizar los análisis de riesgo por los que se reabrió el caso Alvia

En un documento recuerda a las empresas que deben evaluar los peligros que subyacen a cualquier modificación

PABLO GONZÁLEZRedacción / La Voz, 16 de junio de 2016. Actualizado a las 05:00 h

 

XOÁN A. SOLER

 

La Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria (AESF) sigue empeñada en llenar los vacíos de seguridad detectados en accidentes como el de Angrois. Su último documento técnico -Guía sobre el contenido del expediente de modificación de un vehículo ferroviario, aprobada en mayo- incide en dos aspectos cruciales en la investigación del Alvia. El primero, si la modificación del tren original -el S-130- se hizo con todas las garantías técnicas y, el segundo, más genérico, sirve para apremiar a las empresas ferroviarias -especialmente el ADIF Renfe- para que realicen los análisis de riesgo que marca la normativa española y europea. «Se impone al proponente que corresponda en cada caso la obligación de aplicar un proceso de gestión del riesgo para la valoración y evaluación del impacto de cualquier cambio del sistema ferroviario, ya sea este técnico, de explotación u organizativo», se asegura en el documento.

Esto implica que para cualquier modificación en el sistema ferroviario -en este caso en el material rodante- debe aplicarse el método común de seguridad para evaluar el riesgo que marca el reglamento de la Comisión del 30 abril del 2013. Esta regulación es aplicable en España, recuerda la AESF, desde el 21 de mayo del 2015, aunque antes ya había distintas normas que obligaban a evaluar los peligros, y son estas sobre las que puso el foco la Audiencia Provincial de A Coruña para reabrir el caso Alvia. Los magistrados consideran que hay indicios de que no se evaluó el riesgo en la curva de Angrois.

Aplicable a todos los cambios

En la guía que deben cumplir las empresas ferroviarias se recuerda que estos procedimientos deben aplicarse a todas las modificaciones, tanto a las significativas como a las que no lo son. En Angrois se modificó en el 2010 el proyecto en la curva de Angrois y se redujo el ámbito protegido por el sistema ERTMS. Este sistema también se desconectó dos años después en el Alvia sin que conste un análisis del riesgo. Cuando se modificó el proyecto se realizaron evaluaciones de riesgos pero, según la Audiencia, eran parciales. La investigación judicial deberá determinar si existió una evaluación integral de los cambios en la línea.

También recuerda la Agencia, creada en abril del 2015, que cada administrador de infraestructuras y cada empresa ferroviaria «son responsables de su parte del sistema ferroviario», mediante sus respectivos sistemas de gestión de la seguridad, que también deben basarse en el reglamento comunitario incorporado a la legislación española.

 

La AESF también aporta criterios para saber cuándo la modificación en un vehículo ferroviario es significativa, entre ellos que las alteraciones introducidas puedan «suponer graves daños a personas» o sean modificaciones de gran complejidad técnica.

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