MIÉRCOLES, 18 DE MAYO DEL 2016 - 09:04 H

No entiendo cómo en Barcelona podemos estar perdiendo el norte de tal forma con las obras públicas. Primero fue Glòries con un proyecto de derribar el anillo viario para sustituirlo por un túnel. Vale, bien, a nadie le mola tener tal mole al lado de casa, pero a efectos prácticos supone que a nivel viario todo sigue igual solo que va por abajo y no por arriba, y que los vecinos de la zona ya no tendrán el viaducto ahí en medio. El tráfico será el mismo, la contaminación será la misma, el ruido será el mismo para toda la ciudad salvo esa zona, y el tránsporte público tampoco mejora en mayor medida que lo podría haber hecho con el viaducto aún en pie. De hacerse también la parte del túnel que se ha puesto en cuestión recientemente, todo esto nos costará 170 millones.

Ahora viene la Ronda de Dalt. Aquí el compromiso era tapar la parte soterrada, y soterrar la que va en superficie. Esta vez son 400 millones para que los vecinos ganen un poco de confort y espacio público, aunque la contaminación será la misma, el tráfico será el mismo, el transporte público será el mismo, etcétera.

Y finalmente tenemos el proyecto de unir las dos redes de tranvía a través del centro de la ciudad, dotando de paso a uno de los trayectos de bus más lentos y abarrotados de un transporte de más capacidad. Una obra que costaría lo mismo que Glòries, y menos de la mitad de la cobertura de la Ronda, a cambio de que toda la ciudad se beneficie de unmejor transporte público, menos contaminación y menos ruido. Que son, tachán, exactamente las mismas molestias que en Glòries o en la Ronda se quieren enterrar bajo tierra.

No puede ser que yo sea el único que ve aquí un completo despropósito, que hemos perdido el norte por completo. Todo mi respeto por los vecinos de las zonas en cuestión, yo mismo vivo cerca de la Ronda de Dalt, pero simplemente no entiendo cómo puede parecernos a todos tan bien que se gaste tal pastizal en unas mejoras un tanto limitadas en su alcance, aun si benefician a nuestro propio barrio, mientras que otras obras que deben tener un efecto positivo sobre una enorme cantidad de gente,

Creo que deberíamos de salir de esta mecánica de gastar mucho dinero en ocultar el tráfico, y si este nos molesta dedicar la inversión en ofrecer alternartivas mejores que esos buses que por la mañana son latas de sardinas más lentas que una tortuga volteada.