elcorreogallego.es
17 marzo 2016
TRIBUNA LIBRE
GERARDO CONDE ROA
Galicia, AVE y aeropuertos
HE VISTO ESTOS DÍAS que continúa la "problemática" de los aeropuertos gallegos, la disputa entre las ciudades y consecuentemente entre los dirigentes políticos y sociales de todas ellas sin que, al parecer, pueda existir un mínimo grado de acuerdo que imponga algo de racionalidad.
Creo, desde hace años, que la solución deberá estar en la conectividad entre las ciudades del Eje Atlántico y las del interior aprovechando la puesta en funcionamiento de sucesivos tramos de AVE entre la Galicia interior a través de Ourense y la Galicia costera, que es la que tiene los aeropuertos.
En estos momentos el AVE del Eje Atlántico está próximo a su finalización y pronto estará concluido el resto de las conexiones internas y con la meseta. Es inexplicable que no exista una conexión con Lavacolla, la terminal que mejor disposición tiene, desde el punto de vista geográfico, de accesibilidad y coste de obra. Hace años que ya propuse esta opción. Como era de esperar fueron más los insultos e improperios y tan solo alguna tibia voz se atrevió a decir, "tal vez habría que estudiarlo".
Lo repito, carece de sentido, se mire desde dónde se mire, que tengamos dentro de poco una Galicia trufada de trenes de alta velocidad y que ninguno de ellos tenga conexión con Lavacolla. Todavía pensarán que me mueve algún interés extraño, qué más da, lo que me duele es ver cómo Galicia pierde una oportunidad de tener un gran aeropuerto, al lado de otros (que no tienen que desaparecer en absoluto) pero cuyo futuro, de seguir así, es muy difícil.
El día que el AVE del Eje Atlántico se una con el AVE portugués (que sí para en el Sá Carneiro) en la frontera, Lavacolla no tendrá futuro. Los vuelos internacionales serán desde el Sá Carneiro, aunque eso sí, todos estaremos encantados en perder una hora y media desde A Coruña o una hora desde Santiago a Oporto, o media desde Vigo, con tal de que otra ciudad gallega no cuente con tal conexión. Una gran victoria colectiva más que apuntarnos como pueblo superior que somos.
Todos guardan silencio: partidos políticos, sindicatos, asociaciones empresariales, universidades, colectivos mil que no dudan en salir a criticar cualquier medida que afecte mínimamente a sus intereses.
En fin, he salido de mi ya prolongado letargo no por gusto, sino por obligación; ojalá algún periodista pregunte a algún político, empresario, a la escuela superior de Ingenieros de Caminos (hay una cátedra de Transportes, etc....), pero me temo que será difícil que respondan. Eso sí, después las empresas se van o no vienen y la culpa siempre es de los Reyes Católicos. Por cierto, no quiero olvidarme de ADIF en este asunto. Es lamentable que no haya hecho más por este tema, sabiendo como saben que es una necesidad que viene impuesta, incluso, por la UE.
EL AUTOR ES EXALCALDE Y ABOGADO






