La dirigente del partido de Iglesias niega que su crítica al despilfarro en obras conlleve el apoyo a parar el AVE a Galicia

SONIA VIZOSO Santiago de Compostela 11 DIC 2014 - 16:23 CET

Carolina Bescansa, en un encuentro con periodistas en Santiago. / OSCAR CORRAL

Podemos ha empezado a levantar su andamiaje en Galicia sin perfilar cuál será su postura sobre asuntos propios de la comunidad, como la política lingüística o las subvenciones directas que reciben de la Xunta los medios de comunicación desde los tiempos de Manuel Fraga. Con la constitución de las direcciones municipales en marcha y algún debate de fondo en las redes sociales que ha excitado suspicacias entre galleguistas y nacionalistas, la compostelana Carolina Bescansa, secretaria de Análisis Político y Social del partido, ha recalcado hoy que dilemas sobre brindar o no un trato preferente al idioma gallego en las aulas serán discutidos por la militancia cuando se confeccione el programa electoral para próximos comicios: “No ha empezado aún el debate aunque se habla informalmente en las redes sociales. En Podemos decide la gente y la gente necesita tiempo, más tiempo que cuando las decisiones son unilaterales”, explicó una de las fundadoras de Podemos en los Almorzos On/Off que organiza el Colexio de Xornalistas de Galicia, una rueda de prensa celebrada en Santiago en la que se limitó a remarcar que su formación considera la lengua un “elemento central de la cultura y de la construcción de la identidad”.

Sobre su relación con AGE, la coalición entre el partido nacionalista de Xosé Manuel Beiras y Esquerda Unida cuyo éxito electoral de 2012 inspiró el movimiento de Pablo Iglesias, la fundadora de Podemos expresó su “respeto” por todos aquellos que llevan “años” luchando “en la calle” por los “derechos sociales” y atribuyó cualquier posible acuerdo con esta formación a lo que vote la militancia. Al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, lo retó Bescansa a debatir con Podemos sobre sus propuestas educativas y sanitarias, sobre la gestión de la deuda, sobre una posible "auditoría ciudadana del gasto público en la Xunta" y, subrayó, “muy especialmente sobre corrupción”. Para la compostelana, el PP tiene un "grave problema" de corrupción y Galicia lo sufre como el resto de España, con una “combinación” del viejo clientelismo político y “nuevas formas basadas en la compra directa de decisiones”.

Bescansa echó mano de la ironía para responder a las palabras pronunciadas por Feijóo hace unos días en las que se autoproclamaba como “más de Podemos que los de Podemos” y le afeaba a la cúpula del partido liderado por Pablo Iglesias su “pertenencia a la burguesía”. “Si [Feijóo] se siente de Podemos a lo mejor tenemos que hablar también de eso”, deslizó Bescansa, momentos antes de que, en la sede del Gobierno gallego, Feijóo se ratificara en lo dicho el pasado 6 de noviembre: "Reitero lo que dije en cuanto al alcance y el contenido".

Bescansa niega que la crítica que realiza Podemos al despilfarro de dinero público en grandes infraestructuras en un país “con más de un 30% de niños en riesgo de pobreza” signifique automáticamente que el partido vaya a incluir en su programa la propuesta de paralizar las obras del AVE a Galicia, como publicó algún medio de comunicación. Aunque este tema tampoco ha sido debatido aún por la militancia, la dirigente de Podemos, que ve "dudosa" la rentabilidad económica y social de este tipo de grandes infraestructuras, ha explicado su “posición personal”: “No tiene sentido, aunque podamos cuestionar las inversiones, convertir en fondo perdido una inversión que ya se está haciendo”, señaló. “Quizás tenga aún menos sentido no acabar la obra. No pienso que las cosas vayan por ahí”.

Preguntada por el apoyo de Podemos a las candidaturas ciudadanas que se están fraguando en los ayuntamientos gallegos de cara a las elecciones municipales del próximo mes de mayo, Bescansa ha insistido en que su partido “colaborará” con estas iniciativas siempre que cumplan unos requisitos: la convocatoria de primarias abiertas para elegir a todos los miembros de la lista de candidatos, un debate abierto para elaborar el programa electoral y un referéndum ciudadano para sellar posibles pactos poselectorales.