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7 abril 2014

GIJÓN

70 mujeres en vía de igualdad

España tuvo su primera maquinista en 1929; «ahora la gente ya no se asusta»

05.04.14 - 00:42 - 

 

70 mujeres en vía de igualdad

Ana Isabel Aguirre, Carmen Salgado y Laly García, tres asturianas que han sido maquinistas de pasajeros y mercancías, ayer. :: JORGE PETEIRO

 

Hay 70 mujeres con permiso para conducir trenes en España y 44 de ellas se reúnen desde ayer en Gijón. Son las sucesoras de Pilar Careaga y Basade, la primera que se puso al frente de una locomotora, en 1929; con 21 años y un descaro que la llevó de las maquinas a la política. En el congreso de este fin de semana las que le siguieron dirán que la suya es todavía una profesión de hombres, que hasta 2008 no se vio a una fémina a los mandos de un ferrocarril de Feve. Explicarán eso, pero también por qué en la cabina se vive «la profesión más bonita del mundo».

Así la defiende Carmen Salgado, quien se puso a los mandos «el 1 de abril de 1982». Movía caliza, cemento, bobinas y carbón, entre El Musel y León. «Llevaba una locomotora 7700, una máquina con la que me reencontraré en el Museo del Ferrocarril. Aquello había que vivirlo. Tenía freno de vacío y tirabas de 1.000 toneladas por el puerto de Pajares, con un ruido horrible y poca calefacción, de noche y con nieve. He pasado yo allí frío, sueño, hambre y cosas que mejor no te cuento», disculpa. Salgado lleva ahora dos años al calor de las oficinas, un destino más cómodo pero desde el que «hecho de menos la magia del Pajares; las noches estrelladas, pasar todos los días por la misma curva y encontrarte un paisaje siempre distinto».

De eso viene 'Listas para partir', el título de este quinto congreso de mujeres maquinistas: «Estabas siempre con la maleta preparada para el próximo servicio». Ana Isabel Aguirre, una de las nueve mujeres con licencia para pilotar en ancho métrico, aún sabe lo que es eso. Está destinada al Feve Oviedo-Santander, ferrocarril que guía hasta Llanes, donde hace noche. Lo de ponerse a los mandos le fue llegando poco a poco, tras muchos años como factor de circulación en El Berrón. En el andén veía pasar a los convoyes y se preguntaba si alguna vez, quizás, ella también... Un sueño que le costó más de una burla antes de decidirse.

«Este es un oficio de mucha responsabilidad y al principio el mayor miedo es el de no estar a la altura, el de que quizás los que dudaban tenían razón», confía la entreguina Laly García, tercera del comité organizador y que llegó a los mandos tras muchos años de peón de taller. Ahora trabaja en Euskotren, un sitio donde «la gente ya no se asusta; allí somos muchas».

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