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4 abril 2014

VÁNDALOS O ARTISTAS

Los grafiteros ya no pueden viajar en tren en Madrid

UN JUEZ PROHÍBE A DOS JÓVENES ACERCARSE A MENOS DE 200 METROS DE CUALQUIER TREN O INSTALACIÓN FERROVIARIA

UN REPORTAJE DE AITZOL GARCÍA - Jueves, 3 de Abril de 2014 -

 

Los grafiteros suelen rotular las unidades ferroviarias con sus firmas personales y abundancia de color.

Los grafiteros suelen rotular las unidades ferroviarias con sus firmas personales y abundancia de color. (Foto: Paraisohiphop)

"A mi me gustaría que no se dijera que son artistas porque no lo son. Son delincuentes, son vándalos", dijo la semana pasada el gerente de Servicios Ferroviarios de Mallorca (SFM), José Ramón Orta, al informar de que los trenes de esta empresa pública se van a recubrir con láminas de vinilo para protegerlos de los grafiteros. Así, vándalos o artistas (o las dos cosas a la vez), Plus y Rase ya no podrán viajar en tren. Ni siquiera podrán acercarse a una estación ferroviaria a esperar a un familiar o un amigo.

Plus y Rase, es decir Víctor O. B., de 23 años, y Francisco Javier P. G., de 27, son dos grafiteros a los que el juez ha prohibido acercarse a menos de 200 metros de cualquier vagón de tren o instalación de la red de ferrocarriles.

La orden de alejamiento llegó después de que los dos jóvenes fueran detenidos en Madrid por la Policía Nacional como presuntos autores de 46 delitos de daños -por valor de 270.000 euros- en las instalaciones de Renfe. Según informó ayer la Jefatura Superior de Policía de Madrid, los dos arrestados -Víctor O. B., y Francisco Javier P. G.- actuaban desde 2010 y firmaban sus obras como Plus y Rase.

Tras las denuncias interpuestas por Renfe, los agentes encargados de la investigación detectaron la existencia de grupos organizados de grafiteros que desde hace años y de forma sistemática rotulan las instalaciones o los convoyes con firmas personales -Tags-, o con firmas colectivas -Crews-, especialmente en las líneas C5 y C8 de la Comunidad de Madrid. Los agentes observaron que muchas de estas firmas respondían a las palabras Rase y Plus, que eran empleadas por Víctor y Francisco Javier, respectivamente.

EL 'PALANCAZO' De acuerdo con la investigación, los dos jóvenes detenidos conocían los horarios y las instalaciones de Renfe, de manera que evitaban las zonas vigiladas por cámaras o empleaban prendas que dificultasen su identificación.

Para pintar los trenes recurrían al método del palancazo, que consiste en activar el freno de emergencia para detener el tren, lo que ocasiona retrasos y paros de la circulación.

Así, la semana pasada los dos detenidos, en compañía de un tercero, se dirigieron a la estación de Fuenlabrada con la intención de pintar un convoy, cuando fueron sorprendidos en el acto por vigilantes de la estación y huyeron del lugar. Poco después se trasladaron con su vehículo hasta la estación de Embajadores, donde sabían que pararía el tren, para poder terminar su obra.

Cuando el ferrocarril se detuvo tras accionar el freno de emergencia, no dudaron en arriesgar sus vidas al cruzar las vías del tren por donde instantes después pasó otro convoy en sentido contrario.

EN GRUPO Y COORDINADOS Por todo ello, los agentes iniciaron un dispositivo de localización y detención que se saldó con el arresto de los autores, imputándole a Víctor trece delitos de daños y seis por desórdenes públicos y a Francisco Javier un total de 33 infracciones de daños y nueve por desórdenes públicos.

Al tratarse de colectivos que actúan en grupo y de forma coordinada y organizada, la investigación continúa abierta y no se descartan nuevas detenciones. La investigación la llevan a cabo agentes de la Brigada Móvil adscritos a la Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana y pertenecientes a la Jefatura Superior de Policía de Madrid.

Según los cálculos del SFM, el precio de repintar un coche de una unidad ferroviaria que haya sido atacada por los sprays, rodillos y otros útiles de pintura de los grafiteros asciende a unos 5.850 euros, cantidad a la que hay que sumar el tiempo que el coche está fuera de servicio. Por su parte, Renfe calcula que cada año gasta 9,5 millones de euros en limpiar los vagones de esas obras efímeras llamadas grafitis.

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