En el artículo publicado el 28 de julio daba una serie de sugerencias para mejorar la circulación de los trenes. Expresaba que la señalización fija, por mensajes, en Renfe, no había surgido de un análisis científico, lo mismo que la de las carreteras, salvo alguna excepción.

Apoyado por el artículo y con fotografías que poseo hice una campaña para que tal tipo de accidentes no volviera a ocurrir. Con 80 muertes se puede uno preocupar y dar a conocer lo que considero como un fallo. Para ello he dado a conocer mi opinión a través de internet, pero también directamente por teléfono y por carta. He querido saber si había algún tipo de señalización como se hace con las carreteras que tienen un tramo peligroso. Para ello he contactado con decanos de Ingeniería T. de Obras Públicas de Santiago de Compostela y de Caminos en Galicia. También con sindicatos de maquinistas de Renfe. Parece que no había ningún tipo de señalización física que advirtiera a los maquinistas de la necesaria disminución de la velocidad en la curva de Angrois.

Por fin el día 4 de agosto informan en televisión que han colocado señales en el lateral de la vía advirtiendo de tal punto negro; pero a burro muerto la cebada al rabo.

Tengo amplias razones para explicarme con dureza contra aquellos estamentos regidos por personas que parece que no aman su trabajo. Mi certeza de que gran parte de los accidentes se pueden evitar datan de cuando tenía 20  años de edad y vi una víctima mortal en la carretera nacional a la altura de Las Hervencias. Los funcionarios inútiles, o poco profesionales, no se habían percatado de que una rama invadía la carretera a poca altura y tal rama pegó contra la cabeza de una persona de Aldeavieja que iba en la caja de la camioneta.

Como complemento al artículo pongo un par de fotos con mis comentarios.

Aunque no tiene nada que ver con sitio del accidente: estas son las señales que se ven actualmente en el ferrocarril. No tienen una base científica. Son de formato y colores que no atraen la atención de los maquinistas. Conviene que se analicen las necesarias mejoras, basadas en aspectos culturales, no ingenieriles. Según me han  informado no había ninguna señal que advirtiera de la curva peligrosa que ha causado 79 muertos.

En la sección ‘Tráfico’ de mi web (www.manuelmateos.info), se pueden ver algunas de mis propuestas para que nosotros, como conductores de nuestro vehículo, captemos mejor las señales, lo que afectaría en una menor siniestralidad.

He conseguido algunos cambios, pero seguimos en España con muchas señales de tráfico que no fueron analizadas  científicamente antes de adoptarlas.

Analicé científicamente los cartelones de Estados Unidos en 1965 y les aconsejé que los modificaran, lo que hicieron unos seis años después y ello implicó cambiar completamente miles de carteles informativos de todas las autopistas.

Se debe respetar el trabajo que he hecho en materia de seguridad del transporte expresado en 300 comunicaciones y darlo a conocer ya por el profesorado de las escuelas de Ingeniería Civil, Obras Públicas y de Caminos. Y que apliquen nuestra aportación fruto de una larga dedicación en materia de seguridad del transporte para mejorar ya toda la señalización física de los ferrocarriles españoles y de las carreteras.

En cuanto pusieron el tren Mag Lev en China fui a verlo. Solamente hay un maquinista, lo mismo que en Estados Unidos y en otros países. En España van dos, tal vez por aquello de que en los de vapor iban dos el maquinista y el fogonero, aunque en cabina solamente suele haber una persona.

Este tren circula a 430 kilómetros por hora sin que sintamos movimiento alguno en los vagones. Es un invento alemán de hace más de 50 años. Es carísimo de mantener.

China llevó a cabo este tren, y también el que va al Tíbet a un coste desorbitado y otros, porque el Ministerio del Transporte manejaba el 10 por ciento del PIB del país. El todopoderoso ministro se creyó más que un dios pues se ha averiguado que hasta tenía 18 amantes y acaba de caer en desgracia por ello.

En España también ha habido derroche con eso del AVE, innecesario en muchos casos, ¿o en todos?