sábado, 30 de marzo de 2024

EL TRANVÍA DEL BAIX EMPORDÀ (II)

 

 

Retrato de Augusto Pagès Ortiz, primer concesionario del tranvía del Baix Empordà

 

AUGUSTO PAGÈS ORTIZ, Palamós, 1846-1892

Hijo de una familia de propietarios de Palamós, bien relacionada con las esferas políticas y económicas del entorno, Augusto Pagès Ortiz fue el primer concesionario del tranvía de vapor del Baix Empordà.

 

Su padre, Narciso Pagés Prats, fue un destacado abogado de Palamós y también Diputado a Cortes del partido conservador por la circunscripción de Torroella de Montgrí, presidente de la Diputación de Gerona y alcalde de Palamós. En consecuencia, resulta natural que Augusto Pagès siguiera los pasos de su progenitor y cursara los estudios de Derecho en la Universidad de Barcelona. Posteriormente regresó a su localidad natal, donde, junto a su padre, ejerció la abogacía y gestionó diversos negocios familiares.

Implicado en el fomento del desarrollo de Palamós, Augusto Pagès intervino en diversos proyectos, como los encaminados a la mejora del puerto, herramienta esencial para su comercio y la exportación de la producción de corcho de la comarca. Además, impulsó la creación de la delegación de la Sociedad Española de Náufragos, de la que llegó a ser vicepresidente.

Una de las obras más destacadas de Augusto Pagés fue la fundación de un periódico, el Semanario de Palamós, algo que hoy en día puede resultar sorprendente cuando, en la época, Palamós apenas contaba con 3.000 habitantes. La primera edición se publicó el 4 de octubre de 1883 y uno de sus indisimulados objetivos era defender la construcción del tranvía de vapor a Flaçà frente a los postulados de otras publicaciones del entorno, sobre todo de Sant Feliu de Guíxols, que eran partidarias de otras alternativas ferroviarias para la comarca.

Augusto Pagés dirigió el Semanario de Palamós desde sus primeros números hasta el 31 de diciembre de 1884 cuando, según señaló en el propio periódico, las crecientes obligaciones que suponía su empresa ferroviaria, le obligaron a dejar la publicación para centrarse en exclusiva en el tranvía. No obstante, sus páginas siguieron informando puntualmente sobre la evolución del proyecto, por lo que son una guía fundamental para conocer los pormenores de su construcción. Cabe señalar que el periódico apenas sobrevivió un año tras la inauguración del tranvía, ya que su último número se publicó el 29 de marzo de 1888.

Desde 1927  una calle de Palamós honra la memoria de quien revolucionó el transporte y la economía de la ciudad con su tranvía de vapor.

 

 
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