sábado, 30 de enero de 2021

EL TREN LLEGA A COLLANZO (Y IV)

 

 

Grúa suministrada por Babcock & Wilcox a la Sociedad General de Ferrocarriles Vasco-Asturiana para la descarga de carbón en el puerto de San Esteban de Pravia. Archivo Euskotren/Museo Vasco del Ferrocarril

 

Las grúas del puerto de San Esteban de Pravia

En la cadena logística proyectada por Víctor Chávarri para el transporte del carbón de sus Hulleras de Turón a los altos hornos de Sestao, el puerto de San Esteban de Pravia jugaba un papel fundamental al garantizar el eficiente embarque de la hulla transportada por los trenes de la Vasco-Asturiana en los navíos que deberían remitir este combustible a las siderurgias vizcaínas. Por ello, el ferrocarril instaló al pie de sus muelles una gran estación dotada de una amplia playa de vías en la que esperaban los vagones su turno para el embarque, así como silos de almacenamiento y tres cargaderos establecidos en 1905, 1908 y 1917, respectivamente.

 

Un vagón del Vasco-Asturiano montado sobre la plataforma de descarga. Archivo Euskotren/Museo Vasco del Ferrocarril

 

El incremento del transporte de carbón provocado por la Primera Guerra Mundial hizo que los tres cargaderos disponibles resultaran insuficientes, por lo que la Compañía Vasco-Asturiana decidió aumentar la capacidad de embarque del puerto de San Esteban con la incorporación de una gran grúa que, como se puede apreciar en la imagen, elevaba los vagones cargados de carbón, que contaban con un frontal basculante. De este modo, una vez situados sobre la bodega del barco, la grúa inclinaba la plataforma sobre la que se había asegurado el vagón y de este modo se descargaba su contenido por gravedad.

 

Grúa Babcock & Wilcox en acción. Archivo Euskotren/Museo Vasco del Ferrocarril

 

En concreto, la grúa que figura en esta fotografía, construida por la Sociedad Española de Construcciones Babcock & Wilcox en 1924, podía levantar 45 toneladas de carga y era capaz de descargar entre 1.000 y 2.000 toneladas de carbón al día, entre 200 y 250 toneladas por hora en condiciones normales y hasta 300 en caso de urgencia. Este espectacular sistema debió ofrecer buenos resultados, ya que en 1930 se instaló otra grúa de similares características. Ambas operaron hasta los años sesenta del pasado siglo.

 
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