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29 abril 2019

 

140 AÑOS DE FERROCARRIL EN MANACOR (II)

 

 

 


Tomás Morell no perdió la oportunidad de palear carbón en una locomotora de vapor cuando visitó el Museo Vasco del Ferrocarril de Euskotren. Archivo de la familia Morell
 
TOMÁS MORELL MARQUÉS
 
Tomás Morell Marqués fue, sin duda, uno de los personajes clave en el renacimiento del ferrocarril en la isla de Mallorca y en la recuperación del tren a Manacor. Nacido en Sóller el 13 de febrero de 1945, era el mayor de cuatro hermanos y desde su infancia, sintió un intenso interés por el ferrocarril, no en vano, su villa natal cuenta con una de las líneas ferroviarias más interesantes del país y uno de los pocos tranvías que sobrevivieron a la devastadora ola de supresiones que vivió España en los años sesenta y setenta.
 
Tras cursar sus estudios primarios en Sóller, prosiguió su formación en Palma de Mallorca y, posteriormente, en Tarragona, ciudad en la que en 1972 obtuvo el título de Ingeniero Industrial.
 
Finalizados sus estudios, Tomás Morell regresó a Mallorca, donde trabajó durante 10 años para la firma Pegaso. De este modo entró en contacto con los ferrocarriles de la isla, dado que en las líneas de Feve operaban antiguos automotores Ferrostal cuyos motores diésel originales Bussing estaban siendo reemplazados por los de la marca del caballo alado. A raíz de esta relación técnica, cada vez más estrecha,  en 1981 fue contratado por la empresa estatal como Jefe de Servicio de sus talleres en Palma de Mallorca.
 
Poco a poco, gracias a sus grandes conocimientos técnicos y a su fuerte compromiso con el servicio, Tomás Morell se fue convirtiendo en la cabeza visible del ferrocarril en Mallorca. De este modo, cuando en 1994 se transfirieron las líneas competencia de Feve al gobierno balear, Tomás Morell asumió temporalmente la primera gerencia, hasta la constitución formal de la empresa pública Serveis Ferroviaris de Mallorca (SFM), en 1994.
 
Tomás Morell asumió las máximas responsabilidades en una empresa que heredó una red fuertemente descapitalizada y con buena parte de sus líneas fuera de servicio por falta de adecuación de las infraestructuras y de material móvil para atenderlo. Los primeros pasos bajo su dirección se encaminaron a la modernización del servicio, con la compra de nuevos trenes diésel suministrados por CAF, con los que se pudo reemplazar los viejos Ferrostal y Man, así como incrementar las frecuencias de circulación.
 
Una vez consolidado el servicio en la única línea operativa de los Serveis Ferroviaris de Mallorca entre Palma e Inca, Tomás Morell impulsó decididamente la reapertura de las líneas que se encontraban abandonadas, aunque nunca formalmente clausuradas. El primer paso fue la recuperación del tramo de 17 kilómetros comprendido entre Inca, el empalme de Son Bordils y Sa Pobla, abierto al público el 27 de diciembre de 2000. Una vez culminado este proyecto, se emprendió la reconstrucción de la línea entre el Empalme y Manacor, obra mucho más compleja que la anterior dado su mayor recorrido y, sobre todo, por la necesidad de realizar una variante de trazado en Petra como consecuencia de la desordenada expansión urbana de este municipio durante el largo periodo en el que no circularon los trenes. Finalmente, este trayecto, de 32 kilómetros, se pudo reinaugurar el 12 de mayo de 2003.
La rehabilitada estación de Manacor alberga un museo dedicado a la figura de Tomás Morell. Fotografía de Juanjo Olaizola Elordi
 
Tras la recuperación de las líneas de Sa Pobla y Manacor, Tomás Morell siguió impulsando nuevas empresas como la electrificación de la red, recientemente concluida, o la reapertura de otros tramos fuera de servicio, proyectos que no pudo materializar al sorprenderle la muerte el 29 de abril de 2004.
 
Tomás Morell reunía la cualidad de ser, además de un técnico excepcional, un gran aficionado al ferrocarril y de hecho, junto a Gabriel Sierra Arbide, director del vecino Ferrocarril de Sóller, fundó el 13 de marzo de 1989, la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Baleares. Además, cultivó otras muchas aficiones, como el coleccionismo de pipas y las antigüedades. Tras su muerte, Serveis Ferroviaris de Mallorca, en colaboración con los amigos del ferrocarril de la isla, habilitaron en la antigua estación de Manacor un pequeño museo ferroviario en su memoria.

 
 

 

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