Se cumplen 125 años de la inauguración del servicio de viajeros

 

El 19 de julio de 1881, la “The Rio-Tinto Company Limited”, concesionaria desde 1873 de la explotación de las minas de Río Tinto, abrió al tráfico de viajeros su ferrocarril, hasta entonces dedicado exclusivamente al transporte de los minerales obtenidos en el yacimiento, lo que supuso un auténtico acontecimiento en la provincia de Huelva.

 

(09/03/2006)  

ElEl semanario La Ilustración Española y Americana recogía la noticia en su número de la primera semana de agosto de 1881, resaltando la transcendencia social de del hecho que suponía ofrecer una vía de comunicación moderna a pueblos para los que el ferrocarril era sólo el medio por el que salían de Río Tinto, en las estribaciones al sur de Monte Colorado, casi 800.000 toneladas anuales de minerales de hierro y cobre.” 
En aquella época, de las minas de Río Tinto -a las que un ingeniero inglés definió como “un montón enorme de mineral de cobre- se obtenía la doceava parte de la producción mundial de ese mineral. Además, las piritas de la zona, contenían dos onzas de plata por tonelada y residuos de oro, lo que suponía que el negocio de su explotación fuera floreciente. 
Los 92 millones de pesetas de la época que el Estado obtuvo por su cesión fueron rápidamente amortizados, lo mismo que el capital emitido originalmente, de modo que los accionistas y obligacionistas de la Compañía –emitió títulos por algo más de 160 millones de pesetas- recibían “...periódicamente, y con la mayor exactitud, pingües dividendos...” 
La empresa minera fue la impulsora del despegue metalúrgico de la provincia de Huelva, y su entonces jefe Alberto Grothe –“ español de corazón, hombre recto, ilustradísimo y emprendedor”- fue también el primero en modificar el sistema de calcinación de los minerales de cobre al aire libre que tantas molestias producían a la población, cuyas quejas –“tan legítimas”- llegaron incluso a las Cortes de la Nación. 
ElLa inauguración . La apertura de la vía férrea de Tharsis al Odiel al servicio de viajeros era, como toda inauguración de un ferrocarril, un hito que indicaba “... la primera etapa de (una) nueva senda de prosperidad y progreso para la región que(...) atraviesa”, pero también supuso que aquel 19 de julio se convirtiera en “...un suceso que produjo ferviente entusiasmo en los habitantes de los pueblos interesados, sin excepción de clases, y que representa fielmente un timbre de gloria para toda la provincia de Huelva”. 
Los actos de la inauguración fueron presididos por las autoridades civiles y militares de la provincia que “...llegaron a las ocho y media de la mañana, en los vapores de las obras del puerto, al muelle flotante de Corrales, donde esperaban a la comitiva el Alcalde y numerosos representantes de los pueblos de Tharsis y Alosno y los ingenieros y empleados de la Empresa, bajo la presidencia del jefe Sr, Grothe ”. 
El tren partió del puerto de Huelva arrastrado por la locomotora nº 10 de la compañía, llamada “Gua”, a la que le cupo el honor de servir al primer tren de viajeros que recorrió la línea, “... adornada bizarramente con banderas españolas e inglesas, condijo a todos en cómodos carruajes hasta la Estación de Corrales, que estaba engalanada con arcos de follaje, flámulas y gallardetes”. 
Por fin, a las once de la mañana, el tren inaugural legaba a Medio-Millar, Estación de Alosno y fin de la línea que ofrecía un “...magnífico golpe de vista: en el andén del modesto edifico se halaba una banda de música que tocó la marcha Real cuando llegó el tren y todos los operarios de las minas de Tharsis estaban también en ella”. 
Éstos portaban estandartes rojos y amarillos, “que tenían los lemas Filón Centro Filón Norte Sierra Bullones Talleres Calcinación , etc., los cuales correspondían a las diferentes secciones de operarios”. Asimismo, “...el vecindario de Alosno completaba el animado cuadro, recibiendo a los expedicionarios con vítores y aclamaciones”. 
El“En este último pueblo se celebró un banquete de 70 cubiertos, espléndidamente dispuesto por el Ayuntamiento para obsequiara a sus huéspedes; y después de los brindis patrióticos y entusiastas que pronunciaron los comensales, y de dirigirse afectuosos telegramas de felicitación a los señores Ministro de Fomento y Director General de Obras Públicas, se efectuó una colecta a favor de las familias españolas que han sido víctimas de los bárbaros atropellos de Ebu-Amena y sus hordas de feroces africanos.” 
Se trataba a de un ataque de un grupo de musulmanes exaltados que al mando de Ebu–Amena recorría las poblaciones del interior de Túnez y Argelia, predicando la guerra santa para librar a la zona del yugo cristiano, y que en sus correrías llegaron hasta Saida, junto a Orán donde el 12 de junio de 1881 atacaron a los trabajadores de las minas próximas y a sus familias, entre ellos algunos españoles. 
Tras la jornada plena de festejos, “los expedicionarios regresaron a Huelva a las nueve de la noche, vivamente agradecidos a las atenciones que les habían dispensado los individuos de la Empresa de las minas de Tharsis, y los alcaldes y Ayuntamientos de Alosno y Corrales”.

(FUENTE VIA LIBRE)

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