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16 mayo 2016

Julio de 1895: el tren llega a la provincia de Almería

  • HISTORIAS DE ALMERÍA

  • El final del siglo XIX supuso para los almerienses una reivindicación similar a la actual con las infraestructuras ferroviarias

     

    VÍCTOR J. HERNÁNDEZ BRU | ALMERÍA

     

    Julio de 1895: el tren llega a la provincia de Almería

    La mejora de las condiciones ferroviarias de la provincia de Almería es, hoy, la mayor reivindicación social y colectiva de Almería: en medios de comunicación, en las agendas de nuestros representantes institucionales y en la vergüenza colectiva de los almerienses. Pero esto no es nuevo; esta reivindicación del siglo XXI ya se vivió intensamente en el XIX y tuvo continuidad durante buena parte del siglo XX.

    La realidad geopolítica de la provincia no ayuda, eso es una evidencia: una provincia situada en un extremo de la península, sin rutas de paso y hasta hace pocas décadas sin impulso económico y exportador que reclamase más infraestructuras. Desde hace ya casi siglo y medio, los almerienses nos hemos considerado discriminados por parte del Estado en muchas cosas y, entre ellas, en nuestras infraestructuras ferroviarias.

    Siglo XIX

     
     

    En el XIX, Almería fue de las últimas provincias en recibir al ferrocarril, tras una historia larga, tortuosa y que dejó pasar décadas desde los primeros trámites hasta que llegó la primera máquina.

    Fue en 1879 cuando el gobierno otorgó una pública subasta para la concesión de la construcción de varias líneas férreas, entre ellas la de Linares-Almería y la de Murcia-Granada, que pasaba por Lorca y atravesaba la comarca del Almanzora. El que fue Premio Nobel de Literatura, José Echegaray, era por entonces ministro de Fomento.

    El 25 de julio de 1895, 25 años después, entraba en servicio la conexión con Granada, al tiempo que se inauguraba la Estación de Ferrocarril de Almería. Ese día fue festivo en la ciudad de Almería y los periódicos recogieron el evento con todo detalle. Esos 25 años de espera se asemejan a la situación actual; nótese que, trasladando ese período a la situación actual, estaríamos hablando de más de seis legislaturas, como si en 1989 el gobierno hubiera anunciado los trámites para la llegada del AVE. ¿Les suena?

    Un camino tortuoso

    Sin duda que la llegada del ferrocarril y la inauguración de la línea Linares-Almería quedaba, en aquel 1870, todavía muy lejos. De hecho, la situación quedó 'en vía muerta' hasta 1876, cuando un nuevo decreto legal especificaba algo más el modo en que se tenderían las líneas por la provincia. Se hablaba tanto de la Linares-Almería como la de Murcia-Granada.

    Tuvo que pasar tiempo para que el gobierno considerase esas líneas 'de utilidad pública', lo cual era un impulso fundamental en los necesarios procesos de expropiación.

    Los trabajos, entonces, podían hacerse por parte del Estado o delegados en compañías privadas, que fue lo que ocurrió con la línea de Almería, que fue adjudicada a Ivo Bosch el 18 de mayo de 1889, quien desarrolló para ello la Compañía Caminos de Hierro del Sur de España. Mientras, la Great Southem of Spain Railway se adjudicaría la concesión del tramo entre Lorca y Baza, dentro de la línea Murcia-Granada.

    Durante décadas, hasta el famoso 25 de julio de 1895, Bosch tuvo que soportar una gran presión e innumerables críticas periodísticas y sociales por las constantes dilaciones en el proceso.

    Otros nombres importantes en ese proceso fueron el del ingeniero de caminos José Trías, a quien la Diputación Provincial encargó un proyecto capital allá por 1873; el arquitecto municipal Trinidad Cuartara; el de la Diputación Enrique López Rull; o Carlos Navarro Rodrigo, un alicantino que participó activamente en la llegada del tren.

    La presión de la prensa

    El periódico decano de la prensa almeriense, La Crónica Meridional de Francisco Rueda López, derrochaba caracteres tipográficos allá por 1876 para reflejar la aprobación, por parte del Consejo de Ministros, del Ferrocarril Linares-Almería. No era más que un pequeño paso en el largo proceso hasta la llegada del tren.

    El 30 de abril de 1982, daba cuenta de la aprobación del inicio de las obras por parte del Congreso, con este texto: «Anteanoche a las once y media, y cuando ya teníamos hecha la tirada de nuestro periódico, se recibió en el Gobierno Civil un telegrama, que por extraordinario mandó publicar el señor gobernador de la provincia, manifestando que la Cámara acababa de aprobar el proyecto de Ley del Ferrocarril de Linares a Almería, anunciando tan fausta nueva con el disparo de algunas docenas de cohetes». También fue un anuncio frustrado.

    En 1889, La Crónica Meridional impulsa una campaña junto a otros periódicos, incluyendo un multitudinario 'meeting' al que anima a que acudan los almerienses y del que después ofrecerá amplia información. Tampoco hubo resultados.

    Durante todos esos años, los periódicos que se editaron en Almería, más de una treintena, participaron de la presión hacia el Gobierno. La palma se la llevó un rotativo llamado sencillamente 'El Ferrocarril', fundado por Amador Ramos Oller y Eusebio Arrieta en 1879, que reclamaba la llegada del tren. También 'El Eco del Levante' se subtituló 'Defensor de la construcción del ferrocarril de Lorca a Almería'.

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