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1 febrero 2016

75 AÑOS A BORDO

Santi Ibáñez (SPC) domingo, 31 de enero de 2016

 
 
Desplazarse hace poco más de 50 años de una ciudad a otra en ferrocarril por la geografía española era toda una aventura. Recorrer apenas 150 kilómetros se traducía en una jornada agotadora, excepto para los más pequeños de la familia que lo vivían como una novedad, un premio hacia un mundo mágico. Ajenos a las recomendaciones de los mayores, sacar la cabeza por la ventanilla en la oscuridad total de un túnel era entrar en un espacio misterioso poblado de personajes fantasmagóricos que se volvían a sus ojos invisibles con el rugido ensordecedor de la locomotora. 
Había que invertir casi un día para trasladarse, por ejemplo, de Burgos a Bilbao. A medio camino -en Miranda de Ebro-, se hacía transbordo y era necesario esperar en el edificio de la estación o en el andén durante horas interminables a que llegara el nuevo convoy y el empleado gritara aquello de «¡Pasajeros al tren!».
 El periplo, para los más optimistas, provistos de maletas de cartón endurecido y cestas con tortilla de patata, embutidos, queso y vino, que se ofrecían a otros viajeros del mismo departamentos, se transformaba en un jornada campestre sobre raíles. 
Al llegar al destino, los chavales lucían con orgullo sus caras ennegrecidas por las partículas de hollín que la máquina había arrojado sin descanso sobre el paisaje. Hoy, un vídeo recoge la evolución de la Red Nacional de Ferrocarriles, Renfe, que ahora cumple su 75 aniversario. Se inauguró a finales de enero de 1941, como fruto de la inversión de las grandes compañías para la explotación de la vía de ancho normal, que alcanza los 12.401 kilómetros de vías y, desde entonces, ha servido para consolidar este medio en España como un medio esencial.
En 1963, llegaron las primeras locomotoras eléctricas bitensión y cinco años más tarde la operadora puso en marcha la venta electrónica de billetes. Fue en ese mismo ejercicio también cuando el Talgo inició el servicio internacional entre Madrid y París. 
Casi una década después, en 1972, se aprobó la construcción de la estación madrileña de Chamartín, en la que se invirtieron 1.995 millones de pesetas. En 1986, se elevó la velocidad máxima a 160 kilómetros por hora con los primeros trenes a ese ritmo en el triángulo Madrid- Valencia-Barcelona.
Los 90, estuvieron marcados por las inversiones, con un impulso de 200.000 millones de pesetas en 1990 a los servicios de cercanías, y el establecimiento de los de Alta Velocidad en la península. En 2001, se compraron 589 trenes para los futuros servicios del AVE. 
Fue en 2005 cuando la firma se dividió en dos empresas:Renfe Operadora y Adif. En 2013, entró en servicio la conexión directa con Francia, sin necesidad de realizar transbordo entre Barcelona y París. En 2015, se estableció el récord de viajeros de larga distancia en 30,5 millones de pasajeros.
 
‘En blanco y negro’. Como si se ignorara el pasado, en el vídeo del Gobierno no hay espacio sobre la creación de Renfe. Cierto que la corporación de hoy apenas tiene que ver con la de 1941. Como esta España tampoco se parece en nada a aquel país en blanco y negro de la postguerra. Pero es incuestionable que el rescate y la nacionalización de este medio ha llegado 75 años más tarde hasta aquí.
Quizás se ha evitado la mención como antídoto contra la nostalgia. De esta forma, se ha quedado fuera el recuerdo hacia miles de trabajadores que se dejaron la vida en el sector. Se echa en falta un recuerdo cariñoso en este nuevo cumpleaños a todas esas personas que desempeñaron con nobleza el oficio que se les adjudicó. 
Mientras tanto, Renfe ha repartido entre nueve compañías el contrato de servicios de vigilancia y seguridad en sus estaciones e instalaciones para los próximos tres años por un importe conjunto de 173 millones de euros.
La suma de grandes compañías para la explotación de las vías vio nacer a finales de enero de 1941 a Renfe y una ruta ferroviaria que alcanza 12.401 kilómetros de vías
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