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5 octubre 2015

Cien años de trompicones en tren

Eskoriatza. El primer tren de obra llegó a Eskoriatza en 1893, la línea no entraría en servicio hasta el año 1917, casi 25 después desde que el tren llegara a Leintz-Gatzaga. Eskoriatza. El primer tren de obra llegó a Eskoriatza en 1893, la línea no entraría en servicio hasta el año 1917, casi 25 después desde que el tren llegara a Leintz-Gatzaga. / 'EL FERROCARRIL VASCO-NAVARRO'

  • Dificultades técnicas y financieras lastraron la llegada del ferrocarril hace 100 años

  • El ferrocarril tardó 27 años en llegar al Alto Deba después de un rosario de quiebras, pleitos y paralizaciones

    Cien años después la historia ferroviaria se repite en el Alto Deba. Las incógnitas que rodearon a la llegada del primer ferrocarril a Eskoriatza hace un siglo se reproducen hoy en el caso del controvertido Tren de Alta Velocidad. Dificultades técnicas y financieras han lastrado la historia de ambos proyectos. Mientras aún está por ver cuándo y cómo llegará el TAV a nuestra comarca, no está de más recordar la vicisitudes que el desaparecido ferrocarril Vasco-Navarro atravesó en su difícil génesis hace un siglo.

    El pasado 25 de septiembre se cumplían cien años de un acontecimiento histórico: un tren especial repleto de autoridades arribaba a Eskoriatza. El obispo de Vitoria Prudencio Melo y Alcalde y el ministro de fomento, Francisco Javier Ugarte Pagés, acompañados de una larga nómina de invitados, viajaban en aquel convoy procedente de Vitoria. Venían de inaugurar y bendecir la nueva estación del Vasco-Navarro en la capital alavesa.

    Las crónicas de la época, como la que publicaba El Correo del Norte al día siguiente, daban cuenta del gran recibimiento de que fueron objeto los viajeros del aquel tren inaugural. A su llegada, «poco después de la una y media», el obispo y el ministro, así como la representación de la Diputación Foral de Araba, «fueron recibidos por el Ayuntamiento en corporación, con la banda municipal y vecindario».

    En la casa consistorial se celebró un espléndido banquete que fue amenizado por la banda municipal y al que asistieron también representantes de la Diputación Foral de Gipuzkoa y del Ayuntamiento de Leintz-Gatzaga.

    «Se pronunciaron brindis inspirados en el cariño a estas provincias y tras el banquete salieron los excursionistas para Vergara, en automóvil, con el propósito de regresar a Vitoria para que allí tome el ministro el primer expreso para Madrid».

    Aquellas solemnidades llegaban, igual que el ferrocarril Vasco Navarro, con más de veinte años de retraso. El tren que vertebraría el Alto Deba durante los siguientes cincuenta años llegaba a Eskoriatza tras un interminable calvario de problemas técnicos y financieros.

    27 años esperando al tren

    La línea ferroviaria inaugurada en 1889 entre Gasteiz y Leintz-Gatzaga tardaría aún la friolera de 27 años en estar operativa hasta Eskoriatza, cuya línea no entró en servicio oficialmente hasta 1916.

    Durante ese tiempo, el proyecto ferroviario impulsado por los vitorianos hermanos Herrán junto con inversores británicos, acabaría estrellado. The Anglo Vasco Navarro Company Limited recibió en 1887 la concesión para construir en el plazo de 4 años una línea férrea que iba de Vitoria a Durango pasando por Mondragón, Kanpanzar y Elorrio.

    Dos años después, en 1889, solo habían construido el tramo Vitoria-Gatzaga, de 18 kilómetros, «precisamente donde la construcción era más fácil, ya que la línea discurría en su totalidad por terrenos despoblados de la Llanada alavesa», escribe Juanjo Olaizola en su libro 'El ferrocarril Vasco-Navarro' (Euskotren, 2002). Justo entonces, la quiebra de la Banca Artola, uno de los principales inversores, agudiza los problemas financieros.

    Ante la evidencia de no poder cumplir los plazos, el concesionario solicita una prórroga. El proyecto se prorroga de 1891 a 1894 y tras la construcción del ferrocarril Vascongado entre Zumarraga y Durango, el Vasco-Navarro modifica su trazado continuando por Mondragón hacia Bergara para enlazar con el Vascongado en Mekolalde.

    «A pesar de la notable reducción del recorrido» que suponía el establecimiento del empalme en Mekolalde, las obras continuaron «con gran precariedad y lentitud entre Gatzaga y Eskoriatza, por lo que el concesionario se vio en la obligación de solicitar una nueva prórroga», señala Olaizola

    El 23 de septiembre de 1893 llegaba a la estación de Eskoriatza el primer tren de trabajos cuya locomotora de vapor «remolcaba vagones de todo tipo y algunos coches de viajeros en los que se acomodaban directivos del Anglo Vasco». Sin embargo la construcción de este difícil tramo adolecía de graves defectos, por lo que era posible su inmediata puesta en servicio. Además, como señala Olaizola en su estudio, la compañía «no satisfizo pago algunos por la ocupación de los terrenos de este trayecto, de modo que los vecinos afectados reclamaron sus derechos en los tribunales».

    Peor aún, el 2 de mayo de 1897 los trabajadores abandonaron la explotación del único tramo en servicio -Vitoria-Gatzaga- «debido al impago de sus haberes durante más de 8 meses». Este hecho motivó que el Estado procediese a la incautación de la línea y a la total reorganización de la explotación. Pero aún habría que esperar hasta que en 1914 se reanudase la obras del ferrocarril.

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