Hace poco más de 30 años, el 1 de enero de 1985, la línea de la Ruta de la Plata que unía Plasencia y Astorga dejó de funcionar debido a la deuda que había de 231 mil millones de pesetas. ferrocarri

Álex de Matías Parra
09/08/2015

El 1 de enero de 1985 se suprimió la línea ferroviaria de Plasencia hasta Astorga, perteneciente a la Ruta de la Plata. La deuda económica de más de 231 mil millones de pesetas no dejó otra opción "y como siempre, fue contra el más débil", sentencia Angel Caballero, presidente de la Asociación Extremeña de Amigos del Ferrocarril. Poco más de 30 años después del cierre de la vía, se sigue reivindicando la reapertura de esta importante línea ferroviaria de la Ruta de la Plata.

La línea Plasencia-Astroga permitía poner en contacto los puertos del norte con los del sur. Esta línea se construyó en tres años, desde 1893 a 1896, "pero la gestión de la línea ya se estaba realizando desde hacía más de 10 años antes, cuando se puso en marcha la línea Madrid-Cáceres-Valencia de Alcántara para sacar los fosfatos de Aldea Moret y que fue inaugurada en 1881", explica el presidente de la AEAF. La empresa Madrid-Cáceres-Portugal ve bien la proyección de la línea hacía el norte y se ponen manos a la obra con ella, hasta que finaliza sus construcción en el año 1896.

A partir de ese momento la línea pasa a denominarse Madrid-Cáceres-Portugal y Oeste y así se convierte en una de las dos líneas transversales que había en España, junto a la que iba de Santander al Mediterráneo que era más corta y no iba en línea recta como la que va del norte al sur "que permite poner en contacto a los puertos de norte de España con los de Sevilla, Cádiz, Huelva..., con lo que es una línea de una importancia enorme". Además, esta línea Plasencia-Astorga tuvo mucha relevancia por la ganadería, sobre todo en el ganado lanar, "pues las ovejas tardaban unos 28 días en hacer la transhumancia y con este ferrocarril lo podían hacer en 48 primero y luego en 24", sentencia Angel Caballero.

FUNCIONES Esta línea ferroviaria tenía las funciones principales de servicio de viajeros, "muchas eran las personas que viajaban en este ferrocarril", la de dar salida a las mercancías que tenía Extremadura y Castilla y León a los puertos tanto del norte como del sur, tales como cereales, lana y productos del campo como la carne. Unos años mas tarde se utilizaría para la circulación de minerales para la siderurgia de Alfonso Gallardo y también paquetería y mercancía en general.

No cabe duda que era una línea bastante importante, pero ya en aquellos tiempo la gestión se podía considerar como algo nefasta. "Si se ahorra dinero en la implantación de la línea y se va por donde menos dinero cuesta, en lugar de por donde se debe ir, pues al final lo acaba pagando la explotación, porque se van haciendo más kilómetros de los que se deben hacer y lo que se ahorra al principio se paga más tarde", asevera el presidente de la Asociación Extremeña de Amigos del Ferrocarril. Esta línea ferroviaria vivió sola su suerte y no fue adquirida por las dos grandes compañías que había que eran la del Norte y la MZA.

CIERRE La línea Plasencia-Astorga comenzó a ser deficitaria y en 1928 fue rescatada por el Estado junto a otras y crea la Compañía Nacional de los Ferrocarriles del Oeste de España. Llegó la guerra y acabó de destrozar lo poco quedaba del ferrocarril, con lo que en 1941 el Estado crea Renfe "que se encuentra con que el 50% de sus infraestructuras están inservibles, en una situación malísima y además sin dinero, con lo que el ferrocarril va de capa caída". Ante esta situación, unos años más tarde Renfe se encuentra en quiebra técnica. El Consejo de Ministros del 30 de septiembre de 1984 decide que va a cerrar 3.000 kilómetros de vías ferroviarias, pues se encontraba con unas pérdidas de 231 mil millones de pesetas. "Una de las líneas que peor se encontraban era la de Plasencia-Astorga y se decide cerrarla el 1 de enero de 1985 para los viajeros. Aunque para las mercancías continuó abierta diez años más, también se cerró por estar muy deteriorada", explica Angel Caballero.

Los vecinos protestaron mucho esta decisión y hubo paralizaciones de trenes, consiguiendo que solo se cerraran 1.000 kilómetros de vías. "Este cierre de la línea supuso un gran daño para la región, pues para traer mercancías había que dar mucho rodeo y los costes aumentaban mucho y ya no era rentable para comerciantes y clientes. Fue una línea que se construyó con bajo coste y al final se pagó, porque en Béjar había que hacer un túnel de 3 kilómetros y solo se hizo de 300 metros", sentencia Caballero.