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Suiza se prepara para la apertura del San Gotardo, el túnel ferroviario más largo del mundo

 
 
 
 
 
 
 
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Suiza inaugurará este 1 de junio el túnel para trenes más largo del mundo. Con una longitud de 57 kilómetros, y un total de 151,84 kilómetros de galerías, el túnel de base de San Gotardo pasa por debajo del macizo de los Alpes y se estima que beneficiará a 20 millones de habitantes del sur de Alemania, Suiza y el norte de Italia. Es el resultado de 20 años de obras en las que han participado más de dos mil trabajadores que excavaron día y noche.

El proyecto, con un coste de 9.830 millones de francos suizos, consta de dos túneles separados que contendrán una vía cada uno. Es parte del plan suizo AlpTransit, también conocido como New Railway Link through the Alps (NRLA), que asimismo incluye los túneles de Lötschberg y Monte Ceneri entre los cantones suizos de Berna y Valais. Las galaerías tienen la finalidad de facilitar el paso de los Alpes y establecer una ruta directa apta para trenes de alta velocidad. Una vez finalizados, el tiempo actual de viaje de casi cuatro horas entre Zúrich y Milán se reducirá a dos horas y media.

Las bocas del túnel estarán cerca de las ciudades de Erstfeld (norte) y Bodio (sur). Su terminación estaba prevista para el año 2015, pero problemas surgidos durante la construcción han pospuesto la fecha.

Desde 1996, las fresadoras trabajan entre Erstfeld, al norte de la montaña, y Bodio, en el sur, para cavar el túnel ferroviario más largo del mundo. Las máquinas completan la perforación 14 años más tarde, aunque ha habido que esperar otros seis años para su apertura. Una vez que entre en servicio el túnel del Gotardo, Suiza podrá una vez más alardear de tener en su territorio el túnel ferroviario más largo del planeta.

Los primeros trabajos de esta joya de la ingeniería helvética datan de 1882. En aquel entonces, 15 kilómetros de galería permitieron el acercamiento de Suiza, Italia y Alemania. Ahora, 134 años más tarde, San Gotardo, se abre paso en pleno corazón de Europa y al pie de los Alpes. Una obra que perpetúa la tradición pionera de Suiza en la construcción de túneles.

La aventura de los túneles alpinos se remonta a 1708. El así llamado‘Urnerloch’, cerca de Andermatt, con 64 metros de largo, fue el primer túnel para el tráfico de mercancías y pasajeros sobre una ruta alpina. Casi dos siglos más tarde, tras difíciles viajes a lomos de mula recorriendo los senderos de montaña, incluso el ferrocarril consiguió atravesar los Alpes. De hecho, en 1882 se inauguró el túnel ferroviario del San Gotardo. Construido a lo largo de diez años, la obra costó la vida a casi 200 trabajadores. Con sus 15 kilómetros de longitud fue durante muchos años el túnel más largo del mundo. Un récord cedido posteriormente a otro túnel construido igualmente en Suiza. En 1907, la Confederación inauguró el túnel del Simplon, 4 kilómetros más largo que el del San Gotardo. De hecho, el de Simplon será el túnel más largo del mundo hasta bien entrados los años 80.

Los suizos son, junto a los japoneses, los más asiduos usuarios de ferrocarriles de la tierra. En promedio, cada suizo recorre anualmente más de 2.000 kilómetros en tren. La construcción de una nueva línea a través los Alpes asume entonces en este país un significado particular. En Suiza, cada línea de ferrocarril se ha constituido históricamente en elemento de cohesión nacional, acercando entre sí a las diversas regiones linguísticas.

Además de ser una vía de transporte, se estima que el San Gotardo impondrá el inicio de más rutas de trenes en Europa. En Austria, ya comenzó la construcción en el paso de Brennero y dos nuevos túneles, el Semmering y el Koralm, estarán listos para 2024. Esto disminuirá el tiempo de viaje entre Viena y Graz. Asimismo, el tren de alta velocidad que unirá Lyon, en Francia, con Turín, Italia, debería estar en servicio en 2028, con una vía ferroviaria hasta el extremo oriente de Budapest, en Hungría.

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