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Tres nuevas paradas para el tren entre Oporto y Vigo que no cambiará el maquinista en la frontera

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Nuevo empujón para el ‘Tren Celta’. La línea ferroviaria Vigo-Oporto incluirá tres nuevas paradas a partir del 1 de julio. Las estaciones de Viana do Castelo, Nine y Valença do Minho volverán a tener acceso al tren, que no cambiará de maquinista en la frontera. Ambas operadoras buscan “incrementar la ocupación del tren y su rentabilidad”.

La electificación de la línea parece que seguirá sin plazos, aunque es posible que en breve Comboios de Portugal (CP) releve los vetustos vehículos que prestan el servicio en el ‘Tren Celta’. Las locomotoras S-592, de los años 80 y alcanzan una velocidad cercana a los 140 km/h, podrían dar paso a las S-594 o S-598, mucho más modernas y rápidas. Renfe y su homóloga lusa firmaron el pasado 28 de marzo un contrato por el que España arrendaba a Portugal seis trenes S-592 y otros 14 del tipo S-592.2, “de mayores prestaciones técnicas y confort”.

Con la ampliación de paradas y el cambio de unidades las operadoras buscan “incrementar la ocupación del tren y su rentabilidad”. Hasta julio de 2013, el convoy Vigo-Oporto se detenía en 14 estaciones entre Guixar y Campanha para recoger y dejar pasaje -entre ellas las de Valença y Viana-, lo que demoraba el viaje de 180 kilómetros a más de 3 horas. El ‘Tren Celta’ suprimió las detenciones y recortó los tiempos del trayecto hasta las 2 horas y 15 minutos actuales. La decisión generó el rechazo de los municipios del norte luso en los que el tren dejó de operar. En España las villas afectadas -Redondela, O Porriño, Guillarei y Tui- ganaron un servicio Regional con dos frecuencias diarias. Este nuevo cambio no implica incrementos notables en la duración del viaje,porque de nuevo lo harían menos competitivo.

Renfe detalla que el ‘Tren Celta’ comercializó 23.690 viajes, entre julio y diciembre de 2013. En el mismo período del año anterior -con más paradas intermedias- se desplazaron 16.555 viajeros. El diario O Público aseguraba no hace mucho que en los nueve primeros nueve meses de funcionamiento, el servicio entre Vigo y Oporto desplazó a unos 28.000 viajeros, cuando en todo el ejercicio anterior el balance fue de 30.000 pasajeros. Un resultado que en ambos lados se consideran a bastante distancia de aprovechar todo el potencial de la Eurorregión.

La electrifiación de la línea también resulta indispensable para la mejora del servicio. El proyecto cuenta con apoyo financiero comunitario y estaba previsto para finales de 2016 o principios de 2017. El objetivo era reducir el viaje a noventa minutos frente a las 2 horas y 15 minutos actuales. Pero la declaración final de la XXVII Cumbre Ibérica, celebrada ayer en Vidago (norte de Portugal), no incluyó este apartado.

Por el contrario, la Cumbre Ibérica sí contempla el compromiso de ambos gobiernos de impulsar el desarrollo de las conexiones por vía férrea Lisboa-Madrid y Aveiro-Salamanca, que llegarán hasta los Pirineos. España y Portugal se reafirman en su intención de “implantar el ancho de vía europeo, electrificar y dotar a la vía de las condiciones adecuadas para la circulación de trenes de mercancías de 750 metros (extralargos)”. Los ejecutivos luso y español no precisaron, sin embargo, fechas para la puesta en marcha de estas conexiones.

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