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La huelga en el metro sumirá Londres en el caos

Tube_Azul_Londres

No hubo acuerdo. Pese que las reuniones se mantuvieron casi hasta la hora límite, no hubo entendimiento. Los peores temores se harán realidad y Londres volverá a ser una ciudad caótica sin el metro, como ya lo fue en febrero, durante los paros que protagonizaron los trabajadores ante la amenaza de cierre de 260 oficinas de billetes el próximo año, lo que conlleva la pérdida de 950 puestos de trabajo. La huelga comenzó a las 21.30 horas de ayer tras el desencuentro final del Sindicato Nacional de Trabajadores de Ferrocarril, Marítimos y del Transporte (RMT) y Transport for London (TfL).

La empresa se queja amargamente. Asegura que la huelga es “improvisada” y “sin sentido”. Los empleados se defienden y acusan a la dirección de provocar una “confrontación fatal”. Los clientes sufrirán las consecuencias. Una huelga de 48 horas en el suburbano de Londres es una clara amenaza para la ciudad, que quedará sumida en el colpaso y el caos, con tres millones de personas en busca de otro sistema de transporte. A este número de clientes habituales habrá que sumar otra decena de miles que ocasionalemte usan el ‘Tube’. Entre ellos los espectadores que acudan el miércoles al estadio londinense de Stamford Bridge, donde se juega la semifinal de Champions entre el Chelsea y el Atlético de Madrid.

Además de este paro de 48 horas, el RMT ha convocado una segunda huelga para la próxima semana. Los peores temores se hacen presentes, porque este tipo de huelgas logran paralizar la capital británica, donde el metro es el principal medio de transporte. El ‘Tube’ da servicio a más de tres millones de pasajeros diariamente en sus 275 estaciones y sus 408 kilómetros de vías, lo que lo convierte en el tercero más extenso del mundo, después de los de Seúl (Korea) y Shanghái (China). La empresa pública Transport for London (TfL) gestiona el servicio, uno de los más caros del mundo, ya que un billete sencillo de zona 1 (el centro de una ciudad que se ha dividido en seis áreas) cuesta 4,70 libras (5,6 euros). Las tarifas suben alrededor de un 6% cada año. Tfl registran beneficios anuales de unos 1.981 millones de libras (2.377 millones de euros).

Pese a los beneficios, la empresa plantea el cierre de las taquillas y la eliminación de casi un millar de empleos fundamentales. Los sindicatos aseguran que los recortes se impulsan desde el Gobierno de David Cameron e implican al alcalde Boris Johnson como inspirador de estas medidas. “Los viajeros y empresas van a sufrir por las luchas intestinas entre los barones que se baten por liderar un sindicato en el que apenas un 30% de sus miembros apoyan la huelga”, ha asegurado el alcalde.

Unos y otros se defienden y atacan las posiciones contrarias. El servicio de arbitraje Acas se ha puesto a disposición de las partes para volver en cualquier momento a la mesa de negociaciones. Pero el secretario general del RMT en funciones, Mick Cash, insiste en que lo “esencial” es mantener la promesa que se les hizo de revisar los recortes y los cierres en las estaciones. La empresa, sin embargo, sostiene que apenas el 3% de los billetes se venden en las ventanillas, y que casi todos los usuarios utilizan la tarjeta electrónica ‘Oyster, que cargan en las máquinas de las estaciones o de manera automática a su tarjeta de crédito. Pero todo el mundo asume que con esta huelga, el caos volverá a Londres.

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