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El interés de General Electric por la francesa Alstom provoca movimientos en la alemana Siemens

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La estadounidense General Electric anda detrás de Alstom, que no parece hacerle ascos al filtreo; todo lo contrario. El fabricante francés de trenes y centrales eléctricas ya ha anunciado que le interesa la operación, pero ha evitado ser más preciso. El acuerdo, que puede culminarse antes de que acabe la semana, mantiene en vilo al Gobierno francés, que no ve con malos ojos la entrada de la alemana Siemens en el baile.

“General Electric y Alstom tiene su calendario, que es el de sus accionistas, pero el Gobierno tiene el suyo, que es el de la soberanía económica. Por eso el Gobierno quiere tener el tiempo necesario para examinar seriamente otras proposiciones”, declaró el ministro de Economía e Industria de Francia. Arnaud Montebourg asegura que estudian otras alternativas a la compra, pero también ha evitado proporcionar otros detalles. La marca alemana estudia fórmulas para entrar en la operación.

Dado que Alstom opera en sectores estratégicos, la maniobra precisa de la autorización del Estado francés. El Gobierno francés contempla con cierta simpatía la posibilidad de que el gigante alemán entre en el contrato, de tal forma que se podrían crear “dos campeones europeos y mundiales en los sectores de la energía y el transporte, el uno en torno a Siemens y el otro en torno a Alstom”. Sin embargo, Francia deberá examinar ambas ofertas “con interés”.

Montebourg subrayó que será “particularmente firme en sus exigencias de mantenimiento y creación de empleos, inversión e investigación y desarrollo, así como en el mantenimiento en Francia de los centros de decisión“. “Hay que recordar que Alstom vive principalmente de los encargos públicos y del apoyo del Estado a la exportación“, agregó el titular de Economía, que avanzó que “no aceptará que se tome una decisión desde la precipitación” y sin analizar en profundidad “intereses alternativos”.

La oferta de General Electric, que se cifra inicialmente en 13.000 millones de dólares (9.400 millones de euros) por el conjunto del grupo, representaba un 25% más que su precio de mercado antes de que se conociera la noticia. Aunque hay otras fuentes que mantienen que la propuesta solo afectaría a las actividades energéticas de la firma francesa y no a las de transporte, como los trenes de alta velocidad.

Otros grandes grupos industriales franceses de los que el Estado es accionista, como Areva, Safran, Schneider o Thales no han movido ficha ante la operación del gigante estadounidense, por lo que los ojos del Elíseo se han posado en Siemens, para que el grupo mantuviera titularidad europea. La caída de la cotización del 20% de Alstom en el último año la ha convertido en un objetivo barato para los ejectivos de GE.

Alstom, fundada en 1928, es uno de los grupos industriales más importantes de Francia, donde emplea a 18.000 personas de las 93.000 que componen una plantilla que anualmente factura unos 20.000 millones de euros (unos 28.000 millones de dólares). En 2004 fue salvada de la quiebra por Nicolas Sarkozy, entonces ministro de Economía, quien intervino financieramente el grupo porque opera en sectores estratégicos, lo que disgustó a Berlín, que consideró que la ayuda pública perjudicaba a la germana Siemens.

Alstom, uno de los grupos que fabricaron el tren de alta velocidad AVE, cuenta con una plantilla de 4.000 personas en España y plantas en Santa Perpetua y Barcelona, dedicadas a la fabricación de trenes; en Buñuel, donde produce turbinas eólicas; en Bilbao y Cornellá, de turbinas hidroeléctricas; en San Fernando de Henares, de sistemas de transmisión de electricidad. Además, Alstom está presente en países como México, Argentina y Brasil.

(Imagen Tangopaso en Wikimedia Commons)

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