TRENEANDO

12 febrero 2014

La desconvocatoria de la huelga del metro alivia a Londres que espanta una nueva jornada caótica

 

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Alivio, aunque sea momentáneo. Los sindicatos desconvocaron ayer la huelga de 48 horas que tenían previsto secundar desde la noche del martes al miércoles los trabajadores del metro de Londres en protesta por el planeado cierre de las oficinas de venta de billetes. El Sindicato Marítimo y de Transporte (RMT) y la Asociación de Personal de Transporte Asalariado (TSSA) habían convocado para las 21.00 horas (GMT) del martes un segundo paro de 48 horas, tras el de la semana pasada, para protestar por el planeado cierre de 260 oficinas de billetes en 2015, lo que supondrá la pérdida de 950 puestos de trabajo.

Todas las líneas del metro de Londres, utilizadas a diario por tres millones de personas, se vieron afectadas la semana pasada por el paro de 48 horas, que provocó graves problemas de transporte en la capital británica, con más de ocho millones de habitantes. La protesta obligó a los londinenses a soportar largas filas para tomar el bus, mientras muchos otros optaron por ir al trabajo en bicicleta o en sus coches particulares. La huelga redujo en un 70% el servicio habitual del metro, según los sindicatos, aunque la empresa aseguró que mantuvo trenes en ocho de las once líneas que tiene el tendido del metro londinense. El caos se desató en la capital.

El secretario general del RMT, Bob Crow, asegura que la medida de suspender los nuevos paros se ha tomado después de que recibieran propuestas que detienen la aplicación de los planes de recortes y permiten abrir conversaciones con la empresa. “El RMT está dispuesto a discutir cualquier asunto con LU (la empresa London Underground) a través de la negociación y estoy contento de que ahora estemos donde debíamos haber estado al comienzo del proceso”, puntualizó Crow.

La compañía pertendía cerrar todas las taquillas de la red con el argumento de que las tarjetas magnéticas que ahora hacen las veces de billete las han convertido en un servicio innecesario.Transport for London quiere ahorrarse así 950 empleos, lo que permitiría reducir los gastos en 50 millones de libras al año (60 millones de euros) y poner en el mercado como espacios comerciales las áreas ahora utilizadas para la venta de billetes.

El metro se cerró el martes a las nueve y media de la noche y no volvio a abrir hasta el viernes por la mañana, causando problemas no solo a los usuarios sino a muchos comercios que vieron reducida su actividad porque los londinenses evitan acudir al centrodurante ese largo periodo. La huelga contaba con el apoyo de del Sindicato Marítimo y de Transporte (RMT) y de la Asociación de Personal de Transporte Asalariado (TSSA). Los sindicatos rechazan los planes de clausura anunciados por la compañía, pues supondría el despido de, al menos, 750 empleados, aunque piensan que llegaría a 950. Los líderes sindicales habían ofrecido anular la huelga si se suspendían los planes de cierre, una conquista que paracen haber logrado ahora.

La huelga ha tensionado a la clase política. Incluso obligó a intervenir al primer ministro, David Cameron. En su cuenta en Twitter, la calificó de”vergonzosa” y responsable del “sufrimiento a millones de londinenses”. El alcalde de Londres, el conservadorBoris Johnson, también calificó el paro de “inútil”, y fue más allá al proponer un cambio legal que limite medidas semejantes. Los líderes sindicales de RMT y TSSA, Bob Crow y Manuel Cortes, respectivamente, criticaron al alcalde por negarse a entrevistarse con ellos para analizar el cierre de las oficinas.

El metro de Londres, el primero que se construyó en el mundo, registra en días laborables unos 3,5 millones de trayectos y su red conecta una urbe con una superficie de 1.600 kilómetros cuadrados, en la que viven unos 8 millones de personas. Los autobuses urbanos y los ferrocarriles interurbanos juegan también un papel muy importante en la estructura de transporte de la capital londinense.

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