Hadas, zancudos… fantásticos seres recibían a los invitados a la boda de Marcos Rodríguez y Eva Mª Chouse el pasado noviembre. Las antiguas naves de la estación de tren de Lugo, que habían servido de marco a su romántica pedida de mano, se convertían ahora en el altar donde la pareja estaba a punto de darse el ‘sí, quiero’.

Tras quince años juntos, Eva y Marcos habían decidido casarse, e inspirándose en el mundo circense de los años 50, prepararon hasta el más mínimo detalle de su boda. Todo un espectáculo que comenzó con la ceremonia civil, oficiada por una amiga de los novios, la concejala del Ayuntamiento de Viveiro Isabel Rodríguez.  

Eva lucía un modelo de ‘Tul novias’ que acompañó con unas joyas con mucho significado para ella: un par de pendientes de esmeralda con diez diamantes y un anillo a juego que había heredado de su familia. Marcos, por su parte, escogió un traje hecho a medida por Juanjo Ruiz de 'Fabulare' y una pajarita de la firma 'Pajaritísimas'.

Y aunque no cabe duda de que los novios eran los grandes protagonistas de este día, lo cierto es que el padre de Marcos, Manuel Rodríguez, protagonizó uno de los momentos más emotivos. Cuando tocaba el intercambio de alianzas, se subió al escenario para entregar a los novios los anillos con los que él se casó con su mujer, ya fallecida.

Cuando terminó la ceremonia, comenzó el banquete. Un cóctel-aperitivo muy particular, ya que, entre plato y plato, los asistentes disfrutaban de pequeñas actuaciones como la del grupo de baile ‘Nova Galega de Danza’.

El tercer acto y broche final de este evento fue la gran fiesta, amenizada por el grupo musical ‘Broken peach’ y ‘DJ Krugger’.  

Sin embargo, la actuación estelar de la velada llegó de la mano del novio y su grupo de amigos, con los que había trabajado en el ballet gallego Rey de Viana. Juntos sorprendieron a Eva con un flashmob en el baile nupcial.