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12 junio 2018

Si tienes 18 años puedes pedir desde hoy un billete gratis de Interrail

Más de 1.300 jóvenes españoles viajarán en tren por Europa este verano sin pagar un euro

 
 
 

 

Una joven mochilera camina en una estación de tren. Una joven mochilera camina en una estación de tren. Kevin Landwer-Johan

La Europa de las emociones, aquella que un 15 de junio de 1987 abrió una ventana llamada Erasmus, tan valorada por su componente académico como elogiada por su potencial para alumbrar inestimables experiencias vitales, despliega a partir de hoy la idea del Interrail gratis, un nuevo atractivo para los jóvenes del continente. Nace menos ambiciosa. Con menos presupuesto. Criticada por algunos como un derroche frente a prioridades más acuciantes. Pero con vocación de permanencia y un objetivo similar al del exitoso programa de estudios: convertir el acto de descubrir sus calles, relacionarse con sus gentes y recorrer sus paisajes en pegamento de la unidad europea y cortafuegos frente a la incendiaria dialéctica del populismo euroescéptico.

Este martes a partir de las 12 de la mañana la Comisión Europea abre el plazo de dos semanas para que cualquier joven de 18 años solicite el billete gratis de Interrail, el pase que les permitirá subir a un tren para cruzar entre uno y cuatro países europeos durante un máximo de un mes. Podrán viajar en las fechas que prefieran, a elegir desde el 9 de julio hasta finales de septiembre. Para inscribirse deben entrar en la web del Portal Europeo de la Juventud, rellenar un formulario y completar un cuestionario de cinco preguntas acerca del Año Europeo del Patrimonio Cultural, iniciativas comunitarias sobre juventud o las elecciones al Parlamento Europeo de 2019. Nada que no sea fácilmente localizable en buscadores como Google. Dado que se espera que el número de acertantes de todas las cuestiones supere las plazas, una sexta pregunta servirá para el desempate.

Los únicos requisitos para los candidatos son tener la nacionalidad de uno de los Veintiocho países de la UE y tener 18 años el 1 de julio —quedan excluidos los aspirantes de 19 o más años—. Bruselas cuenta con un presupuesto de 12 millones de euros para trasladar a 15.000 europeos recién instalados en la mayoría de edad. Los billetes se repartirán en cuotas según el peso demográfico de cada Estado miembro. En el caso de España, representa algo más del 9% de los habitantes de la UE, por lo que dispondrá de más de 1.300 tickets. En el improbable caso de que la demanda sea tan baja que alguno de los países no complete el cupo, se distribuirán entre el resto. Los jóvenes británicos también están incluidos, dado que mientras el Brexit no se materialice, sigue siendo miembro de pleno derecho, aunque su continuidad futura dependerá del resultado de las negociaciones de salida de la UE.

El coste medio de cada billete es de 255 euros, pero en algunos casos la Comisión dedicará recursos muy superiores. A los discapacitados se les reembolsará cualquier gasto extra. Y con la idea de no dejar fuera a ningún europeo por muy lejana que sea su residencia, el proyecto ofrecerá la posibilidad de utilizar autobuses, ferris o aviones de manera excepcional. Así sucederá, por ejemplo, en el caso de los elegidos de las regiones ultraperiféricas, entre ellas las islas Canarias. Sus seleccionados recibirán un billete de avión para que se desplacen hasta el lugar donde inicien el trayecto en tren, y otro para regresar.

 

Las inscripciones podrán realizarse individualmente o en grupos de hasta cinco personas para ir juntos, con la única obligación de que todos deberán empezar y acabar en el mismo lugar. No hay inconveniente en que un adulto u otro amigo acompañe al elegido, siempre que paguen su propio billete de Interrail.

El debate en torno a la ayuda no se ha saldado con una posición unánime. Eurodiputados como la socialista Inés Ayala han mostrado su rechazo alegando que las cicatrices de la crisis siguen vivas y marcan otras prioridades. "Mejor sería un billete de vuelta para los emigrados forzosos", afirmó. Otros temen que el dinero comunitario sea insuficiente para las familias de menores recursos y solo sirva para ahorrar el pago del viaje a jóvenes que igualmente podrían costearlo, dado que los gastos de seguros, comida o alojamiento no están incluidos, y corren a cargo de los viajeros.

Bruselas cree compatible luchar contra el desempleo juvenil con poner en marcha proyectos como este. La máxima europea es clara: el roce hace el cariño. “Europa no es Bruselas, no son los técnicos. Trata de las emociones, de conocer otras culturas, otras lenguas. Cuando ves la belleza de este continente puedes sumar a los jóvenes a esta idea”, defiende Manfred Weber, líder del Grupo Popular Europeo y promotor de la iniciativa.

La movilidad se ha convertido en un poderoso instrumento para impulsar el sentido de pertenencia a Europa. Pero pese a los logros indiscutidos del programa Erasmus, desde Bruselas se estima que el conocimiento de muchos europeos sobre los países vecinos es manifiestamente mejorable, y que potenciarlo ayudaría a desmontar prejuicios. "Viajar es descubrir que todos están equivocados sobre los otros países", afirmaba el escritor Aldous Huxley.

La intención de las autoridades comunitarias es abrir una nueva convocatoria con 5.000 plazas adicionales antes de final de año. La ambición del Interrail gratis decayó desde la voluntad inicial de regalar un billete a todos los europeos que cumplieran 18 años, desechada por su elevado coste. Sin embargo, el presupuesto de los próximos años contempla un aumento sustancial de fondos hasta los 100 millones de euros anuales, por lo que si la primera edición funciona, es previsible que el número de viajeros se multiplique. No siempre es sencillo adivinar el potencial de una idea. 250 universitarios españoles obtuvieron la beca Erasmus en el curso 1987-88, el año de su creación. Hoy España envía a las universidades europeas a casi 40.000 estudiantes.

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