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21 enero 2018

MIÑO

El tren que me lleva... a 30 por hora

El complicado trazado convierte el tramo Miño-Pontedeume en el más lento de la línea

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JUAN TORREIRO
a coruña / LA VOZ 18/01/2018 12:24 h

Once de la mañana. Un solo pasajero en la estación de ferrocarril de Miño, con destino Ferrol. «Hay que hacer señas al maquinista para que pare», advierte una vecina desde la carretera. Sobre las 11.20 horas aparece el convoy tras salir de un pequeño túnel. El vagón está completamente vacío, igual que el resto del tren, una situación «normal a esta hora», confirma el revisor, que señala que «normalmente no suelen subir más de media docena de pasajeros a esta hora». Es el principio del tramo más lento de la línea.

El recorrido comienza lento y en solitario hasta Pontedeume, donde se sube una pasajera, Lydia. Durante todo el trayecto, solo dos viajeros desembarcaron en Ferrol. Son las 11.50 de la mañana. Este tramo del viaje es sin duda el más lento, en el tren discurre a 32 kilómetros por hora en buena parte del trazado en el que se puede disfrutar de las vistas, como si se tratara de un tren turístico. Según el personal de Renfe, «el problema aquí es no hay doble vía y la orografía de la zona tampoco ayuda, con muchas curvas, que obliga a reducir bastante la velocidad», comenta el revisor. El empleado de Renfe explica que «la media de velocidad durante el trayecto íntegro ronda los 70 kilómetros por hora».

 
 

Es una sensación extraña ser el único viajero en todo el tren que une dos ciudades con muchos intereses comunes, pero alejadas por unas infraestructuras ferroviarias caducas y el nulo interés sobre las necesidades de los usuarios en la programación de las frecuencias, para que sean efectivas y pueda beneficiar a más usuarios.

Más frecuencias, menos paradas

 

La línea A Coruña-Ferrol es una de las grandes infraestructuras olvidadas por las Administraciones. A lo largo de su historia apenas contó con inversiones y todavía conserva el trazado original, y sin doble vía, desde hace más de un siglo. En los poco más de 70 kilómetros que separan ambas ciudades por tren se consumen cerca de 80 minutos en el viaje.

Así las cosas, los usuarios no pueden estar satisfechos con el servicio. Es el caso del coruñés Manuel, funcionario del Ministerio de Defensa, que viaja todos los días a las siete de la mañana a la ciudad departamental por trabajo y regresa a las 14.00 horas. «Hay muy pocas frecuencias, horarios con muy poca lógica y, sobre todo, tiene muchas paradas; 14 en total durante todo el recorrido. Algunas son obligatorias, como en Betanzos, donde no sabes el tiempo que vas a estar parado, ya que dependes de la llegada de otros trenes, y otras facultativas, en las que solo se detiene si hay viajeros en el andén». A pesar del comentario, este usuario habitual defiende el transporte del tren «por que es un medio fantástico para desplazarte sin preocuparse del tráfico y sobre todo por el mismo precio, salvo que vaya por la autopista, pero no en estas condiciones».

 

Zoe Abril es una estudiante de Arte de 19 años. «Voy a Ferrol en tren todos los días», comenta. «A mí me coinciden bien los horarios, voy a las ocho y vuelvo a las dos», señala esta joven.

«Estoy testando la posibilidad de venir a trabajar en el tren desde Betanzos», explica José Manuel Vázquez. «Mi gran problema», explica, «es la vuelta, ya que suelo salir a las tres y no hay tren hasta las cinco». Vázquez demanda más frecuencias porque «como mi caso hay muchos más y seguro que lo utilizarían más usuarios», afirma.

 

«Esta línea no es rentable porque no responde a las necesidades de los usuarios»

Cuando el tren deja la estación de Miño encara uno de los tramos más complicados de la línea, que obliga al maquinista a reducir la velocidad hasta los 30-35 kilómetros por hora en muchos casos, posibilidad que se puede aprovechar para disfrutar del paisaje hasta llegar a Pontedeume. Allí se subió Lydia, una joven dedicada a la organización de eventos. «A pesar de las críticas generales para esta línea, en mi caso se adapta a mis necesidades, con seis frecuencias diarias para elegir», apunta. Debido a su trabajo, Lydia se desplaza a Ferrol y a A Coruña y, según desvela, «siempre voy en tren. Además viajo tranquila y me deja en el centro de la ciudad», argumenta.

 

Buscarse la vida

El caso contrario es el de José, vecino de Abegondo, que trabaja en Ferrol «en el sector naval». Para este usuario, «la línea no es rentable porque no está pensada para las necesidades de los usuarios», se queja, y advierte que si «entrase a las 8 de la mañana a trabajar no podría venir en tren, no llegaría a tiempo». Explica que sube al tren «en Cecebre todos los días a las 7 de la mañana, pero a la vuelta el mismo tren ya no para en Cecebre y tengo que ir a O Burgo y luego buscarme la vida para llegar a Abegondo».

 

«Lo que está pasando es que se está expulsando a la gente del ferrocarril»

B. C. <?php echo $site_name;?>

Severino Rodríguez, coordinador del sector ferroviario de CC. OO. de Galicia, defiende la transformación a doble vía de la línea de tren entre Ferrol y A Coruña para hacerla más competitiva, aunque admite como mejora a corto plazo el establecimiento de este doble sentido en algunos tramos. Es una de las soluciones propuestas en el estudio realizado por la Consellería de Infraestruturas de la Xunta y que próximamente elevará al Ministerio de Fomento para sustentar su demanda de actuaciones en este tramo. El Gobierno gallego entiende que colocando al menos tres puestos de adelantamiento y estacionamiento de trenes (PAET) permitiría realizar cruces de convoyes y así evitaría parones. También ha identificado la necesidad de que se eliminen curvas del trazado para lograr mejoras en los trayectos.

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