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3 octubre 2017

La velocidad que hace pequeñas las distancias

2/10/2017 - 9:50
 
 
 
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  • Más de 3,9 millones de viajeros usaron Avant en el primer semestre
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Además del AVE, en 1992 llegó también Avant, la alta velocidad en los trayectos cortos. Patier
 

La velocidad produce efectos asombrosos. Por ejemplo, existe un fenómeno en virtud del cual un objeto en movimiento parece tener una longitud menor de la que realmente tiene. Bien es verdad que, como columbraron los científicos George FitzGerald y Hendrik Lorentz y luego corroboró Albert Einstein, este efecto suele detectarse solo a cuando el objeto se desplaza a velocidades cercanas a la de la luz.

Los trenes no han logrado avances tan extremos -por fortuna-, pero en ellos la velocidad también opera cambios saludables, sobre todo en el viajero. Cuando se va más rápido, no es el ferrocarril sino la propia distancia la que parece recortarse, y el tiempo se expande... o, al menos, se aprovecha más. Todo ello eleva la satisfacción del pasajero, que descubre que su destino no estaba tan lejos como le parecía.

Algo así debieron experimentar los primeros usuarios del tren 'Lanzadera' de Renfe que, el 18 de octubre de 1992, unió las poblaciones de Madrid y Puertollano, con una parada en Ciudad Real. Este trayecto inauguró lo que hoy se conoce como Avant, y que no es sino la aplicación de la alta velocidad de la compañía ferroviaria a los viajes de media distancia. Era el inicio de la alta velocidad, que se había estrenado en España con el AVE Madrid-Sevilla, el 21 de abril de ese mismo año.

La inauguración de dicho trayecto respondía a la demanda específica de movilidad entre las dos capitales, separadas por más de 180 kilómetros por carretera. La lógica de Renfe fue aplicar la tecnología de la alta velocidad para unir poblaciones que no distaran tanto entre sí -típicamente, más de 100 km-.

Así, Ciudad Real y Madrid quedaron conectadas en 55 minutos. El incremento en la velocidad media en los trayectos cubiertos por Avant fue notable. El viaje entre Barcelona y Lérida registró un alza del 127%; entre Sevilla y Málaga, un 87%, mientras que el recorrido entre Orense y La Coruña se benefició de una mejora del 68% en la rapidez media.

Buena aceptación

En 1992, su año inaugural, la alta velocidad de Renfe tuvo ya 1,31 millones de clientes desde el día de su estreno hasta el 31 de diciembre. Durante ese periodo, los servicios de AVE y lo que hoy se denomina Avant fueron utilizados por una media de 164.000 viajeros cada mes. 

La progresión ha sido notable. La rapidez y la comodidad, unidas a precios competitivos, han permitido que la alta velocidad se constituya en una alternativa poderosa al avión en los trayectos más largos. Así, en 2016 los viajeros de estos servicios sumaron 35,2 millones.

En cuanto a Avant, fueron 7,4 millones los viajeros que lo emplearon. Durante el primer semestre de 2017, los servicios Avant acumularon más de 3,9 millones de viajeros, un 6,7% más que en el mismo periodo del año anterior. A lo largo de estos 25 años, más de 32 millones de viajeros han hecho el trayecto inaugural, Madrid-Puertollano, con la alta velocidad de media distancia de Renfe.

En estos años también se han extendido las rutas de Avant. Hoy las relaciones cubren: Figueras-Gerona-Barcelona; Madrid-Puertollano; Madrid-Segovia-Valladolid; Madrid-Toledo; Orense-Santiago-La Coruña; Sevilla-Córdoba-Málaga; Valencia-Utiel-Requena; Zaragoza-Calatayud, y Lérida-Camp de Tarragona-Barcelona.

También ha habido un aumento de la calidad en este cuarto de siglo. De una cifra de 5,7 sobre 10 en la calidad percibida por el cliente de largo recorrido en 1991 se ha pasado a un 7,86 en Avant. Un notable alto, según los últimos datos disponibles -de 2015-; un 90% de los usuarios dice estar "muy" o "bastante" satisfecho con el servicio. Se valora sobre todo la puntualidad y la duración del viaje.

Útil para ir a trabajar

Pero ¿quiénes utilizan más esta modalidad de Renfe? Según datos de la compañía, el perfil del viajero es el de una mujer de más de 35 años, asalariada y con estudios universitarios. Si se atiende a los hábitos de viaje, el 54,7% son viajeros "muy frecuentes", es decir, lo utilizan al menos una vez a la semana.

Además, el 60% de los viajeros lo utilizan los días laborables, y el motivo principal del viaje es acudir a su lugar de trabajo. Si bien el billete más utilizado es el de ida y vuelta, los viajeros utilizan los abonos (Tarjeta Plus, Tarjeta Plus 10 y Tarjeta Plus 10 Estudiante), con los que pueden beneficiarse de descuentos por ser clientes habituales.

Las ventajas de serlo se pueden ampliar con el programa de fidelización +Renfe: se puede acumular puntos con los viajes, que después se pueden canjear por un abanico amplio de productos y servicios de la compañía y las empresas colaboradoras, como billetes, alquiler de coches, hoteles y espectáculos. Un atractivo más para un servicio que está en plena forma a sus 25 años.

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