LA VERDAD

28 agosto 2017

Los viajeros soportan aún de seis a nueve horas en tren y autobús para ir de Madrid a La Manga

Dos autobuses estacionados en La Manga. Gráfico
Dos autobuses estacionados en La Manga. / LV

La falta de vuelos a San Javier, la pobre oferta de Renfe y la deficiente intermodalidad exigen a los visitantes paciencia, si usan el transporte público

JOSÉ ALBERTO GONZÁLEZCARTAGENA. Domingo, 27 agosto 2017, 08:09
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Contando los descansos del conductor y para que los pasajeros estiren las piernas, vayan al aseo y, si fuman, echen un pitillo, desde que toma asiento y sale a las doce y media de la Estación Sur de Madrid, hasta que baja a las ocho menos cuarto de la tarde en la Gran Vía de La Manga, pasado el Canal de Marchamalo, al viajero le da tiempo, por ejemplo, a ver en una tableta cuatro películas con una duración estándar de 90 minutos, leer un libro de unas 300 páginas o echar varias cabezadas para recuperar el sueño perdido durante la semana. No va en avión, ni en AVE, ni en un tren de velocidad alta. Va en bus, pero en uno que tarda siete horas y cuarto.

Porque ese es el tiempo exacto que ese autocar de Alsa, el de los viernes a mediodía, emplea en completar el recorrido entre la capital de España y una de las principales zonas turísticas de la Región. Aunque el pasar por numerosas localidades (como las castellano-manchegas de Quintanar de la Orden, Mota del Cuervo, Minaya, La Roda...) dispara la duración, llama la atención que esta coincide con la media de los otros buses que unen Madrid y La Manga: los que, también de Alsa, parten del Aeropuerto Barajas-Adolfo Suárez.

Tan solo dos de los cinco servicios diarios, semidirectos pues incluyen paradas en Albacete y Murcia, permiten ponerse en la costa en 5 horas y 50 minutos. Eso sí, uno de ellos exige viajar de madrugada, pues parte a las doce y media de la noche. El otro 'coche' arranca a las cuatro y media de la tarde y llega a las diez y veinte de la noche.

El último tren del viernes y el domingo llega a Cartagena de madrugada, y ya no hay autocar hasta la costaDesde Barajas hay un bus que dura de seis horas y media a ocho. Y el sábado, enlazar Renfe y Alsa puede llevar 8 horas y 46 minutos

La única conexión aérea que la Región tenía con la capital, a través de San Javier, fue cerrada el 6 de enero por la aerolínea Air Nostrum. Con el aeródromo autonómico de Corvera convertido aún en un aeropuerto fantasma, pues cinco años y medio después de acabada la obra sigue sin fecha de inauguración, ese día los Reyes Magos dejaron carbón, en una provincia ya de por sí castigada con las comunicaciones ferroviarias y por carretera.

Estaciones separadas

En este contexto, echar un vistazo a la oferta de transporte público que tiene este agosto cualquier visitante habitual o turista que ponga sus ojos en el brazo de litoral que comparten Cartagena y San Javier es asomarse a tiempos de viaje de entre seis y casi nueve horas. En el caso del tren, exige además transbordos para cambiar de estación y de medio de locomoción.

Para desesperación del viajero confiado, este se topa una desagradable sorpresa. Si, por motivos laborales o de otro tipo, coge el último Altaria del viernes o del domingo, el que deja la estación de Chamartín a las siete y diecinueve minutos de la tarde, se ve cinco horas menos dos minutos después en la terminal cartagenera, en la Avenida de México. Y lo hace con la maleta a cuestas y sin un bus que, desde la estación de autocares (cercana pero en un edificio de la Avenida Trovero Marín) u otro emplazamiento, le lleve a La Manga.

Para volver desde esta localidad a la ciudad, el Ayuntamiento ofrece a través de la concesionaria Alsa, como último servicio del día, un bus a las doce y media. Pero en esa misma línea, que además exige noventa minutos de ruta porque pasa por varias diputaciones (el último directo es a las nueve y dura 50 minutos), en el sentido que necesita el potencial turista el último tique se venden para las once y media.

De haber podido montarse en un bus municipal, en todo caso habría tenido que echar un total de seis horas y 39 minutos para llegar a su destino, que habría alcanzado... ¡a las dos de la madrugada! Pero ni armándose de paciencia, toda una ayuda para quienes por necesidad o elección usan el transporte público en estos recorridos, hay posibilidad de hacer combinaciones. Directamente, no hay autocar.

Ante esta misión imposible, toca coger un taxi, hacer autostop o recurrir a un amigo o familiar, si se tiene, para cubrir el último tramo de una larga ruta iniciada en el Altaria. Y, eso, sin contar el posible uso previo de un urbano, un cercanías o el Metro madrileño, donde la Comunidad Autónoma promociona este verano esta parte de la costa, bañada también por el Mediterráneo, con el lema 'Este es mi Mar Menor y es más grande de lo que imaginas'. Grande es el eslogan y largo se hace el viaje, a falta de un sistema de intermodalidad adecuado que compagine horarios y, a ser posible, espacios.

El sábado las cosas están, si cabe, peor. Solo hay cuatro enlaces ferroviarios, y el de las dos y veinte fuerza a hacer dos transbordos.

En su web, Renfe (empresa adscrita al Ministerio de Fomento), oferta un primer trayecto de 2 horas y 55 minutos hasta Alicante (que tiene alta velocidad desde junio de 2013) en Alvia; y, una hora y cuarto después, un segundo a Cartagena en Media Distancia, que tarda dos horas y seis minutos.

'Escala' y plantón en Alicante

A las 6 horas y 16 minutos que llevan ya entre pecho y espalda los pasajeros, hay que sumarle otro hueco de casi una hora hasta que emprende su marcha el autocar de la línea 20 a La Manga. Total, son las once de la noche y la suma total de un viaje de unos 470 kilómetros que en un vehículo privado puede hacerse en cerca de cinco horas, más parece una larga jornada laboral: ocho horas y cuarenta minutos.

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