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22 mayo 2017

INFRAESTRUCTURAS

Barcelona-Almería: 12 horas de raíl

  • Cada día, héroes anónimos suben a un talgo tempranero en Barcelona y alcanzan Almería doce horas más tarde. Relato de un viaje senequista
Barcelona / Almería
 

21/05/2017 01:25 | Actualizado a 21/05/2017 07:13Lea la versión en catalán

Hay una ciudad en el Mediterráneo español llamada Almería a la que desde Barcelona se llega en doce horas de tren sin apenas ver el mar. Este singular fenómeno permite a cualquiera, por 47 euros el trayecto, si uno es previsor y compra con la debida antelación, revivir desde Barcelona un viaje al pasado del transporte ferroviario. He aquí el relato del trayecto anteayer viernes.

9.30 H Barcelona Sants

 
 

Un talgo antiguo que se llama ‘Torre del Oro’

El talgo 697 tiene nombre del Sur porque se llama Torre del Oro –como podría llamarse La ­GiraldaEl Trianero La Bien ­Pagá–. La razón es que termina en Sevilla, lo que implica que los viajeros a Almería deberán cambiar de convoy en Alcázar de San Juan. Va lleno. Tanto que la víspera fue imposible adquirir un billete para un fotógrafo del diario. El viajero dedica el primer round a estudiar el pasaje del coche número 6. Nunca sabes quien te puede dar el viaje. No hay clases: ni preferente ni preferente ni preferente en vagón silencioso. Ningún pasajero viste chaqueta, salvo yo. El sorteo ha sido pésimo para mis intereses: es un asiento de cuatro –sin mesa–. Hay algo más grave: está en sentido contrario a la marcha del tren. ¿Por qué me tiene que pasar esto a mí –y a otros tres pasajeros– de los 40 que llenan el coche 6? La vida es así y no la he inventado yo, dijo aquel.

10.40 h Salou

Un guiño: ‘1898. Los últimos de Filipinas’

La moral de la tropa es elevada, el paisaje familiar y los tres compañeros de asiento son buenos: en frente, dos jóvenes de pantalón corto que no se conocen pero parecen gemelos porque llevan tatuajes en los mismos brazos, zapatillas deportivas y van depilados. A mi lado, una mujer de modales discretos, que lee con recogimiento y transmite calma. Irrumpe un revisor con alfiler en la corbata y va lanzando auri­culares de una gran bolsa de plástico a la tropa: esto no es un AVE. Tengo, pues, auriculares y empieza una película que se me escapó. Desmoraliza ver cuantas buenas películas deja uno es­capar. Vaya guasa: 1898. Los ­últimos de Filipinas. Muy apropiada para un Barcelona-Almería. ­Casualidades: el jueves Ramon Vilaró, periodista, al que le presenté su Mabuhay en la catedralicia Altaïr, evocó la guarnición de Baler. Los auriculares, ay, no encajan ni poco ni nada. ¿Soy el único idiota del coche número 6? Todo el mundo sigue la pelí­cula, salvo la compañera de asiento. Nery Vivanco es de Perú, aunque no rompemos el hielo aún por el temor recíproco a ­darnos la ­paliza doce horas. Tam­poco a ella le funcionan los ­auriculares.

Y tan últimos de Filipinas...

Que no se entere. Un grupo de albaceteñas se dirige a Sevilla para celebrar la despedida de soltera de una de ellas, que ha embarcado sin saber el destino. Coincidirán en la cafetería con un grupo masculino en el mismo plan pero que baja en CórdobaQue no se entere. Un grupo de albaceteñas se dirige a Sevilla para celebrar la despedida de soltera de una de ellas, que ha embarcado sin saber el destino. Coincidirán en la cafetería con un grupo masculino en el mismo plan pero que baja en Córdoba (JOAQUIN LUNA)

13.36 Xàtiva

Adiós al Mediterráneo

El mar ha desaparecido del paisaje. Una mujer y sus dos hijos sacan la fiambrera. No se crean: todo muy bien envuelto, muy packaging y bajo en grasas. Hay muchos cambios de pasajeros y bastante movimiento: el pasaje le empieza a perder el temor al Torre del Oro y abusa de su aire tronado yvintage de los setenta para ir y venir a la cafetería con mesas de tren-hotel para cuatro donde se servían las cenas en dos turnos. No hay cocina ni menú, sino okupas con ordenador (menos que en un AVE). La prensa de gentileza de un tren con final en Sevilla viene en catalán. En este país muchas cosas pasan porque sí.

14.39 H Albacete

¡Vivan los novios!

Salgo a fumar un pitillo a pie de tren y observo la irrupción a gritos de un grupo de veinteañeras con banda roja en honor de la que se casa. Vienen de varios pueblos de Albacete. Se comportan, pero a los cinco minutos ya buscan la cafetería. Les pido permiso para hacerles fotos. Parecen encantadas. Ojo: la novia no tiene ni idea del destino (Sevilla). El prestigio ferroviario del Torre de Oro se empieza a desmoronar: hay otro grupo de despedida de soltero en la cafetería. Hombres (y valencianos). Les impresiona que ellas llevan fotógrafo y ellos media cogorza. El novio se casa el día de San Juan. Creo que me invita incluso al bodorrio. La novia albaceteña, el 26 de agosto. Cada día las despedidas estas se hacen con mayor distancia y más estruendo. Ellos van a Córdoba.

15.30 H Socuéllamos

“Este es un tren gracioso”

La gente ha perdido el respeto al viaje y olvida el tiempo que resta. El interventor, tan serio, es buena gente, y sonríe ante la bulla de los dos grupos. Roberto De la Calle, 60 años, entró en la escuela de aprendices de Renfe con 15. Interventor desde 1984. Conoce bien esta línea y estos pueblos de pedigrí ferroviario. Hoy dormirá en Alcázar de San Juan. “Este tren siempre va muy lleno. Es un tren gracioso, nada ver con un AVE. Es de la serie 6 de Talgo, de los que iban a Milán y París. ¿Es lento? El día que esta línea gane velocidad dejará de parar y servir a muchos pueblos. ¿Es eso positivo? No estoy muy seguro”. Si uno presta atención, quedan fotos de París y Milán en el restaurante. No hay conexión eléctrica para los móviles en el tren, el primer modelo de talgo que incorporó avances tecnológicos como el WC de vacío automático. Sí, ese tan eficaz y ruidoso.

Reencuentro en Almería. Nery Vivanco, peruana, residente en Barcelona, ha viajado para encontrarse con un buen amigo francés que lleva días en la costa almeriense en busca de localizaciones cinematográficas. Hoy visitan GranadaReencuentro en Almería. Nery Vivanco, peruana, residente en Barcelona, ha viajado para encontrarse con un buen amigo francés que lleva días en la costa almeriense en busca de localizaciones cinematográficas. Hoy visitan Granada (JOAQUIN LUNA)

16.34 H Alcázar de San Juan

Cambio de talgo

Los viajeros que no van camino de Sevilla tienen que despedirse del Torre de Oro, cambiar de talgo y esperar 45 minutos en este nudo ferroviario obra y gracia de un ingeniero inglés que convirtió la ciudad –por título real– en referencia de la red de trenes a mediados del siglo XIX. Tiene cierta solemnidad la estación, buenos ascensores y ese hábito tan español de señalizarlo mal o poco todo, lo que propicia la solidaridad del viajero. No hay fonda ferroviaria, cosas del progreso. En un bar próximo coincido en la barra y el bocadillo de lomo con un galerista manresano, Ángel Granero, que viaja a Almería y con periodicidad. Hablamos de manresanos conocidos. Una vez escribí de Manresa: “Mujeres guapas, Plácido y vinos Roqueta” y el señor Roqueta me envió una carta cordial y una botella de vino. “Yo actué en Plácido y con frase. Hago del recluta –lo que era– que le pregunta a Cassen: ¿quién va? Años después conocí a Berlanga”. No pregunto por qué viaja en tren y no en avión. Yo creo que le gusta el tren y la gente que viaja en tren. “En Almería se han preocupado poco de exigir infraestructuras. Recuerdo que te decían: ‘Si hacemos carreteras, vendrá mucha gente de fuera y, como tenemos gambas muy ricas, se las comerán ellos así que mejor nos las comemos nosotros”. Casi pierde el enlace Vicente Mateu, valenciano, residente en Francia, viudo y jubilado que viaja a Linares porque ignoraba el cambio de tren. Antes de llegar a Alcázar de San Juan me había contado un chiste en el pasillo del Torre del Oro que no puedo reproducir porque da por hecho –hecho humorístico– que matar a una suegra con una navaja albaceteña tiene su gracia y no es para nada pecado mortal.

18.11 H Linares-Baeza

¡El talgo de Madrid es mejor!

El talgo que nos lleva de Alcázar de San Juan es el 278 y como viene de Madrid es, claro, más moderno y tiene enchufes para recargar el móvil. La atmósfera es de AVE subalterno, fino de provincias y silencioso porque pasaje sestea. Valdepeñas, Chinchilla (estación cerrada), Linares...(De purísima y oro, Manolete). Saludo a Nery Vivanco, tan serena y sonriente como a las nueve y media de la mañana. Yo creo que está ilusionada: la espera en Almería un buen amigo francés que prepara localizaciones en la costa de Almería para una película, allí donde Lawrence de Arabia condujo a los beduinos a conquistar la fortaleza turca de Aqaba, aunque no había oro como les prometió. ¿Por qué no conozco esta costa si sé que me gustaría? Tres horas más tarde asisto al reencuentro en la estación de Almería: se tienen ilusión.

La parada misteriosa. El diminuto pueblo de Cabra del Santo Cristo (1.908 habitantes, Jaén) tiene una estación, creada en 1898, con su parada, insólita, en la que sólo descienden los interventores y algún viajero fumadorLa parada misteriosa. El diminuto pueblo de Cabra del Santo Cristo (1.908 habitantes, Jaén) tiene una estación, creada en 1898, con su parada, insólita, en la que sólo descienden los interventores y algún viajero fumador (JOAQUIN LUNA)

19.23 H Cabra del Santo Cristo y Alicún

Huelo a tren. ¡Quiero llegar!

De las 23 paradas, esta es la más enigmática y decimonónica. Un par de minutos en una estación desértica que sirve a un pueblo, Cabra del Santo Cristo, de 1.908 habitantes. No baja nadie salvo los revisores y uno que fuma dos caladas. ¿Huelo a tabaco? No, a estas alturas huelo a tren, a expreso, a rápido, a compartimentos de segunda. Pienso en una ducha. Quiero llegar aunque vea tantos olivos por la ventanilla. Los olivos son sabios y generosos, yo no.

21.35 H ¡AlmerÍa!

Y Juan Ortiz sacó su bandera

El tren va puntual: doce horas y unos minutos. Hubiese podido ir y volver a París en tren (6 horas y 28 minutos por trayecto) o cinco veces a Madrid. Juan Ortiz Pascual mira el reloj y le saco una foto que debería decir mucho. Trabaja de reponedor en un hipermercado de Terrassa –“hago de todo”– y se ha levantado a las cuatro y media para enlazar con Barcelona. Viene a la comunión –ayer– de una sobrina y regresa hoy (7.45 h, salida de Almería vía Linares con llegada a Sants a las 20 h). Su hermana le avisa que llegará unos minutos tarde porque sigue con las faenas del campo. Tiene un abuelo en Níjar al que hace un tiempo que no ve. No le importa si le hago fotos, “que salga guapo”, y me pide que al llegar a Almería, porque llegar llegamos, le haga una con una bandera que lleva en su mochila. Bajo el rótulo Almería, saca la enseña de Andalucía. Tan cerca, tan lejos. Ojalá coma gambas.

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