VANITY FAIR

12 mayo 2017

Interrail para millonarios: los trenes más elitistas del mundo

La época dorada de los viajes en ferrocarril vuelve. Sabemos que hay muchos trenes circulando por ahí, pero si no tienen piano bar y servicio de habitaciones incluido, nos bajamos.

Interior de una suite en el Seven Stars de Japón.

Este mes han echado a rodar dos lujosos trenes en los que habría que montarse aunque fuera en marcha. Uno, el Shiki-Shima, recorre el norte de Japón de la forma más glamurosa. El otro, el Belmond Andean Explorer, se estrenó la semana pasada uniendo con elegancia Cusco y Arequipa, en Perú. Es la era del tren bala, pero aún se estila embarcarse en hoteles de cinco estrellas sobre ruedas sin que la hora de llegada al destino importe un bledo.

1. SHIKI-SHIMA

La compañía japonesa East Japan Railway Company propone entre uno y cuatro días de viaje –que se nos antojan pocos– a bordo de un tren exquisito, moderno y minimalista. El diseñador Ken Kiyoyuki, que trabajó para Ferrari, ha incluido baños de mármol, techos de cristal y paneles de madera por doquier. En sus 10 vagones entran 34 turistas y un piano –que no es de cola porque no cabía–, cinco dormitorios de dos pisos cada uno con su ducha de madera aromática de ciprés japonés, una suite, una sala de estar y un comedor. Esta última estancia es territorio de Katsuhiro Nakamura, el primer chef nipón que recibió una estrella Michelin y quien se encarga de los menús del Shiki-Shima.

La travesía del día de la inauguración, el pasado 1 de mayo, unió Tokio y la segunda isla del país por tamaño, Hokkaido. Todos los viajes comienzan en una sala vip de la estación tokiota de Ueno, y el tren se desplaza hasta templos, campos de arroz y montañas a un precio de entre 2.620 euros y 9.163 por persona.

Interior del Shiki-Shima.

2. SEVEN STARS

En Japón ya existían trenes de lujo en los que pernoctar, como el Seven Stars, que se inauguró en 2013 y que se pasea por Kyushu, la tercera isla más grande del país. También está tapizado de madera, pero con una decoración algo más pomposa que el Shiki-Shima. Consta de siete coches y 14 suites que disponen de camas, zona de oficina, comedor, cuarto de baño independiente y aseo. Y a bordo, por supuesto, también viaja un piano.

3. BELMOND ANDEAN EXPLORER

Recién estrenado, este tren peruano lleva a sus huéspedes de Cusco, la antigua capital del Imperio Inca, hasta el lago Titicaca, atravesando las más altas llanuras de los Andes. Fuera, montañas nevadas y manadas de alpacas, llamas y vicuñas que pastan en el altiplano. Dentro, un coche de observación con una terraza al aire libre que es el centro social del tren por la noche, un lugar para bailar al ritmo del piano de media cola y tomarse un pisco sour. Además, están previstas una visita a las islas flotantes del Titicaca, el agua navegable más alta del mundo, y un almuerzo en una playa privada con vistas a los picos glaciares de La Paz (Bolivia).

Camarote de vagón del Andean Explorer.

4. ORIENT EXPRESS

Agatha Christie escenificó en él un asesinato y James Bond luchó en sus vagones con un villano en Desde Rusia con amor. Subir al Orient Express es retrotraerse a la edad dorada del ferrocarril, los años 20 y 30 del siglo XX, cuando aristócratas, diplomáticos y espías atravesaban la fisonomía y la historia del Viejo Continente, de París (y Londres después) a Estambul, provistos de pieles, joyas, doncellas y licencia para matar.

La ruta original dejó de funcionar en 1962, pero la compañía Belmond, que gestiona trenes y hoteles de lujo, rescató la leyenda bajo el nombre de Venice Simplon–Orient Express, y rehabilitó los vagones de los años 20. Aún muestra cortinas de terciopelo y un bar con pianista. Además, tiene su réplica asiática, el Eastern and Oriental Express, que hace escala en Singapur, Laos, Malasia y Tailandia.

5. TRANSIBERIANO

Otra locomotora que ha circulado incansable por los rieles de la cultura de los siglos XIX al XXI es la del Transiberiano. Cruza Rusia, Mongolia y China a lo largo de 11.000 kilómetros y de ocho zonas horarias, de Moscú a Vladivostok y vuelta, con lo que se erige como el más extenso del mundo. Por su red transita la opción más exclusiva, el Golden Eagle Trans–Siberian Express, remolcado por una locomotora de vapor de la era soviética.

Lo administra la empresa británica Golden Eagle Luxury, y el precio de 12 noches de tren más dos de hotel parte de 14.395 euros. Pasa por los Montes Urales, por la ingente estepa rusa y junto a la orilla del mayor lago de agua dulce del planeta, el Baikal. Y, mientras usted visita ciudades como Ekaterimburgo y Ulán Bator y el pianista toca a Tchaikovsky, los cocineros del tren le preparan desde la tradicional sopa de verduras borshch a caviar y omul, el pez típico del Baikal. Todo regado con vodka, lógicamente.

6. THE BLUE TRAIN

El ferrocarril más lujoso de todos –con permiso del muy recomendable Maharajas’ Express indio– es el sudafricano The Blue Train, si atendemos a los prestigiosos premios que le han otorgado. Este convoy acerca Pretoria a Ciudad del Cabo en 27 horas a unos 90 kilómetros por hora. La ruta es regular, pero el tren se puede alquilar para un viaje chárter.

De camino a Pretoria se detiene en Matjiesfontein, una ciudad suspendida en el tiempo, con edificios de estilo victoriano y farolas del Londres del XIX. A la vuelta para en Kimberley, para que el turista visite el Open Mine Museum, una ventana a la época en la que se citaron los buscadores de diamantes. De hecho, The Blue Train se introdujo en 1923, cuando se descubrieron los yacimientos de oro y diamantes y miles de personas comenzaron a cavar su pasaporte a la riqueza. Durante la II Guerra Mundial, el tren sirvió a los militares, y en 1946 tomó su color azul royal. En los años 70 se modernizó coche por coche y en los 90 pasó del vapor a la electricidad y al diésel. Hoy, un mayordomo sirve a los huéspedes que lo soliciten un aperitivo aunque sea tarde y les llama para despertarles por la mañana, igual que en un hotel.

" The real voyage of discovery consists not in seeking new landscapes, but in having new eyes." - Marcel Proust

7. ROVOS RAIL

A The Blue Train le disputa el título de más lujoso el autoproclamado Orgullo de África, el Rovos Rail, que se mueve por la red de ferrocarriles nacionales de Sudáfrica y recorre el sur del continente negro: Botsuana, Zimbabue, Zambia y Tanzania. Transporta a un máximo de 72 pasajeros en 19 coches originales de los años 20 y 30 de los ferrocarriles de Rodesia –la actual Zimbabue–, y fue un capricho del magnate del automóvil sudafricano Rohan Vos, que le dio vida en 1989. También viaja de Pretoria a Ciudad del Cabo, transita por las cataratas Victoria, por el Parque Nacional Kruger y permite combinarlo con un safari para que la experiencia africana sea completa.

 

8. EL TRANSCANTÁBRICO

No podemos finalizar el trayecto sin echar un vistazo a los trenes que recorren el territorio español. Y aquí destacan dos: Al Ándalus, cuyos coches suite se construyeron en Francia para los desplazamientos que los miembros de la monarquía británica realizaban entre Calais y la Costa Azul, y, sobre todo, el Transcantábrico, con reconocimiento internacional. Lo fundó la empresa estatal Renfe en 2011 y es un convoy exclusivamente turístico. Sale de Santiago de Compostela y finaliza en San Sebastián (el de Gran Lujo) o en León (el Clásico), recorriendo todo el norte: Bilbao, Llanes, Oviedo, Ribadesella, Santillana del Mar, Santander… Los precios ascienden hasta los 5.000 euros de una suite por siete noches. Y sí, tranquilo, tiene piano bar.

Pin It