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22 febrero 2017

TARRAGONA

Aluminosis, okupaciones y abandono en la colonia ferroviaria de Sant Vicenç de Calders

  • Vive una segunda juventud gracias a sus módicos alquileres y el resurgimiento de la reivindicación vecinal
  • Los inquilinos piden que este complejo centenario sea declarado Bien Cultural de Interés Local (BCIL), mientras el Ayuntamiento y Adif se pasan la responsabilidad de mantenerla en buen estado
Tarragona
 

21/02/2017 00:10 | Actualizado a 21/02/2017 12:34

“Este niño tiene asma infantil y, para curarlo podríais instalaros los fines de semana y veranos en un apartamento en la Colonia Ferroviaria de Sant Vicenç de Calders, que tiene el mar cerca y un clima que le irá bien”. Este fue el consejo -tan literal como permite la memoria- que recibieron del médico de Renfe los padres de Eduard Martínez, que hacia 1975 adquirieron un apartamento en este singular espacio para pasar las vacaciones y los momentos de ocio. Hoy, cuatro décadas después, Eduard Martínez forma parte de la setentena de vecinos de esta peculiar barriada de El Vendrell (Baix Penedès, Tarragona), construida en 1906 y propiedad de la empresa estatal Adif.

Este singular complejo centenario, con cerca de 80 viviendas repartidas en varios pabellones, sufre actualmente un notable abandono. Inmuebles con aluminosis, zonas comunes en las que Adif no realiza elmantenimiento regular, ocupación de viviendas vacías y escasa preservación de la memoria histórica del lugar enervan a los actuales inquilinos, que han vuelto a organizarse como ya hicieron durante la Transición para exigir la preservación y dignificación de la zona.

 
La decadencia de un barrio singular

El padre de Eduard ya conocía la zona, a raíz de su trabajo como ferroviario en la Estació de França de Barcelona. Solo cuatro años después de que se instalaran, en 1979, se fundó la primera entidad vecinal para promover el buen estado del complejo. “Empezamos a venir cuando la colonia ya estaba en uno de sus peores momentos, puesto que empezaba a perder vecinos de manera progresiva”, recuerda actualmente Martínez, que encabeza la nueva oleada de reivindicaciones vecinales.

De hecho, hasta la década de los 60, la colonia ferroviaria gozó de gran vitalidad. “En esos tiempos los pabellones contaban con su propio consultorio médico, su escuela y su capilla”, apunta Martínez. Destaca que el más antiguo de los seis edificios tiene más de 110 años y que los inmuebles se enfrentan al paso del tiempo con suerte desigual. Cita el caso de una de las edificaciones, afectada desde hace años por aluminosis, para la que no se ha ofrecido más solución a los vecinos que vivir en unavivienda apuntalada.

Son tiempos complicados para la colonia. Su valor arquitectónico y artístico es escaso, pero sí que reúne un gran valor histórico y social por su singularidad y por la gran cantidad de ferroviarios que han vivido y trabajado en él. Sin embargo, hoy en día afronta una grave degradación y fenómenos como la ocupación de viviendas. “Algunos pabellones que estaban vacíos se han ocupado ilegalmente”, confirma Martínez, que se niega a criminalizar estos casos. “Somos conscientes que actualmente hay familias que pasan muchas necesidades, pero creemos que Adif tiene que asumir sus responsabilidades”, señala.

Eduard Martínez añade que muchas de las tareas que antiguamente eran responsabilidad de Adif, como pintar y cuidar las zonas comunes, ahora las asumen los mismos vecinos en la mayoría de las ocasiones.

Objetivo: ser declarado Bien cultural

La única consecuencia positiva del estado de abandono general es que elmódico alquiler de las viviendas -alrededor de 250 euros, aunque los pisos de renta antigua se mantienen en unos exiguos 80 o 90 euros mensuales- resulta ahora muy atractivo. Así, la colonia ha ganado nuevos vecinos y vive una cierta revitalización que ha permitido retomar las reivindicaciones.

En este contexto se presentó formalmente a finales del mes de enero la Associació per la preservació de la Colònia Ferroviària de Sant Vicenç de Calders. La entidad nace con el objetivo de preservar la colonia ferroviaria y difundir su historia y patrimonio. “Queremos dar a conocer la riqueza de la colonia”, apunta Martínez, que preside esta entidad heredera de la tradición de otras asociaciones de propietarios precedentes, que ya lucharon en su momento por mantener las peculiaridades de esta zona.

La asociación se ha marcado como principal objetivo que el Ayuntamiento de El Vendrell declare la colonia Bien cultural de interés local (BCIL) para disponer de más argumentos a favor de su conservación. Esta catalogación también les ayudaría en su petición de construir un centro de interpretación de la vida en una colonia ferroviaria de este tipo. La de Sant Vicenç es una de las mayores que Adif tiene en Catalunya, junto con la Guia de Manresa , otro barrio ferroviario construido durante la década de los cincuenta.

El Ayuntamiento, abierto a trabajar pero pendiente de Adif

“El destino de la colonia ferroviaria se encuentra pendiente del Plan especial de protección que esperamos aprobar pronto y que incluirá el patrimonio del conjunto de la ciudad de El Vendrell”, apunta, tácito, el edil responsable de Urbanismo del Ayuntamiento de la localidad, Josep Mercadé. No obstante recuerda que la mayoría de aspectos que atañen albarrio del ferrocarril del municipio se incluyen en un plan de mejora urbana que data de 2007. Un proyecto que, reconoce, “está completamente caducado”.

El concejal destaca que el consistorio se encuentra “totalmente abierto” a encontrarse con Adif para hablar de la situación actual de la colonia ferroviaria, pero subraya que el Ayuntamiento hace tiempo que está “a la espera que Adif aporte una información que es importante para el proyecto”.

Adif dice que la pelota está en el tejado del Ayuntamiento

“El futuro del barrio está ligado a un plan urbanístico en el que está trabajando el Ayuntamiento y nos encontramos a la espera de lo que nos diga para empezar a trabajar juntos”, apuntan, por su parte, fuentes de Adif. Admiten tener constancia de que la colonia ferroviaria está afectada por diversos problemas, como aluminosis en algunos pabellones y ocupación en varios pisos, aunque destaca que “la gran mayoría de las viviendas se encuentran legalmente ocupadas”. “Estamos a la espera de resolver las incidencias que pueda haber al respeto”, zanjan.

La colonia vive una segunda juventud gracias a sus módicos alquileres y el resurgimiento de la reivindicación vecinal
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