Hace un año el AVE estaba a las puertas de Granada, según destacados dirigentes del Gobierno y del PP, el mismo punto en el que se encuentra 365 días después. No obstante, todo apunta a que será 2017 la fecha mágica. En otoño irrumpirá por fin en la capital granadina el esperado tren de Alta Velocidad. A escasos metros de la estación de Renfe discurrirá también el Metro que tiene previsto iniciar su andadura el próximo mes de marzo. Será la culminación de dos proyectos -impulsados por el Estado y la Junta, respectivamente- que han copado desde el pasado numerosos retrasos en su ejecución por distintos motivos.

En el caso del AVE retrasos en la tramitación de permisos medioambientales, aparición de restos arqueológicos en la zona de trabajo o conflictos con las empresas concesionarias de las obras al reclamar estas modificados al contrato original.

Superados todos esos escollos, el AVE está más cerca que nunca. Los operarios se afanan desde hace semanas en la adaptación de los 27 kilómetros de la vía dentro del término municipal de Loja y la remodelación de la terminal ferroviaria de Granada capital. Esta última actuación contempla asimismo la construcción de la pasarela peatonal que el barrio de Los Pajaritos ha demandado históricamente para unir esta parte de la ciudad con el Camino de Ronda.

Desde el puente existente en esta transitada vía se puede contemplar a lo lejos cómo los pilares del futuro pabellón acristalado crecen día tras día. Un síntoma de que esta intervención menor está más cerca. Eso sí, lejos del ambicioso proyecto que planteó el reconocido arquitecto Rafael Moneo hace ya una década.

En este sentido, a la llegada del primer tren de altas prestaciones a Granada hay que sumar dos retos que serán, sin duda alguna, las líneas sobre las que pivoten las reclamaciones a partir de ahora: un compromiso firme con el soterramiento de las vías a su paso por La Chana así como con la variante sur de Loja.

Temas candentes que de no acordarse sobre el papel en próximas fechas, podría provocar una nueva manifestación institucional y social como la que ya hubo el pasado mes de septiembre. Es la patata caliente que el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, tendrá que resolver. Más aún cuando ha dado el consentimiento a ciudades como Bilbao y Vitoria para abordar el 'enterramiento' del trazado ferroviario.

Al margen de este asunto por dirimir en la comisión de seguimiento del proyecto, la entrada efectiva de Granada a la red de ciudades AVE -en la actualidad está dentro a título simbólico- provocará que el turismo provincial sume un millón de clientes. Ya lo advirtió el anterior titular de Fomento, una esperanza que mantienen los empresarios para dar el salto definitivo en el número de congresos.

Si el AVE conectará a la ciudad con las principales capitales españolas y cabeceras de provincia, el Metro vendrá a mejorar la movilidad interurbana de la capital con el Área Metropolitana y viceversa. Al menos ese es el planteamiento teórico. La puesta en marcha del tranvía ligero entre Albolote, Maracena, Granada y Armilla quiere eliminar de las calles 8.000 vehículos diarios, o lo que es lo mismo, tres millones de coches menos al año. Una vertiente medioambiental que promete este nuevo medio de transporte cuyo proyecto ha pasado también por un largo calvario.

Paralización de los trabajos por falta de liquidez y conflictos institucionales entre la Junta, Ayuntamiento y el Gobierno que finalmente se sortearon para dar forma a los casi 16 kilómetros de trazado con los que cuenta la línea.

Concluidas las obras en el entorno de la estación de Renfe meses atrás, la instalación de suministros energéticos y la adjudicación de los contratos relacionados con la explotación, la Consejería de Fomento ha superado la fase de selección de personal. El Servicio Andaluz de Empleo (SAE) ha recepcionado más de 2.300 currículos para ocupar el puesto de conductor y más de 1.600 para inspectores. Penúltimo trámite para dar vía libre al Metro.

Lo último ahora -se pondrá de manifiesto en los próximos meses-será la fase de pruebas para los trenes y los empleados. En enero está prevista la llegada del tranvía a Armilla, una vez se den por terminadas las obras del paso inferior hacia el centro comercial Nevada, bajo la A-44.

De igual modo, Fomento está cerrando las obras complementarias efectuadas en los municipios de Armilla y Maracena. Por otra parte, está a la espera de que la capital revise el diseño de la actuación a llevar a cabo en el eje Arabial-Palencia tras las voces críticas que pidieron la supresión del carril bici que contemplaba. "Cuando tengamos el proyecto empezaremos la obra", asegura la delegada provincial de Fomento, Mariela Fernández-Bermejo.

Tras casi una década de obras, la andadura del Metro está mucho más cerca. Eso hará que los mapas de movilidad urbana experimenten asimismo un cambio. El Ayuntamiento ya recordó en fechas próximas que los cambios que se realizaran en el transporte urbano iban a ir de la mano del estreno del Metro. Igual ocurrirá con las líneas de autobuses metropolitanos que recorren la ruta entre la capital con destino a Armilla o a Maracena y Albolote.

Tanto el AVE como el Metro serán los dos deseos que, a priori, pasarán a ser una realidad en diferentes momentos de 2017. En el campo de las infraestructuras hay otras cuestiones sobre las que avanzar. En primer lugar, el nuevo año será decisivo para el impulso cuasi definitivo para otros proyectos como la Segunda Circunvalación o el intercambiador de transporte que ya se ha planteado en los terrenos que quedarán libres entre la parada del Metro en Andaluces y el campo de rugby de los paseíllos universitarios del Campus de Fuente Nueva.