«Estamos en el último cuarto del partido del tren de alta velocidad y normalmente el último cuarto siempre tiene prórrogas porque hay tiempos muertos. Estamos luchando contra las empresas constructoras, contra los proyectos constructivos, contra los presupuestos, contra las políticas, contra el político, pero ese tren va a llegar a Galicia». Así de metafórico y enigmático se mostró ayer el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, en un acto en la Escuela de Ingenieros de Caminos de la Universidade da Coruña, lugar propicio para hablar de los problemas del nuevo acceso ferroviario a Galicia. El presidente fue metafórico al comparar el curso de las obras del AVE con un partido de baloncesto en el que se está jugando «el último cuarto». Y enigmático en sus referencias a la lucha «contra las políticas, contra el político», sin especificar a qué políticas ni a qué político se refería.

Está claro que el presidente del Gobierno gallego seguirá muy de cerca este último cuarto de las obras del AVE, pues ahí se juegan buena parte de las prestaciones que tendrá el ferrocarril en los próximos años, frente a eventuales tentaciones para rebajar sus características a última hora.

Uno de los recortes que deberá asumir la Xunta por el momento es que el nuevo acceso ferroviario será de vía única en más del 70 % del trazado entre Olmedo (Valladolid) y Ourense, con tramos alternos de vía doble para favorecer el cruce de trenes. Se trata de una decisión basada en el cálculo de un modesto régimen de frecuencias a corto y medio plazo debido a una masa crítica relativamente reducida que no sería comparable al de líneas como Madrid-Barcelona, Madrid-Sevilla o el AVE de la Comunidad Valenciana.

Paradojas de la vía única

El compromiso, no obstante, según la hoja de ruta del ADIF, es habilitar las dos vías en un plazo aún no fijado. Esta planificación provoca situaciones un tanto paradójicas. Así, el ADIF se ve obligado a construir las dos plataformas -la explanada donde después se sitúan las vías y la superestructura- y, sobre todo, los dobles túneles, pues la normativa le obliga a utilizar el otro como vía de evacuación en caso de emergencia o accidente. En principio, solo uno de los dos túneles paralelos contaría con vía, que será en placa para evitar el engorroso mantenimiento del balasto. La vía en placa consiste en integrar los raíles en una losa de hormigón. El túnel paralelo que no será útil para la circulación de trenes deberá estar habilitado para que puedan circular otro tipo de vehículos. Ambos túneles están conectados con galerías intermedias que se disponen cada 300 o 400 metros, diseñadas precisamente para la evacuación. Se supone que el revestimiento de hormigón de los túneles debe terminarse para evitar su deterioro mientras no se utilicen. Por unos cincuenta kilómetros de túneles, por tanto, no circulará ningún tren cuando se ponga en servicio la línea.

La inmensa mayoría de los subterráneos en el tramo Lubián (Zamora)-Porto (Ourense) se construyen en tubos separados para evitar el cruce de trenes a muy alta velocidad (estarían preparados para velocidades de 350 km/h).

Por otra parte, el alcalde de Ourense, Jesús Vázquez, anunció ayer la creación de una comisión de seguimiento con los grupos políticos de la corporación y agentes sociales y económicos para supervisar la llegada de la alta velocidad a la ciudad.

El PSdeG cree que el Gobierno dejó de invertir mil millones desde el 2012

El portavoz del PSdeG en el Parlamento de Galicia, Xoaquín Fernández Leiceaga, criticó ayer que el Gobierno presidido por Mariano Rajoy haya dejado de invertir mil millones en el AVE gallego desde el año 2012. Leiceaga indicó en rueda de prensa que es ese el motivo, y no otro, que explica que la comunidad pueda sufrir otro retraso en la finalización del nuevo acceso ferroviario, previsto inicialmente para el 2018, pero que ahora podría demorarse al menos un año. «O que de verdade explica o retraso é o pobre nivel de execución desde o 2012, que cada ano se situou por debaixo do 40 % e que acumula nos últimos cinco exercicios unha infraexecución superior aos mil millóns de euros», explicó Leiceaga, quien lanzó «el reto» de que se comparen los niveles de inversión en Galicia con el Gobierno de Mariano Rajoy y los del período de José Luis Rodríguez Zapatero. Leiceaga agradeció al nuevo ministro, Íñigo de la Serna, que mostrara las intenciones del Ejecutivo central de no acometer la variante exterior de Ourense. Respecto a Feijoo, el que fue candidato socialista lo definió como un político «domesticado» que no se atreve a reclamar un impulso para el AVE.