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8 noviembre 2016

Fomento proyecta que el AVE asturiano circule entre las galerías de dos minas

  • Su estudio del tramo Lena-Oviedo propone abrir un túnel en la franja que se dejó sin explotar para proteger los pozos Monsacro y San Nicolás

    • RAMÓN MUÑIZ

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    • OVIEDO

     

    El Ministerio de Fomento lleva desde 2007 pagando a la ingeniería Prointec para que le resuelva un enigma: ¿es posible que el AVE circule algún día entre Pola de Lena y Oviedo? Para desarrollar su alta velocidad, el tren exige de plataformas con curvas y pendientes mínimas. La cuenca es abundante en montañas, valles y explotaciones mineras, toda una barrera natural para la infraestructura soñada. Los ingenieros empezaron la misión poniendo sobre la mesa 43 alternativas distintas, pero los funcionarios que ahora capitaneará el ministro Íñigo de la Serna han reducido el abanico a cuatro. La mitad de ellas suponen un desafío a la obra civil como pocas veces se ha visto antes.

    En síntesis, las cuatro opciones consisten en ejecutar una variante que tendría de 16,3 y 21,8 kilómetros, la mayor parte de ellos soterrados mediante una sucesión de entre seis y diez túneles. El de mayor envergadura se prolongaría a lo largo de 11,5 kilómetros, con una boca sur en Lena que permita al AVE circular bajo Mieres y Riosa, para salir luego a superficie en Morcín. Es un esquema tan complicado que el estudio informativo presupuesta la obra entre los 995 y los 1.117 millones, incluyendo una partida del 10% para atender «imprevistos».

    Una de las sorpresas del asunto se esboza en el anejo consagrado a detallar la geología y geotécnica que se ambiciona atravesar. Ahí los especialistas de Prointec explicitan que las alternativas 1 y 3 requieren abrir un túnel ferroviario en Morcín, en medio del área de Sueros, esto es, el entramado de galerías y planos inclinados de la mina de montaña Esperanza y las explotaciones de profundidad a las que se accede desde los pozos Monsacro y San Nicolás.

     
     

    La recreación que acompaña esta información procede del documento original. Muestra cómo la solución pasa por abrir el túnel aprovechando el macizo de protección, esto es, una franja de carbón de entre 50 y 60 metros que Hunosa dejó sin extraer precisamente para que ejerza de 'tapón' e impida que la lluvia se filtre tierra adentro. «El túnel de la alternativa 3 pasaría por ese macizo de protección, por lo que la posibilidad de encontrarse con infraestructuras mineras es baja, aunque sí es un terreno muy descomprimido y de mala calidad», describe el estudio informativo.

    La alternativa 1, que propone abrir el túnel 25 metros por debajo y más cerca del castillete del Monsacro, «cortaría con gran seguridad labores mineras, ya sea galerías principales, talleres de explotación o cualquier otro tipo», reconoce.

    Peligro de metano y agua

    La idea de meter una tuneladora primero y un AVE después entre explotaciones mineras entraña varios riesgos que el documento esboza. De un lado «durante el periodo de perforación del túnel podría haber problemas con el metano presente en las capas de carbón», inconveniente ya sufrido en las obras de la variante de Pajares.

    El agua es tema aparte. «El plan de cierre actual de Hunosa para las explotaciones de la zona de Sueros es para el segundo trimestre de 2016, por lo tanto es probable que a partir de esa fecha comience el proceso de inundación, que afectará a todo el área», recoge el documento cerrado el pasado año.

    Actualmente el nivel piezométrico, esto es, la altura a la que remontan los acuíferos, se mantiene por debajo de las cotas inferiores de explotación de forma artificial, mediante el bombeo de unos 63 litros de agua por segundo. Luego «se desconoce el nivel máximo de inundación que la empresa estimará oportuno», lamentan los ingenieros. Sus estimaciones preliminares reconocen la posibilidad de que el agua remonte por encima del propio túnel ferroviario, provocándole un problema de filtraciones.

    ¿Hay forma de evitar la misma piedra en la que tropezaron los macrotúneles de Pajares? «Aunque se drene por el túnel de Sueros, sería conveniente deprimir el nivel del agua en las cercanías del pozo Monsacro, pudiendo realizarse un sondeo desde primera planta del pozo hasta el río Riosa, aunque es una posibilidad poco factible ya que la longitud del sondeo sería de al menos dos kilómetros», reconoce el estudio.

    Las complicaciones se multiplican si se tiene en cuenta la dinámica de mina Esperanza, que queda por encima del túnel del AVE. Esta explotación desagua 20 litros por segundo a través de seis bocaminas. Las oquedades abiertas facilitan que parte de ese recurso se filtre hacia el túnel ferroviario.

    El del área de Sueros no es el único problema minero del esquema propuesto. A la altura de Riosa, el macrotúnel de 11,5 kilómetros se perforaría bajo la mina La Soterraña, una explotación de mercurio que comenzó en 1844 y lleva abandonada desde 1974. «Sus pozos y galerías constituyen un enmarañado entramado no exento de peligrosidad, con el agravante de poderse encontrar con la presencia de metano en algunas zonas», describe el estudio informativo.

    El riesgo para el túnel del AVE deriva en que el terreno bajo la mina está karstificado, esto es, deja espacios para que corra el agua arrastrando mercurio. «Se podrían producir problemas de infiltraciones a nivel de túnel a presión elevada», anticipa el informe. Al ser un líquido contaminado, exigiría un proceso de depuración antes de su vertido en el río

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