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18 abril 2016

Adif dedicará un año y 11,7 millones a mejorar el mayor túnel del AVE

Obras de construcción del túnel de Santa Marina a finales de 2012. :: hoyObras de construcción del túnel de Santa Marina a finales de 2012. :: hoy

  • También reforzará la cimentación del viaducto sobre el Tajo y prepara un modificado del tramo que incluye el puente del Almonte

    Las grandes infraestructuras del AVE extremeño condicionan la llegada del tren rápido a la región. La complejidad de los viaductos y el túnel que están situadosentre Plasencia y Cáceres explican el retraso en las obras entre ambas ciudades y obligan al Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) a aumentar la dotación prevista inicialmente para estos tramos.

    El ejemplo más reciente se encuentra en el túnel de Santa Marina, de 3,6 kilómetros de longitud (el mayor de los dos que tiene el AVE extremeño) e incluido en el subtramo Grimaldo-Casas de Millán, que fue adjudicado a mediados del 2010 por 109 millones de euros y un plazo de ejecución de 38 meses.

    Según la información que publica Adif y su filial Adif-Alta Velocidad, en octubre del pasado año se aprobó un modificado del proyecto original (se suele emplear para financiar añadidos o ajustar costes) por importe de 11,3 millones de euros. A esto se suma un nuevo contrato de obras complementarias, que se firmó el pasado mes de febrero por 11,7 millones de euros y un plazo de ejecución de doce meses. En ambos casos, la adjudicataria es la unión de empresas que ejecuta las obras del subtramo.

     
     
    La marcha de las grandes obras de ingeniería explica el retraso en la llegada del tren rápido a la regiónAdif trabaja en los cambios de otros tres contratos al sur de Plasencia

    Adif señala que el contrato de obras complementarias se centra principalmente en un nuevo diseño del revestimiento del túnel de Santa Marina para mejorar la seguridad. También se incluyen ajustes en la longitud de las galerías de ataque y evacuación para mejorar la accesibilidad y se corrigen las mediciones a la realidad ejecutada.

    Estos cambios han llevado a modificar también el contrato de asistencia técnica del tramo en dos ocasiones en el último año por cerca de 1,3 millones de euros.

    En una situación similar se encuentran dos obras situadas unos kilómetros más al sur y que acogen las dos principales infraestructuras de ingeniería del AVE a Extremadura. El subtramo Cañaveral-Embalse de Alcántara fue adjudicado a comienzos de 2011 con un plazo de ejecución de 33 meses y un importe de 64,8 millones de euros. Acoge el viaducto sobre el río Tajo, de casi 1,5 kilómetros de longitud y que destaca por un arco central de 324 metros de luz (espacio entre los dos apoyos).

    En septiembre del pasado año se aprobó un modificado del contrato por 2,26 millones de euros. Adif Alta Velocidad ha convocado un nuevo concurso para mejorar la cimentación del apoyo norte del arco central. La actuación tiene un importe de 400.000 euros y un plazo de ejecución de un mes, ya que no presenta gran complicación. Pero se considera necesaria para garantizar la seguridad del puente.

    En cuanto al subtramo Embalse de Alcántara-Garrovillas, se adjudicó a finales de 2010 por 96,4 millones de euros y un plazo de ejecución de 33 meses. Alberga el viaducto sobre el río Almonte, de casi 1 kilómetro de longitud y con un vano central de 384 metros. Una vez concluido, será el puente de alta velocidad ferroviaria con el arco de mayor luz del mundo.

    Adif trabaja en un modificado de este proyecto, pero ya ha adjudicado dos que afectan al contrato de asistencia técnica, que se adjudicó en 2011 por 3,45 millones de euros. En marzo del pasado año autorizó uno por 2,4 millones y en febrero de este año otro por 332.000 euros y ocho meses de duración.

    Pero hay más contratos pendientes de cambios. Según indica Adif, los tramos Estación de Plasencia-Plataforma, Estación de Plasencia-Arroyo de la Charca y Arroyo de la Charca-Grimaldo, todos en ejecución, cuentan con continuidad provisional de obras mientras se trabaja en la redacción del modificado, fase previa a su aprobación económica. Fueron adjudicados hace dos años por 49 millones de euros, la mitad del presupuesto de licitación.

    Además, la entidad pública señala que se está estudiando una propuesta de modificación de otros dos tramos situados en el entorno urbano de Mérida, San Rafael-Cuarto de la Jara y Cuarto de la Jara-Arroyo de la Albuera, pero no son necesarios para el tren rápido.

    Retrasos en el tren rápido

    Estas modificaciones explican el retraso en la llegada a la comunidad de un servicio ferroviario de altas prestaciones que quiere poner en marcha el Ministerio de Fomento y que estaba comprometido para 2015.

    La propuesta consiste en aprovechar la línea de alta velocidad para poner en marcha entre Plasencia y Badajoz un tren diésel en vía única (ni electrificado ni en doble vía, como circula el AVE). Como la infraestructura es mejor, podría alcanzar una velocidad de 200 kilómetros por hora, lo que reduciría de forma considerable los tiempos de viaje con Madrid. Para eso, hay que terminar los tramos pendientes y habilitar los ramales de acceso a las estaciones actuales, que deben ser adaptadas, así como instalar el tendido ferroviario y los sistemas de comunicaciones y seguridad. Además, también se contemplan mejoras en la línea convencional entre Humanes (Madrid) y Plasencia.

    El Ministerio de Fomento anunció sus planes en 2012 y se comprometió a que el tren rápido estaría en servicio en tres años. Ante el retraso en las obras entre Plasencia y Cáceres, en este tramo se aplazó para 2016, pero entre Cáceres y Badajoz se mantuvo para 2015.Superado ese plazo, Fomento aseguró que este año habrá tren rápido en la región. Para eso, hace falta que se instalen las vías y los sistemas de comunicaciones entre Cáceres y Mérida y de Mérida a Badajoz. Adif anunció hace unos meses el inicio de estas actuaciones, pero no avanzan como se esperaba.

    Para 2017 quedaría el tramo entre Plasencia y Cáceres, que es el verdaderamente interesante porque las grandes obras de infraestructura son las que permiten un recorrido más directo y por tanto un mayor ahorro de tiempo. Es decir, la entrada en servicio del tren rápido entre Cáceres y Mérida (en 40 kilómetros de plataforma) y entre Mérida y Badajoz (unos 35) sin duda será positiva, pero la reducción del viaje no se notará en su extensión hasta que entren en servicio los tramos situados al norte de la capital cacereña.

    Adif no da fechas exactas de implantación del tren rápido, «ya que las obras tienen imponderables con los que hay que contar». Tampoco da fechas aproximadas ni estimaciones. «Sólo recordar los pasos que hay que seguir: una vez llevada a cabo la plataforma, hay que montar la vía y a continuación tanto las comunicaciones como la señalización».

    Con estas premisas, y ya a mediados de abril, hay quien duda de que el tren rápido circule este año entre las dos capitales de provincia. En cuanto al tramo entre Plasencia y Cáceres, a juzgar por los últimos modificados, por las actuaciones que aún faltan y por lo ocurrido entre Cáceres y Badajoz, no sería descabellado pensar en que no llegará al menos hasta 2018.

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