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14 marzo 2016

Así actuaba el 'tridente del cobre' que sembró el caos en Rodalies

Tres hombres altamente especializados dieron un centenar de golpes durante dos años y reunieron un botín de medio millón

Los Mossos cayeron sobre ellos después de que dejaran Barcelona sin trenes a causa del único fallo que cometieron

 

Así actuaba el 'tridente del cobre' que sembró el caos en Rodalies

 

GUILLEM SÀNCHEZ

@guillem_sm

 

VIERNES, 11 DE MARZO DEL 2016 - 19:53 CET

Aquella noche todo salió mal. Habían dado cien golpes como aquel. Tantos que si uno trata de imaginar a estos tres ladrones de cobreesa madrugada del 15 de diciembre, no los visualiza con la tensión de los forajidos sino con el sueño de los obreros del horario nocturno. Tal vez fue un exceso de confianza lo que cambió las cosas. Tras cien robos 'quirúrgicos' de cable de Rodalies cosechados entre 2014 y 2015, sin disparar ninguna alarma y sin interrumpir el servicio ferroviario en ningún caso, aquel día cometieron un error, posiblemente fue un despiste. Pero la catenaria que cortaban se desplomó sobre una canaleta de cableado eléctrico.

Se despertarían de golpe. Porque aquel contacto imprevisto entre cables produjo un cortocircuito que inició una traca deexplosiones eléctricas. Ardieron varias subestaciones ferroviarias. Los tres ladrones, cabe suponer que impresionados por el sarao, recogieron el cable que ya habían robado y se marcharon dejando en llamas la instalación de Santa Perpètua de Mogoda que pensaban asaltar como habían hecho hasta aquel día, con guante de seda. Horas más tarde, Catalunya se levantaba y descubrió que el trazado de Rodalies estaba fundido, incapaz de evitar un caos que atrapó a más de 60.000 viajeros de 200 trenes de la R2R8 y la R11. Los operarios de ADIF tardaron casi un mes en arreglar el estropicio.

CAPACITACIÓN PROFESIONAL

Sobre la Unitat de Patrimoni de los Mossos d’Esquadra recayó la presión social de detener cuanto antes a los responsables de aquel caos en una empresa gestionada por la Generalitat. Su inspector Jordi Ollé recuerda que para entonces sus investigadores llevaban tiempo siguiendo los pasos de la banda. La conocían bien porque no hay otro grupo tan 'eficiente' en Catalunya.

Los tres ladrones son de nacionalidad española y viven en Barcelona y Sabadell. Tienen 37 años, dos de ellos, y 32 el más joven. Su conocimiento de las instalaciones ferroviarias era tan preciso que los Mossos sospechan que al menos uno de ellos pudo haber trabajado para alguna empresa proveedora de Adif. Si no, “alguien de dentro de la compañía les daba buena información”. Incluso tenían acreditaciones de ADIF y monos de trabajo que usaban para acercarse a las subestaciones o para presentarse en las chatarrerías.

Estos ladronesestaban tan especializados que sus robos tenían un sello inconfundible

Los lugares que escogen para sustraer los cables son siempre zonas de paso del trazado ferroviario alejados de los núcleos urbanos más importantes. “Pero con acceso con coche hasta las subestaciones”, matiza Ollé. Algunos de estos puntos elegidos para cortar la catenaria cuentan con vigilantes de seguridad privada. “Pero no hay agentes para todas las subestaciones”. Ellos sabían cómo encontrar las vacías.

Los investigadores han recogido pruebas que vinculan a este tridente de ladrones de cobre con 93 robos casi idénticos en los dos últimos años. En cada golpe se llevaban entre 1 y 2 kilómetro de cobre. Si, aproximadamente, en cada metro hay un kilogramo de cobre y por cada kilogramo de cobre se paga entre 3 y 5 euros, la fortuna que llegaron a amasar superará fácilmente el medio millón de euros.

UN TRAFICANTE INOCENTE

Ellos eran el núcleo duro del grupo, el cerebro y la parte esencial de cada operativo, pero a veces necesitaban la ayuda de más manos y contaban con colaboradores externos, peones a su servicio. Los Mossos estuvieron a punto de detener a un ‘inocente’ que tenía todos los números de ser uno de esos colaboradores durante la noche en que todo falló.

Sus investigadores descubrieron que durante aquella madrugada había un hombre que había sufrido quemaduras eléctricas. Las heridas y la hora en que se las produjo eran compatibles con una víctima de la explosión de las subestaciones. El problema era que él, aunque mostrándose más ambiguo de lo que le convenía en aquella situación, aseguraba que tenía una coartada.

Un traficante de marihuana se convirtió en sospechoso al sufrir una quemadura eléctrica

Los policías al final comprendieron por qué a pesar de ser sospechoso de generar una de las peores crisis en Rodalies, el tipo tenía tantos reparos en hablar con claridad de su inocencia. En realidad se había quemado por culpa de una instalación eléctrica, casera e ilegal, para cultivar marihuana en el interior de un domicilio. Posiblemente era un traficante, pero no era culpable de dejar en la estacada a 60.000 viajeros, como sí hicieron los ladrones de cobre.

GRUPO ESPECIALIZADO

“Estaban altamente especializados” en la sustracción de cable Feeder de la catenaria de la línea Rodalies. Lo cortaban desde la subestación y calculaban un metraje que rara vez superaba los 2.000 metros. Rompían el seccionador para interrumpir el paso de la corriente sin activar las alarmas de la central. Además, como existen más cables como el que robaban, el circuito tampoco interrumpía su servicio.

Los Mossos detuvieron a las pocas semanas al tridente del cobre. Su modo de actuar era tan particular que el juez que instruyó su caso validó las pruebas de los policías y decretó su ingreso en prisión hasta que llegue la hora de su juicio.

Con el tridente del cobre entre rejas, no ha habido más robos de guante de seda en la línea de Rodalies. Si estuvieran en la calle, “los habría”, asegura el inspector.

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