LaVozdeGalicia.es

18 febrero 2016

El AVE ve la luz al final del túnel

La principal obra pública que se desarrolla en Galicia afronta un período de incertidumbre política con buena parte de sus grandes subterráneos ya perforados

PABLO GONZÁLEZredacción / la voz, 18 de febrero de 2016. Actualizado a las 05:00 h.

 

Las incertezas sobre el futuro del AVE gallego en el ámbito político, con las incógnitas de los pactos y los interrogantes sobre las prioridades del futuro Gobierno central, tienen su contrapartida en lacertidumbre de la obra, que a pesar de las dificultades de toda índoleavanza hacia el difícil horizonte del 2018. Son los grandes túneles del trazado más complejo del nuevo acceso ferroviario a Galicia -los 100 kilómetros entre Lubián (Zamora) y Ourense, y especialmente los 78 que se construyen con vías paralelas- los que dan la medida de ese avance y hacen que el proyecto sea ya irreversible, al menos en la órbita del sentido común. Ayer el ADIF comunicaba el final de la perforación del tubo derecho de O Corno -el izquierdo se terminó en diciembre-, el segundo más largo de todo el recorrido con 8.577 metros, pues su pareja tiene solo seis metros más.

 

 

En este último caso la perforación está terminada en avance y solo queda un kilómetro de destroza. Se considera que está técnicamente perforado, pues apenas quedan por excavar mil metros de la sección inferior del túnel. Con el denominado nuevo método austríaco se perfora mediante voladuras la sección superior del subterráneo (fase de avance) y después -o en paralelo- se acomete la parte inferior (fase de destroza), generalmente con medios mecánicos.

Los grandes subterráneos de la línea -son doce tubos que superan los cinco kilómetros de longitud- fueron terminándose a cuentagotas desde principios del año pasado, después de que los trabajos empezaran en todos ellos entre el 2012 y el 2013. En principio solo quedarían dos grandes túneles por culminar la fase de perforación en sentido estricto. La vía izquierda de el de Bolaños, que se construye con tuneladora (el de la vía derecha, de 6,8 kilómetros de longitud se horadó en el tiempo récord de 10 meses gracias a esta tecnología). Y el de O Cañizo (vía izquierda), que aún está en plena fase de destroza, mientras que su gemelo está ya acabándola.

La falla de Laza

Los túneles de Prado (7,6 kilómetros cada uno) son un caso aparte. Están terminados en avance y destroza, a excepción de los 200 metros más complejos de toda la estructura, donde el trazado debe atravesar la denominada falla de Laza. Esta falla no fue una sorpresa. Se detectó durante los estudios geotécnicos previos y supone una zona muy tectonizada que puede provocar deslizamientos y que está siendo tratada con distintas técnicas para poder estabilizarla. Mientras tanto, los túneles de O Espiño (de casi ocho kilómetros cada uno) ya se encuentran en la fase de revestimiento y a los de A Canda apenas les queda los metros finales de la destroza.

En este tramo ya se han terminado buena parte de los túneles de menos de 5.000 metros, por lo que se calcula que, en total, se han excavado ya más de 100 kilómetros de AVE subterráneo solo en el tramo de 78 kilómetros entre Porto y Lubián.

Este hecho se explica porque los túneles se construyen mediante tubos paralelos -a excepción de los de Seiró y Bouzas- para evitar la reducción de la velocidad por el cruce de convoyes en el interior del subterráneo, de ahí que en todos ellos se puedan alcanzar velocidades máximas de 350 kilómetros por hora, algo que no sucede, por ejemplo, en los del tramo Santiago-Ourense, ya en servicio. Todos los túneles, con unos 30 metros de separación entre ellos, están comunicados por galerías transversales de evacuación cada 350 o 400 metros.

El futuro de la obra

Tras algún que otro parón debido a diferencias de criterio y pulsos económicos con las empresas adjudicatarias, este tramo de montaña del AVE, que marca simbólicamente el fin del atraso ferroviario de Galicia, tiene al menos asegurado hasta final de año el sustento económico, pues el Gobierno de Rajoy dejó aprobados los Presupuestos para este año con una partida de algo más de 731 millones de euros solo para esta obra. Si se repiten las elecciones -serían a finales de junio- es muy difícil que se puedan elaborar unas nuevas cuentas estatales. Pero si se alcanza un acuerdo de gobierno para investir a Pedro Sánchez sería posible que el nuevo Ejecutivo quisiera elaborar otros Presupuestos para comenzar a aplicar sus políticas.

 

Intuir qué puede pasar en los años siguientes es más complejo. Queda por licitar el tramo urbano de Ourense -apenas 16 kilómetros- para que se pueda terminar toda la línea, aunque es posible habilitar soluciones temporales para evitar un nuevo retraso. Y también será el nuevo Gobierno el que decida si explota los nuevos trazados con tramos de vía única para ahorrar costes en la superestructura y en el mantenimiento, como sucede en la actualidad entre Olmedo y Zamora.

Pin It