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2 febrero 2016

Un tren madrugador y rápido a Madrid

Renfe estrena el tramo de alta velocidad hasta Zamora con una nueva conexión que sale a las 5.15 horas de Santiago. Tan solo 18 personas partieron de Compostela el primer día

PABLO GONZÁLEZredacción / la voz, 02 de febrero de 2016. Actualizado a las 05:00 h.

 

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FOTO: PABLO GONZÁLEZ

 

La mañana no es muy fría en Santiago. Sería incluso agradable si no fuera por una lluvia fina de las que amenazan con durar todo el día. Afortunadamente remite cuando los viajeros van llegando con cara de sueño interrumpido al andén principal de la estación de Santiago, donde les espera el Alvia que inaugura el servicio que parte de Compostela a las 5.15 horas de la madrugada y que será el primer tren gallego que inaugure el nuevo tramo de alta velocidad entre Olmedo (Valladolid) y Zamora. Son 99 nuevos kilómetros de vía de altas prestaciones que deja en cinco horas el viaje a Madrid, una conexión que por primera vez es competitiva con el coche, al que no solo gana en comodidad y en seguridad. Ahora también en tiempo.

Antonio Cadarso, que trabaja en Madrid, lo tiene claro. «Es una buena opción para dejar el coche a un lado», dice, mientras muestra su ordenador personal para explicar que piensa aprovechar el viaje para adelantar trabajo. El tren parte finalmente a las 5.23 horas, un ligero retraso que se amolda a los colchones de tiempo con los que juegan los maquinistas para mantener ese patrimonio de los trenes que es lapuntualidad y sobre todo la fiabilidad. No hay niebla que pare a un tren. En estos días de invierno, sin embargo, uno no sabe qué puede pasar cuando coge un avión desde o hacia Galicia.

Sin embargo, tan solo 18 personas se subieron al Alvia en Santiago para estrenar este nuevo servicio «un tanto experimental», reconocen fuentes de Renfe. A los nuevos servicios hay que darles un margen para que se consoliden, comentan, y si la cosa va bien los trenes madrugadores pueden extenderse al resto de las ciudades gallegas. Santiago se escogió en un principio por la potencialidad de usuarios que detectaron los estudios de mercado.

Ourense

En la ciudad mejor comunicada por tren de Galicia. Sobre las 5.33 horas el tren ya supera los 200 kilómetros por hora en el primer tramo de alta velocidad por el que circula, la línea de 87 kilómetros que separa Santiago de Ourense. Cuarenta minutos después el tren llegará a la capital ourensana, todo un avance respecto a aquel sinuoso trazado que duplicaba el tiempo de viaje antes de que se inaugurara esta nueva línea en diciembre del 2011. El trayecto tiene dos características, aparte de la velocidad, que se perderán después en el tramo Ourense-Zamora. Apenas se nota el traqueteo de las vías y se puede trabajar cómodamente con el ordenador, aunque haya que encorvarse ligeramente por la distancia entre la mesa y el respaldo. Y hay cobertura durante todo el trazado, otra característica de las líneas de alta velocidad que el usuario aprecia. Quizás la única desventaja es la ausencia de enchufes en los asientos, algo que sí tienen los S-121 de media distancia que cubren el mismo recorrido. La única opción, para un caso de urgencia, es utilizar los enchufes del cuarto de baño. «Pero tiene que estar pendiente», avisa una atenta azafata. Renfe tiene un plan para solucionar esta complicación. Pero los trenes deben pasar por el taller para la compleja instalación de todo el cableado bajo el suelo de los vagones. Aunque una solución transitoria podría consistir en instalar una torre de enchufes en la cafetería.

En la estación Empalme de Ourense apenas suben una decena de viajeros, así que el tren dejará Galicia al 11 % de su capacidad. Fernando Lamas es uno de ellos, otro joven que trabaja en Madrid y que piensa volver a Galicia en el mismo día, una de las ventajas que ofrecen los trenes madrugadores y los ahorros de tiempo que proporciona la puesta en servicio de nuevos tramos de altas prestaciones. «Me sale mucho más barato que el coche», comenta. Curiosamente, a Fernando le cuesta el billete desde Ourense 25 euros, lo mismo que desde Santiago. Con los nuevos servicios que Renfe puso en marcha ayer, Ourense es la ciudad gallega mejor comunicada por tren con Madrid, con nada menos que siete trenes diarios por sentido.

Zamora

Una capital que celebra estar a solo hora y media de Madrid. El tren llega a A Gudiña, la última parada en Galicia, a las siete de la mañana. En Puebla de Sanabria, a las 7.46 horas, se sube un joven que se bajará en Zamora. Empieza a amanecer aunque la niebla hace casi imperceptible la luz del día. Durante buena parte del trazado hasta Puebla el tren rara vez supera los 100 kilómetros por hora. Atraviesa el trazado de montaña plagado de túneles que va a ser sustituido por una moderna línea de alta velocidad que circulará a una cota inferior y, por lo tanto, será mayoritariamente subterránea. Esta es la gran brecha que aún lastra al ferrocarril gallego en su relación con el resto de España. Antes de llegar a Zamora sobre las nueve de la mañana se aprecian las obras con la primera luz del día. Y los resultados de la reforma de la estación, principalmente en la playa de vías y en los andenes. Poco después de salir de Zamora, el Alvia pasa por el cambiador de ancho y por la vía más estrecha de medida internacional encara el nuevo trazado de alta velocidad. Poco antes, la subida de un nutrido grupo de pasajeros alivia la sensación de circular en un tren vacío. Los zamoranos están ahora a solo hora y media de Madrid. Así que se espera que la demanda de plazas en esta ciudad crezca como la espuma.

Medina del Campo

Una nueva línea mayoritariamente de vía única. El tren llega de nuevo a los 200 km/h, la velocidad máxima que le permite el ASFA, el único sistema de seguridad en este tramo hasta que se instale y se pruebe el ERTMS en los próximos meses. Llama también la atención el espacio vacío en la plataforma por la decisión del departamento que dirige Ana Pastor de renunciar por el momento a instalar doble vía en la mayor parte de este tramo. En un suspiro se llega a la nueva estación de Medina del Campo y, después, al enganche con la línea de alta velocidad Madrid-Valladolid, el tramo que ya ahorra tiempo a los gallegos desde el 2007. Adiós al traqueteo, pero no habrá cobertura prácticamente hasta Olmedo, pues todavía no se ha instalado la tecnología GSMr.

 

A partir de aquí el tren supera los 235 por hora, la velocidad máxima de todo el recorrido gracias a que ya va con ERTMS. El sistema que supervisa la marcha en todo momento. La sensación ya es de alta velocidad y el cielo encapotado sustituye a la niebla. En las estribaciones del Guadarrama, después de superar sin parada la estación de Segovia, sale el sol. Pronto vuelve la oscuridad del túnel de Guadarrama. Una breve pausa de luz y los túneles de San Pedro. Los rascacielos de Madrid ya se ven al fondo, mientras el tren reduce la velocidad para acercarse a Chamartín. El convoy llega a las 10.23 horas, el tiempo pactado con los 109 clientes que se subieron a él.

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