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28 enero 2016

Vía lenta para los trenes de Cercanías en la Comunitat

 

miércoles, 27 de enero de 2016

/ MANUEL MOLINES

 

MANUEL MOLINES

El documento incluía actuaciones de Fomento y la Generalitat, como el tren de la costa o la renovación de la línea Xàtiva-Alcoy El plan de mejoras presentado en 2010 y dotado con 3.400 millones sigue en un cajón


«A los tradicionales servicios públicos fundamentales (sanidad, educación y protección social), la Unión Europea incluye también la movilidad de los ciudadanos, de ahí que financie actuaciones destinadas a mejorar el transporte, especialmente aquellos con baja emisión de carbono o que garanticen la accesibilidad y uso por parte de una población cada vez más envejecida y otra mucha que no puede, o no quiere usar, el coche». Y ahí entra en escena el servicio ferroviario de Cercanías que, por ejemplo, en el caso de la red de Valencia transporta a unos 65.000 pasajeros al día.

Es la reflexión que realiza el director-gerente de la Cámara de Contratistas de la Comunitat Valenciana, Manuel Miñés, al hilo de la situación en la que se encuentra la línea C-3, donde los trenes siguen sin llegar a la estación del Norte. Una situación que se arrastra desde 2008, cuando las obras de la alta velocidad obligaron a establecer como punto de llegada la terminal de San Isidro.

«Si las actuaciones no se completan, si no se hace una reposición del servicio, como en San Isidro, de poco sirven las inversiones», afirma el ingeniero industrial y secretario general adjunto de Ferrmed, Francisco García Calvo, quien aboga por actuaciones para «conectar con más destinos, y para eso son necesarias las Cercanías». Un dato: este servicio de Renfe transporta 405 millones de viajeros al año en España.

Fomento puso en marcha el año pasado otro plan para mejoras en estaciones y wifi

La conexión de San Isidro con Fuente de San Luis, que posibilitaría el retorno al centro de la ciudad, está terminada desde mayo pero sigue sin entrar en funcionamiento y el Ministerio de Fomento no respira para fijar una fecha, cuanto menos, orientativa. Su puesta en marcha es una de las peticiones que la consellera de Obras Públicas, María José Salvador, trasladó a la ministra Ana Pastor en la reunión que ambas mantuvieron a comienzos de noviembre.

Así, junto al corredor mediterráneo o el tren Valencia-Zaragoza, se pusieron sobre la mesa proyectos como la ampliación de los servicios de Cercanías a Benicàssim, Vinaròs y Villena, la mejora de la línea Xàtiva-Alcoy, la electrificación de la C-3 hasta Utiel o la redacción de los estudios del tren de la costa (Valencia-Alicante), una petición ciudadana que se remonta a 1974 y que sigue esperando una oportunidad. Eso a pesar de que el anterior equipo de Obras Públicas presentó al ministerio un proyecto para hacerlo viable mediante el aprovechamiento de la infraestructura existente y su ejecución por fases.

Los viajeros de la línea Valencia-Castellón sufren demoras por las obras del corredor

En otras palabras, Salvador llevó bajo el brazo el llamado Plan de Cercanías 2010-2020, un documento presentado en 2010 por los entonces responsable de Fomento, José Blanco, y jefe del Consell, Francisco Camps, y que estaba dotado con 3.400 millones para actuaciones como las enumeradas anteriormente y a las que se sumaban, entre otras, el túnel pasante de Valencia, el tramo Alicante-Torrellano-Elche/Crevillent (con una estación en el aeropuerto de El Altet), la duplicación de la vía entre Valencia y Buñol o entre Xàtiva-Moixent (única actuación que se está realizando con motivo de las obras del corredor mediterráneo).

Seis años después

Un ambicioso proyecto que perseguía «impulsar decididamente las Cercanías para fomentar el transporte público, facilitar la movilidad de las áreas metropolitanas o reducir los tiempos de viaje», según recogía el comunicado emitido por Fomento tras la presentación. También se perseguía la mejora de la conectividad con otros modos de transporte, donde un ejemplo era la remodelación de las estaciones de Xirivella, Aldaia y Alaquàs e, incluso, el soterramiento de las vías a su paso por estos municipios.

Sin embargo, seis años después (con dos presidentes de Gobierno y tres autonómicos en el camino), el Plan de Cercanías continúa en el cajón. Ni rastro de los casi 4.000 millones ni tampoco de los cinco que solicitó la conselleria a Fomento el pasado verano para los Presupuestos Generales del Estado de 2016 y así desbloquear estas inversiones ferroviarias.

Sí que figuran, no obstante, 3,7 millones para renovar la vía de la línea entre la Pobla Llarga y Silla, así como una partida de 1,2 millones para la supresión de dos pasos a nivel en Xeresa. También la renovación de protecciones en diversas líneas, y una partida, denominada Plan de Estaciones con una inversión de 6,7 millones, para la mejora de la dotación y accesibilidad en las estaciones Benifaió, Carcaixent, Tavernes de la Valldigna, El Puig, Chiva, Catarroja y Silla.

En realidad se trata de otro proyecto que, bajo el nombre Plan Integral de Cercanías 2015-2018, la ministra de Fomento presentó el año pasado para toda España y en el que el grueso de la partida presupuestaria se destinará a poner wifi en las estaciones, pintar, cambiar el alumbrado o la señalización e implantación de nuevos sistemas de pago, según detalló Pastor en mayo, cuando presentó la inyección «más importante» que se ha hecho en este servicio desde que arrancó hace dos décadas. En total, 1.257,7 millones en el ámbito nacional y 73,3 para la Comunitat.

De ahí que unas semanas más tarde, el grupo socialista en el Congreso preguntara a la ministra en qué medida esa nueva iniciativa «va a favorecer la inversión al Plan de Cercanías 2010-2020 ya firmado y que, según la ministra, se recoge en el Plan de Infraestructuras, Transporte y Vivienda 2020». Un aspecto al que se comprometió en 2012 durante una intervención en el Senado.

La respuesta del Ejecutivo central fue que la nueva planificación estratégica en esta materia prevé a largo plazo la ampliación de las actuales redes de Cercanías para lo que se elaborará un (otro) plan global. «Será necesario analizar las inversiones en marcha, priorizar su ejecución y estudiar la situación y necesidades de los núcleos existentes, siguiendo siempre criterios de eficiencia económica», recoge la respuesta publicada en el Boletín Oficial del Congreso.

De lo que se desprende que la línea Xàtiva-Alcoy, amenazada casi 30 años por el cierre al estar considerada deficitaria en número de viajeros, seguirá esperando los 65 millones que permitan su modernización. O la de Cuenca, «con falta de frecuencias y deficiencias en la vía a partir de Utiel», según detalla Juan Ramón Ferrandis, portavoz de la Plataforma de Defensa del Ferrocarril del sindicato CGT, que lleva años reivindicando mejoras en los trenes de Teruel, Utiel, Cuenca, Alcoy o la implantación de la línea a Benicàssim.

A su juicio, «la importante inversión planificada de 3.400 millones queda diluida en aspectos tan importantes y perceptibles para los usuarios como la regularidad o la frecuencia». En este sentido, menciona el trayecto de Cercanías entre Valencia y Castellón, afectado por reducción de convoyes y demoras debida a las obras del tercer carril. «No dudamos que servirá para mejoras futuras en el servicio pero está más encaminado a que llegue el AVE a Castellón, aunque a velocidad convencional, y no a mejorar Cercanías, Media Distancia o el transporte de mercancías», critica.

Las afecciones en la C-6, que se arrastran desde verano, han provocado una campaña de recogida de firmas entre usuarios, la mayoría estudiantes de universidad, en protesta «por la falta de cumplimiento de los horarios publicados» y el «aumento de más de 15 minutos en la duración prevista del trayecto».

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