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24 noviembre 2015

Un tren, cuatro vagones

  • Los partidos presentes en el Parlamento fijan su posición sobre la urgencia (o no) del AVE en La Rioja

  • PP y PSOE reclaman «ambición» en la demanda mientras C's y Podemos insisten en afrontar otras urgencias

    TERI SÁENZ

    VÍDEO

    Un momento del debate en la hemeroteca de Diario La Rioja / JUSTO RODRÍGUEZ | ANDREA ARAGÓN

     

    El momento escogido para plantear un debate global sobre el estado de las infraestructuras ferroviarias en la comunidad no es inocente. Con los comicios generales a la vuelta de la esquina y la habitual descarga pirotécnica de compromisos electorales sonando ya de fondo, la iniciativa de Diario LA RIOJA trae escrito a pie de página la pretensión de identificar la postura de los partidos que virtualmente tendrán a partir del 20D los mandos para conducir el futuro de una de las principales vías de comunicación de la región. Hacer que cada una de las opciones se 'retrate' frente al otro y todos los lectores, facilitando además que la hemeroteca sirva a partir de ahora de tribunal para juzgar el grado de ejecución de las palabras dichas. Y sobre todo, responder a la interrogante pendiente desde que el AVE ingresó en el cielo de promesas estrella: ¿es factible aparcar las diferencias ideológicos y articular un frente común para que La Rioja pueda reclamar la alta velocidad con una sola voz?

    Más de una hora después de sentar alrededor de la misma mesa a los representantes de las cuatro fuerzas presentes en el Parlamento regional, la respuesta sigue en el aire. Con los ejemplares del diario que recogen las sucesivas noticias sobre el ferrocarril como testigos (algunos de ellos ya bien vetustos) y un tono de cordialidad roto sólo por reproches de corto recorrido, el viaje dialéctico arranca desde un punto en común y más que previsible: tanto los partidos tradicionales que han tenido responsabilidad en el Gobierno como los de nuevo cuño que aspiran a tenerla defienden el desarrollo económico y social de La Rioja. A partir de ahí, los argumentos de cada cual se suben a vagones diferentes. Los del PP y PSOE toman la dirección de una apuesta decidida por el AVE; C's y Podemos toman el billete de la prudencia y, alérgicos a pronunciar términos como 'no', 'nunca' o 'renunciar', apelan a la prudencia y las prioridades para anteponer otras necesidades en un escenario de recursos limitados.

    Para César Luena, el futuro de la alta velocidad en la comunidad tiene necesariamente que escribirse con las palabras ambición y unidad. «Ambición porque es la condición indispensable para el desarrollo económico de nuestra región y unidad porque es el momento de alcanzar un gran acuerdo político, social e institucional dentro además de una estrategia suprarregional», razona. El cabeza de lista al Congreso y número '2' nacional de los socialistas llama a situar el AVE en La Rioja no cómo una actuación puntual o aislada en la comunidad, sino a que su materialización vaya inscrita en el desarrollo del eje Cantábrico-Mediterráneo a través del Valle de Ebro. Un plan de mirada elevada que desde su prisma debe estar sujeto a tres condiciones irrenunciables para hacerse realidad: una planificación concreta y pública que se pueda por lo tanto mesurar; la garantía de una financiación plurianual reflejada en los Presupuestos Generales del Estado; y una aportación complementaria a nivel comunitario a través de Red Transeuropea de Transportes.

    Carlos Cuevas suma un tercero a los dos conceptos invocados por su compañero de debate: realismo. El secretario general del PP y portavoz del grupo parlamentario prologa su discurso invitando a una retrospectiva que en seguida topa con el recuerdo a anteriores gobiernos, otros ministros. «El AVE en La Rioja tiene efectivamente que contemplarse desde una clave nacional», arranca diciendo para censurar el «daño» que a su entender infligió a las opciones de la comunidad el Plan Estratégico de Infraestructuras y Transporte (PEIT) del 2005 con el PSOE al frente del Ministerio de Fomento. «Con el argumento de ser más ambiciosos, lo que se consiguió es frenar algo que estaba ya muy cerca, como era la llegada de la alta velocidad a Logroño vía Castejón», señala Cuevas.

    A partir de ahí y reclamando el protagonismo de su partido en el desarrollo de otras comunicaciones como autovías y carreteras en momentos en que todo estaba por hacer, el dirigente popular insiste en compartimentar el futuro del AVE en fases que puedan concretarse a medio plazo (los diferentes tramos desde Zaragoza a Miranda) para posicionar a La Rioja dentro del sistema radial que recorrerá el norte del país.

    Un tren, cuatro vagones

    Auditar, reclamar

    La invitación de Diario LA RIOJA a los cuatro partidos no llevaba adjunta ninguna consigna más allá de dar pie al intercambio de impresiones. Ni siquiera había nada pactado sobre la ubicación de cada uno de los representantes. Ellos mismos se distribuyen en parejas a cada lado de la mesa, aunque en vista de cómo avanza la charla, la situación física de los cuatro acaba visualizando a grandes rasgos dos posiciones divergentes aunque cargadas de matices. Frente a la rotundidad entre ambiciosa y realista de PP y PSOE en favor del AVE, Ciudadanos y Podemos apelan a hacer un catálogo de urgencias, radiografiar la situación económica y social de La Rioja y afear las promesas incumplidas de los partidos que tienen en frente para concluir que las necesidades inmediatas son bien distintas.

    Partiendo como el resto del compromiso para con el desarrollo de la comunidad, Sara Carreño lanza una pregunta: ¿Es el AVE la solución para facilitarlo? La cabeza de lista de Podemos al Congreso introduce en la discusión el factor económico y los 18 millones de euros en los que está estimada la construcción de cada kilómetro de AVE, cuyo mantenimiento anual asciende a 100.0000 euros. Y más cerca, los 280 millones que de acuerdo a sus datos tiene de coste el tramo de Castejón con el añadido de que el tren no podrá llegar virtualmente a alcanzar los 310 kilómetros. «¿Es lo que necesita La Rioja?», reitera Carreño al tiempo que destaca como única cerca el «aislamiento» de la comunidad en materia ferroviaria y la «ineficiencia» de los recursos ahora existentes, con unas conexiones internas entre municipios muy limitadas y las externas más que mejorables con el ejemplo del único Alvia que une Logroño con Madrid.

    Sin dar una respuesta rotundamente negativa a los interrogantes planteados y asumiendo como premisa la conclusión de las inversiones ya adjudicadas, la dirigente de Podemos entiende que lo más indicado en el actual escenario consiste en realizar un estudio de las ventajas e inconvenientes de insistir en lo que es ya una demanda histórica de La Rioja. O en otras palabras: «Realizar una auditoría que analice las variables sociales, medioambientales y económicas». «Porque una infraestructuras de este calado debe tener una rentabilidad, si no económica sí social», reflexiona para reclamar en cualquier caso que la decisión que finalmente se adopte «siga criterios técnicos y no electorales». «A todos suena muy bien tener de todo, incluso un aeropuerto sin apenas pasajeros, pero hay que valorar si realmente es necesario y asumible», remata.

    No será la primera vez que el aeropuerto de Agoncillo sobrevuele la charla. Ni la N-232. Ni la liberación de la autopista. Hablar del ferrocarril en La Rioja es obligatoriamente hacerlo en el marco del resto de las vías de comunicación. Y como pondera Pablo Baena, de prioridades. Para llegar a ese punto de la cuestión, el cabeza de lista al Congreso por Ciudadanos dibuja un desalentador panorama del estado actual del tren en La Rioja. Pocas conexiones en el propio territorio y hacia el exterior, frecuencias más que limitadas, un trazado deficiente construido en su mayor parte a mediados del siglo XX. El contexto económico y social en el que se enmarca el ferrocarril en La Rioja tampoco es mucho más estimulante a su entender. Un aumento galopante del déficit, recortes en áreas básicas, carencias en materias capitales como Salud, Educación y Servicios Sociales... «Lo que los riojanos precisamos de verdad ahora mismo son más frecuencias y mejores servicios», arguye Baena alegando que «tenemos derecho a estar mejor conectados». Una batería de necesidades que desde su prisma podría aplacarse con la modernización y desdoblamiento de la vía y un modelo de alta capacidad mucho más ajustado presupuestariamente que el AVE. «La diferencia entre ambos sería sólo de 15 minutos en llegar desde Logroño a Madrid a un precio del billete que sería la mitad», ejemplifica antes de defender que las inversiones (todas las inversiones) deberían tener un retorno social, cultural y económico.

    Las pegas y condicionantes de los partidos que pujan por entrar en el Congreso encienden la defensa de los que llevan ya varias legislaturas en la Cámara Baja. «No hay que resignarse», solemniza Cuevas en la convicción de abundar en el modelo con una doble vía de tráfico mixto con pasajeros y mercancías que ya está encima de la mesa y avanzar por tramos para responder al realismo requerido.

    Ni siquiera los costes constituyen a su entender un factor que deba llevar a desistir. «A veces es necesario ser anticíclicos y anticiparse al margen de la situación económica», sostiene sin desaprovechar la ocasión para volver a afear que La Rioja no fuera incluida en primera instancia en la financiación de la red europea después de que el ministro socialista del ramo entonces, José Blanco, dejara fuera de la petición española el tramo riojano a pesar de haberse comprometido a ello.

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    Luena enarbola en defensa del AVE y la gestión de su partido una bandera emocional. «No vamos a conformarnos con infraestructuras de segunda pudiendo estar en primera», asegura mirando a Baena y Carreño antes de girar los ojos hacia Cuevas y replicar respecto a los cambios introducidos en el PEIT que «haberse quedado en el PIT de Francisco Álvarez Cascos hubiera supuesto una conformidad inasumible». El también secretario de Organización federal del PSOE asume que la decisión de Blanco, que el resto de la mesa coincide en destacar como punto de inflexión en el futuro del AVE en La Rioja, no fue la oportuna -«no sé sacó de la financiación porque nunca estuvo incluida», matiza»- si bien se enmendó parcialmente gracias a la ulterior actuación de los partidos mayoritarios ante las instancias europeas. «En cualquier caso, no es factible contar con financiación comunitaria si no se contempla la estatal», concluye devolviendo así una ración de las críticas al PP y la esquelética partida que Fomento prevé en las Cuentas para la conexión riojana.

    Para C's tampoco es baladí esa falta de compromiso económico del Ministerio. Ni el rifirrafe entre PP y PSOE que sus representantes en el coloquio tratan de amortiguar en favor de articular un frente común. «Llevamos 33 años de promesas y contrapromesas, y lo cierto que es que a día de hoy, en el 2015, nos encontramos en la misma situación que en el año 2000», sentencia apelando a la «sensatez» que según observa no ha cundido en las últimas tres décadas.

    Tampoco Carreño olvida los titulares con que los grandes partidos rellenaron tantas portadas de periódico. «Martínez Aldama prometió que el 1 de enero del 2008 la autopista sería gratuita y aquí estamos», recuerda para, tomando la analogía de categorías utilizada por Luena, denunciar que «La Rioja no es que es que esté en segunda en carreteras como en la N-232 o el aeropuerto, sino en tercera». «¿No sería más importante mejorar las conexiones internas y externas en vez de apostar por el AVE?», vuelve a preguntar para cuestionar también si el prurito de contar con la infraestructura de que ya disponen otras comunidades compensaría tener que pagar un billete más caro. Baena asiente: «Lo grave no es equivocarse, sino insistir en los errores».

    El debate llega al final de esta estación. La discusión se prolonga aún unos minutos fuera de micrófono. Qué es financiación pública. Qué harás tú. La tarde se agota y el 20 diciembre queda un día más cerca.

    El momento escogido para plantear un debate global sobre el estado de las infraestructuras ferroviarias en la comunidad no es inocente. Con los comicios generales a la vuelta de la esquina y la habitual descarga pirotécnica de compromisos electorales sonando ya de fondo, la iniciativa de Diario LA RIOJA trae escrito a pie de página la pretensión de identificar la postura de los partidos que virtualmente tendrán a partir del 20D los mandos para conducir el futuro de una de las principales vías de comunicación de la región. Hacer que cada una de las opciones se 'retrate' frente al otro y todos los lectores, facilitando además que la hemeroteca sirva a partir de ahora de tribunal para juzgar el grado de ejecución de las palabras dichas. Y sobre todo, responder a la interrogante pendiente desde que el AVE ingresó en el cielo de promesas estrella: ¿es factible aparcar las diferencias ideológicos y articular un frente común para que La Rioja pueda reclamar la alta velocidad con una sola voz?

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