Alberto Ortín

Ni las tortugas que se amontonan en el estanque de la estación de trenes de Atocha (Madrid) debieron percatarse en la madrugada del lunes de la llegada de cientos de viajeros que en un santiamén bajaron del AVE que les traía de Barcelona. En cuestión de diez minutos las puertas de la estación se abrieron y cerraron para dejar salir a los pasajeros que con visibles muestras de cansancio cogieron o un autobús o taxis para regresar a sus domicilios. A algunos, los más jóvenes, sus padres les habían ido a recoger en coche. Como el caso de un sufrido progenitor de una joven promesa del PP del barrio de Carabanchel. "Tiene vocación, mejor que se dedique a esto a que sea un ni-ni, ¿no?".

El Partido Popular fletó el domingo un tren AVE Madrid-Barcelona-Madrid cargado de voluntarios dispuestos a echar una mano a sus compañeros en las mesas electorales de la Ciudad Condal (en la foto inferior, imagen de los pasajeros saliendo el lunes de la estación de Atocha). Partieron de la capital española a las siete de la mañana como los hinchas de un club de fútbol camino del estadio hostil de su rival de toda la vida. Y regresaron a las dos y cuarto de la noche como los socios que han visto perder a su equipo jugando un duro partido. "El resultado no ha sido el mejor, pero no íbamos a eso, íbamos a ayudar", decía un joven del PP de Alcobendas a su llegada, con una identificación del partido al cuello a modo de bufanda de un equipo de fútbol, horas después de que se confirmara la pérdida de ocho escaños (de 19 a 11) del partido del Gobierno en el parlamento catalán.

Tres mujeres de mediana edad eran de las pocas personas que habían viajado en el tren y que a las dos y cuarto de la noche todavía tenían algo de humor para comentar la jugada. "La culpa ha sido de esa, que nos ha convencido para ir", comentaba una señalando a otra compañera que se escabullía entre el grupo. "Ha sido una buena experiencia, la verdad, nos han tratado muy bien y hemos hecho lo que hemos podido", apuntaba encogiendose de hombros. "Decían que iban a viajar con nosotros Cospedal y Cifuentes, pero no las hemos visto".

La mayoría de los viajeros del AVE del PP eran afiliados al partido dirigido por Mariano Rajoy, sin cargo remunerado, grupos de jóvenes y también matrimonios de gente mayor. Varios de los viajeros consultados estimaron que eran unos 700. Aunque algunos aseguraban que en el tren viajaban también senadores, diputados, y alcaldes, Vozpópuli no pudo identificar a ningún alto cargo. "Hemos ido porque nos encanta la política, y para ayudar a España y a nuestros compañeros", explicaba Marta en nombre de sus amigas, que corriendo trataban de llegar a un autobús que esperaba a parte del pasaje en la calle Méndez Álvaro. Muchos de ellos todavía cargaban con una pequeña caja de cartón en la que se les había facilitado la cena para el regreso. "En las elecciones europeas fue peor, nos dieron bocadillos de salchichón que parecían haber sido hechos hace cinco días, acabaron en la basura, hoy nos han dado tickets restaurante". Una pareja de ancianos esperaba la llegada de un taxi. "Nos hemos levantado a las cinco de la mañana, ¿qué quieres que te diga?, estamos demasiado cansados".

Renfe ofrece entre sus ofertas la posibilidad de alquilar la totalidad de un tren para una fecha y origen-destino concreto, estableciéndose en cada caso las condiciones de contratación y descuentos. Según los viajeros del AVE del domingo fletado por el PP, el partido corrió con todos los gastos. El precio de un billete normal de AVE Madrid-Barcelona, ida y vuelta, individual, cuesta entre 130 y 160 euros.

Portavoces del PP de Madrid y de la sede del partido en Génovarechazaron el lunes ofrecer los datos del coste de la operativa. "Hoy no es buen día para lograr esos datos, pero tampoco podemos garantizar que los vayamos a dar mañana", admitieron. Desde Renfe tampoco se quiso dar el dato. El domingo, a las doce de la noche, cuando Vozpópuli llamó a la compañía para conocer la hora exacta de llegada del AVE costeado por el PP se aseguró que no estaba prevista la llegada de ningún tren más tarde de la medianoche.